Índigo es una startup (nueva empresa creada de la nada) que apareció en Estados Unidos hace un par de años y que como segundo destino eligió instalarse en la Argentina. Se dedica a investigar los microorganismos en la agricultura como hay muchas otras compañías dedicadas a estudiar los genes o a desarrollar nuevos principios activos. Con modernas técnicas, la empresa trata de identificar aquellas bacterias y hongos que naturalmente le hacen bien a las plantas, apuntando a su incorporación por vía endófita (dentro del vegetal) para fortalecer determinadas características en situaciones de cultivo.
Fernando García Frugoni es quien lidera el programa a campo de Índigo en Argentina. El agrónomo es quien evalúa si la tecnología es fructífera en el lote y bajo los escenarios actuales. Según contó a Bichos de Campo, el mundo de la microbiología es tan inmenso como el de la genética. Tan grande que Índigo ya pudo identificar 70 mil microorganismos potencialmente útiles para las plantas bajo cultivo.
Ver: Llegó el Actimel al campo: las bacterias que le hacen bien a los cultivos
Ante un universo tan grande para la acción, García Frugoni destacó que desde la compañía apuntan a tres líneas de trabajo: una de ellas es buscar organismos con caracterísiticas antiestrés, para que las plantas se banquen mejor la sequía o las temperaturas extremas. En ese rubro figuran las líneas que han lanzado al mercado hasta ahora.
Por otro lado y a futuro, desde esta compañía de bioinsumos planean aportar a las plantas características nutritivas (mejor aprovechamiento de nutrientes) y de defensa ante plagas y enfermedades.
Aquí la charla de García Frugoni con Bichos de Campo:
El sendero parece llevara buen puerto. Las hectáreas bajo cultivo con semilla tratada con productos de Índigo se han multiplicado por diez en apenas un año. En la pasada campaña se sembraron 10 mil hectáreas con soja tratada y esta temporada se llegó a 100 mil hectáreas, sumando diferentes cultivos, que incluyen hasta el algodón.
Ver: Gensus + Indigo: Nombres nuevos y extraños para potenciar un viejo cultivo
El modelo de negocios de la empresa se basa en no tener un precio de mercado para sus productos. Tampoco venden la semilla. Índigo aparece recién a la hora del tratamiento de las semillas que cada productor quiera sembrar en su zona. Como en una cura contra hongos de suelo o como se inocula con Bradyrhizobium japonicum para nutrir mejor de nitrógeno a las leguminosas (técnica conocida por todo productor actual), así se incorpora este producto.
En este esquema, la novedad es que la compañía comparte el riesgo con el productor, ya que solo le cobra en caso de que haya una ganancia en los rendimientos. Y para determinar eso, en cada lote se siembra un 90% de semilla tratada con los procesos de Índigo pero se mantiene el 10% sin tratar, para qcomparar y que sirva de testigo.
Luego, a la hora de la cosecha, sobre el rinde diferencial, se cobra la mitad. “Si es 4% más (de rinde) habrá 2% para cada uno; Y si es nada, nada”, contó García Frugoni.
“Este modelo de compartir riesgo se valora mucho bajo el actual escenario productivo”, agregó, como explicación a la rápida adopción de estos microorganismos en la agricultura local.
Está claro que este tipo de bioinsumos tienen futuro bajo una agricultura moderna que enfrenta la encrucijada de seguir o abandonar su alta dependencia a los productos químicos, ya sea por factores como la aparición de resistencia natural, los costos o la presión de los ambientalistas.
Es por ello que los productos biológicos y más amigables con el medio ambiente están siendo vistos con interés hasta por las grandes empresas productoras de agroquímicos, que compran empresas biológicas o incorporan productos con tal característica en su portafolio.
Para el final, la pregunta más importante: ¿funciona a campo la semilla con el microoganismo inoculado? García Frugoni contestó que hoy evalúan una mejora en el 75% de los casos tratados, con respuestas en incremento de rindes que pueden ir de 3% a 5%. A futuro apuntan a obtener una respuesta así en el 90% de los casos.