Con un promedio de 900 milímetros anuales, los 1.300 que recibió la zona productiva de 9 de Julio y alrededores, en poco más de siete meses, terminó por dejar al 70% del partido bajo el agua. Eso no solo generó complicaciones productivas, dado que el inicio de la campaña gruesa se ha demorado, sino también de infraestructura, ya que hay obras que no pueden iniciarse hasta que el agua baje.
“Después de una seca como en el verano pasado, esta temporada de agua nos pega muy fuerte. Hace 7 meses que tengo toda mi gente trabajando, y la verdad que no alcanza, los recursos hoy son escasos”, dijo a Bichos de Campo Juan Pablo Boufflet, secretario de Obras Públicas de 9 de Julio.
Mirá la nota completa acá:
El funcionario reconoció la falta de obras previas de parte del gobierno nacional, el provincial y el municipio, que hubieran permitido un menor anegamiento. Aún así, sostuvo que este fenómeno superó cualquier previsión.
“Con este promedio de lluvias, todo lo que se hubiese hecho habría sido insignificante también. Pero si esas obras hubieran estado realizadas, la situación se hubiese mitigado mucho. Obviamente, si el Nodo Bragado, en el que hace 25 años se está trabajando, estuviese terminado, estas aguas habrían podido fluir hacia ahí”, afirmó Boufflet.
Según dio cuenta, la prioridad hoy es asistir a quienes viven en los campos, que en muchos casos no pueden salir, y en recuperar la maquinaria necesaria para reactivar los trabajos.
“Yo creo que es muy importante tomar esto como punto de partida y decir ‘hasta acá se llegó’. Hay que cambiar el casette, unir fuerzas y buscar soluciones para que esto no vuelva a pasar”, concluyó.