Próximo a cumplirse un mes de la visita de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich al partido inundado de 9 de Julio, una larga jornada en la que escuchó a los productores y prometió auxilio para las zonas más afectadas, en los municipios se ha visto poco y nada de esa ayuda prometida.
En concreto, las medidas anunciadas incluían la distribución de un fondo de 1900 millones de pesos del Fondo Nacional de Emergencia Agropecuaria, el envío urgente de maquinaria de Vialidad Nacional para limpiar zanjas, alcantarillas y aliviadores, y el despliegue de fuerzas federales e ingenieros militares para llevar a cabo los trabajos.
También, se prometió abrir una licitación para comenzar con un nuevo dragado y retomar las obras incompletas del Tramo 4 del Plan Maestro del Río Salado.
Entre las múltiples fuentes consultadas por Bichos de Campo, el panorama está claro: Sólo algo de esa ayuda llegó al partido de 9 de Julio, donde fue montado el “centro de operaciones” comandado por la ministra de Seguridad aquel 8 de noviembre.
Algo de esa ayuda también estaría próxima a arribar a otro partido igualmente afectado por las aguas, Carlos Casares, donde el propio intendente cruza los dedos para que por lo menos sea “antes de navidad”.
En Bragado, nadie se da por aludido y en la cuenca Saladillo-Vallimanca, con Bolívar como una de las localidades más comprometidas, aún aguardan que se anuncie algo concreto.

Los testimonios de productores, referentes y ruralistas de toda esta parte de la Cuenca del Salado oscilan entre el optimismo y el pesimismo. Próximo a cumplirse el décimo mes aniversario del inicio de este emergencia hídrica, muchos señalan que “aún” no llegó esa ayuda de Nación, aunque todavía confían en que la verán reflejada en su zona. Otros, en cambio, ya auguran que los recursos son escasos y que nada de eso pasará frente a sus ojos.
El intendente de Carlos Casares, Daniel Stadnik, aseguró a Bichos de Campo que “ya se presentó la documentación para gestionar un subsidio equivalente a 85.000 litros de gasoil” y que, personalmente, pidió también una motoniveladora que prometieron enviar esta semana al municipio.
Más que trasladarlo a obras de tubos y compra de piedras, como inicialmente se preveía, el plan hoy es utilizar los fondos que llegan de Nación para cubrir las necesidades estructurales básicas y mantener los equipos en funcionamiento. “Necesitamos combustible, lubricante, reparación y repuestos porque tenemos mucha maquinaria y camiones rotos”, explicó Stadnik, que asegura que para la reparación de alcantarillas es la provincia de Buenos Aires la que envió recursos.
“Lo de la ayuda de Nación está encaminado. Espero que llegue antes del pan dulce navideño”, deslizó el mandatario.
De acuerdo al último informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), la provincia tiene aún más de 4 millones de hectáreas improductivas, de las cuales alrededor de 900 mil permanecen bajo agua. Por eso es que, a pocos días de cumplirse los 10 meses de iniciada esta situación, hay poco que conmueva a los productores.
“Los productores desesperados perdieron objetividad en sus expectativas de ayuda y el gobierno nacional no tiene maquinaria, ni personal, ni dinero para paliar el desastre”, apuntó una productora de Casares, que mira de reojo la ayuda que sí llegó a 9 de Julio y asegura que en su zona “el productor sigue sólo y acumulando pérdidas”.
Lo cierto es que en el distrito que gobierna María José Gentile las expectativas son aún mayores que las señales concretas. Según señalan desde el municipio, al igual que en Carlos Casares presentaron la documentación para el envío de fondos y aguardan por una respuesta.
En cuanto a la maquinaria, el Ejército informó que enviará una retroexcavadora, una motoniveladora, un camión volcador, un pala frontal y 16 personas, cuyos gastos deberán correr por cuenta del municipio, al igual que los de combustible. Desde Vialidad Nacional se confirmó el envío de 2 tractores, 2 excavadoras, 3 camiones volcadores y 2 motoniveladoras, que se completará -señalan oficialmente- la semana próxima.

“Por ahora hay más máquinas pagadas por los productores que ayuda de Nación”, comentó una productora. Y esto se ve con mayor claridad en algunos pueblos de los alrededores de la cabeza del partido, como el caso de El Tejar, en donde los propios vecinos costean los arreglos del acceso de la ruta 70 y alquilan su propia retroexcavadora por las deficiencias de maquinaria municipal.
El apuro es aún mayor ahora, ya que está próxima a finalizar la fecha de siembra para la campaña gruesa y los productores juegan ya el “tiempo de descuento” en el que, en vez de esperar de brazos cruzados la ayuda de Nación, gestionan por su cuenta los recursos y hasta crean grupos de whatsapp para comprar alcantarillas entre todos y tener caminos aptos cuando ingrese la maquinaria.
“Los tiempos nuestros se terminan. Hace 5 meses que estamos con este tema, pidiendo y reclamando, y ya estamos en fecha límite para la siembra”, explicó a este medio el productor Luis Luberriaga.

En muchos casos, ya tienen la certeza de que, al menos por ahora, no verán reflejado ese “auxilio estatal” festejado pocas semanas atrás.
“Llamé a un alto funcionario nacional, que acompaña a Bullrich, me prometió enviarnos unos tubos y quedó en nada. O nos han dejado de lado, o la ayuda no alcanzó”, señaló un productor. “Por acá no vimos ni un peso ni una máquina, parece todo chamuyo”, deslizó otro, mucho más disconforme.
Pero no todos corren con la misma suerte, pues aseguran que se reactivaron los trabajos en el famoso “camino fantasma” de La Niña -conocido así por los años de abandono que tiene en su haber- y en 12 de Octubre, al costado oeste del partido. Bullrich, pese a tener campos en la zona, no sabía de la existencia de dicha ruta que en los mapas aparece como asfaltada desde hace décadas, pero que es de ripio y ahora solo está cubierta de agua.
“Queda claro que fue una reunión con un tinte político y no de acción”, evalúa en retrospectiva una productora consultada. Y esto se ve con mayor claridad aún en Bragado, que iba a ser uno de los cinco municipios beneficiarios de la ayuda -junto a 9 de Julio, Carlos Casares, Viamonte y Lincoln- y nadie allí se da por enterado.
“Prometieron 60 millones de pesos y una retroexcavadora, pero hasta ahora no llegó nada”, señaló el productor autoconvocado Martín de la Serna, con un diagnóstico que confirman también desde la Sociedad Rural local y el municipio. Hasta el momento, en la zona sólo ha trabajado maquinaria local y de provincia, y no hay novedades respecto a la llegada de dinero desde Nación.
De hecho, este mismo jueves representantes de las entidades ruralistas y de los autoconvocados tendrán una reunión con funcionarios de la secretaría de Agricultura, donde insistirán sobre ese reclamo y transmitirán su preocupación por el Nodo Bragado, una de las obras hidráulicas más grandes del Plan Maestro del Salado. En concreto, como aseguran que aguas arriba las obras estuvieron “mal hechas”, el temor es la posibilidad concreta de inundarse cada vez que crece el caudal.

Tanto en Bragado como Casares, hoy por hoy las expectativas están puestas en la climatología. El intendente Stadnik dijo a Bichos de Campo que, como esa región “se desinunda en el verano” por ser plana, esperan que el cese de las lluvias y las altas temperatura permitan evaporar todo el agua prontamente. Sin embargo, fuentes de hidráulica en Trenque Lauquen comentan que, luego de un diciembre y enero tranquilos, en febrero se reanudarán las lluvias, lo que podría empeorar el panorama.
“El agua empezó a bajar pero va a llevar tiempo. Los caminos que vienen secándose y pronto se podrán reparar, pero al haber poca maquinaria el proceso es lento”, explicó la productora bragadense Josefina Cajarville, que espera poder reanudar pronto el movimiento de animales en su zona y retomar su actividad, frenada prácticamente a cero desde hace ya cuatro meses.
A pocos kilómetros de allí, en 25 de Mayo, otra productora observa que si bien no hubo avances en cuanto a obras en caminos y canales, al menos el gobernador Axel Kicillof puso la firma para que ellos también puedan solicitar la emergencia agropecuaria y acceder a un mínimo beneficio impositivo. Entretanto, en Los Toldos -partido de general Viamonte- se acaba de aprobar un incremento del 184% de la tasa vial.
Si hay poco para los municipios incluidos en el plan de emergencia del gobierno nacional, menos aún para los que quedaron fuera de ese primer anuncio, con la promesa de que verían luego medidas concretas para su zona.
Se trata, particularmente, de los municipios incluidos en la cuenca Vallimanca-Saladillo, también comprometida hoy por las inundaciones. El epicentro de la emergencia es Bolívar, donde estiman que no menos del 65% de las hectáreas productivas están afectadas y lamentan que, aunque estén hoy bajando las napas, seguirán recibiendo el agua que llega por el arroyo Vallimanca y los canales aledaños.
De hecho, cuando Bullrich montó su centro de operaciones en 9 de Julio, dos productores asistieron a la reunión y le entregaron una carta en mano. En ese entonces, el comentario había sido que desplegarían un plan similar en Bolívar, pero al día de hoy desde la Sociedad Rural local confirman que “no llegó nada” y que no están en vistas de recibirlo tampoco, pues no tienen novedades de aquella promesa.
Semanas atrás, por su parte, el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, había denunciado que su municipio fue excluido de la ayuda nacional por diferencias ideológicas.
“Estamos abandonados a la buena de Dios. El intendente ni siquiera fue a la reunión a poner la mano para ver si le tiraban algo”, expresó el agrónomo y productor autoconvocado Fernando Ravaglia, uno de los 18 firmantes que incluso denunció al mandatario por faltar a sus funciones y no desplegar obras hídricas en Bolívar.
“En el pueblo, donde están los votos, las retro trabajan. En el campo no se gasta ni combustible en máquinas, que están durmiendo el sueño de los justos”, comentó otro referente local, que asegura incluso que “el parque de maquinaria está desmantelado”.
Sin ayuda suficiente desde la provincia, las “soluciones estructurales y permanentes” que pidieron a la ministra Bullrich en su carta -a la que pudo acceder este medio- tampoco llegaron y, por el momento, no lo harán.

En cuanto a la reanudación de las obras del Plan Maestro del Salado, hoy la urgencia es mayúscula, pues tanto el arroyo Saladillo como el Río Salado suelen desbordarse continuamente en esa zona. Cabe señalar que Bolívar afronta el flagelo de las dos cuencas que la cercan, pues también es muy cercana al eje que componen 9 de Julio y Carlos Casares.
“Kicillof le echa la culpa a Nación, pero lleva 6 años gobernando, tuvo 4 años con un gobierno amigo y no hizo nada. Tiraron todo ese período de sequía a la basura, porque podrían haber hecho las obras con cero gasto”, apuntó Ravaglia, que también lamenta que su localidad haya quedado relegada de los planes nacionales.




