Como es habitual todos los años en esta fecha, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) informó que participará del SIAL en China, el destino del 76% de las exportaciones de carne en 2024. El ente mixto, que es financiado por el propio sector productivo, montó en esa enorme feria alimenticia un “pabellón argentino” de 1.150 metros cuadrados, en los que reunirá a 26 empresas frigoríficos y exportadores nacionales. Aunque cada empresa paga la mayor parte de los gastos, la apuesta colectiva es obvia y sería normal en cualquier país del mundo, menos en la Argentina.
En la Argentina, desde hace algunos meses, viene cuestionando este sistema de promoción un sector de importancia en la cadena ganadera, como son los matarifes. Se trata de empresarios que tienen hacienda y la llevan a un frigorífico a faenar, retiran la carne y la distribuyen sobre todo en el mercado interno. Como ellos suelen estar lejos del negocio de exportación, ahora patalean contra un sistema de recaudación que depende 100% del sector privado, ya que son ganaderos y frigoríficos los que deben aportar al IPCVA cada vez que un vacuna marcha a la faena.
Ahora, en la antesala de la SIAL China, la Cámara Argentina de Matarifes Abastecedores (Camya) hizo explícita su posición a favor de la disolución o modificación del Instituto de Promoción con una carta dirigida directamente al ministro de Desregulación de Javier Milei. “Estamos convencidos de que, bajo la visión de la Libertad Avanza, la única manera de liberar el verdadero potencial del sector cárnico es a través de la desregulación y la reducción de la carga estatal, que hoy sólo asfixia a productores y operadores con impuestos distorsivos, trabas burocráticas y la intromisión de organismos ineficaces”, le endulzan la oreja los matarifes a Federico Sturzenegger en ese escrito.
Esta es la carta:
Nota al Ministro F. Sturzenegger (2)El argumento de los matarifes ante Sturzenegger es que ellos ponen 14% de los recursos recaudados por el IPCVA pero no obtienen ningún beneficio de las tareas de promoción, ya que el consumo interno de carne vacuna viene decreciendo históricamente. Pero esgrimen además razones casi filosóficas para tratar de poner al ministro de su lado. “En un mercado globalizado, los productores deberían tener la libertad de elegir cómo y dónde promover sus productos sin la intromisión de un organismo privado/estatal”, afirman.
¿Y cómo llegaron al cálculo de que el 14% de la plata que recauda el IPCVA proviene de sus bolsillos? Según la Camya, de acuerdo a la ley 25.507, que creó este ente en 2002, los productores ganaderos aportan 69% de los fondos y el 31% restante corresponde a la industria frigorífica, que no distingue a qué mercado irá esa carne.
“Se estima que el 44,5% de las cabezas faenadas entre enero y septiembre de 2024 corresponden a la actividad de matarifes y abastecedores. Si bien en muchos casos los matarifes no pagan directamente la contribución al IPCVA, ésta es transferida por los frigoríficos dentro de los costos por servicio de faena que cobran a los matarifes. De esta forma, puede afirmarse que el 14% de los fondos que financian al IPCVA provienen de la actividad”, precisa la carta dirigida a Sturzenegger.
De allí que los matarifes le pidan al gobierno de Milei que modifique la ley de formación del Instituto: “Planteamos la disolución del IPCVA o, en su defecto, la transformación en una entidad de carácter voluntario. Es necesario que los matarifes y abastecedores decidan de manera libre si desean aportar a un organismo de promoción”, argumentaron.
Vale decir que esta queja de los matarifes no ha sido acompañada por ningún otro sector de la cadena de ganados y carnes, que no objetan las tareas de promoción del IPCVA, especialmente luego de que en 2024 se batieran récords de exportación de carne vacuna, con unas 930 mil toneladas exportadas, la mayor parte a China. Se trata del 28% de la producción total de carne.
En marcha hacia Shangai, donde se realiza una nueva edición del SIAL en China, los representantes de los productores ganaderos (que ponen la mayor parte del dinero y siempre se alternan en la presidencia del ente ganadero) están convencidos de que la Argentina debe sacar los excedentes de producción de carne hacia los mercados externos.
“Además de las empresas nos van a estar acompañando funcionarios de la Secretaría de Agricultura y de la Secretaría de Comercio”, comentó el nuevo presidente del IPCVA, Georges Breitschmitt, que pertenece a Coninagro. Que no se mostró preocupado por el reclamo de los matarifes: “Como siempre vamos a promocionar la mejor carne del mundo, difundiendo la calidad de nuestra ganadería, de nuestra genética, de cómo nuestros animales se alimentan en las pasturas naturales que le proveen una característica única a nuestra carne”, agregó.
Mario Ravettino, vicepresidente del IPCVA y líder del Consorcio ABC, que agrupa a las grandes plantas exportadoras, tampoco se mostró contrariado. “Vamos a la Sial China con mucha expectativa y con mucha ilusión. China sigue siendo el principal destino de las exportaciones argentinas y tenemos que estar presentes en todos los eventos que puedan incrementar y mantener los niveles de volúmenes que estamos enviando. También tenemos que tratar de lograr el protocolo de menudencias para tener el set completo de productos y por eso resulta fundamental la acción que se va a hacer en Beijing con el gobierno chino”, agregó.