Pobre Gordo Dan, que se está ubicando en la historia de la política agropecuaria de la Argentina en el horrible papel de “buchón” y “comisario” del oficialismo, una suerte de contralor ideológico del buen libertario. Cualquier otro escaparía de ese mote autoritario, que recuerda lo peor de la historia argentina, sobre todo si se define como buen liberal. Pero a este comunicador y tuitero estrella de La Libertad Avanza llamado Daniel Parisini, que forma parte del núcleo duro de la comunicación oficial, no parece desagradarle ese papel.
Para el sector agropecuario, a excepción quizás de los seguidores del popular y también enfático Bumper Crop, que suelen usar tonos parecidos a los del Gordo Dan, esta persona era una perfecta desconocida hasta que en la red social X anticipó el ahora concretado despido de Fernando Vilella, el ex secretario de Bioeconomía, solamente porque había puesto “me gusta” en un posteo de Martín Lousteau, el senador que preside la UCR. Sucedió a fines de marzo el triste y lastimoso episodio: después del reto público, Vilella pidió disculpas y no usó el tuiter nunca más.
“A partir de mañana no formás más parte del gobierno”, había escrito el Gordo Dan, que ahora dirige un streaming de militantes que respaldan decididamente a Javier Milei y se desempeña como parte clave de una estructura que encabeza Juan Doe, el director de comunicación digital de la Nación, bajo la órbita del vocero Manuel Adorni y de la secretario general de la Presidencia, Karina Milei.
Este jueves, al hablar con Radio con Vos, el despedido Fernando Vilella minimizó aquel oprobioso pedido de disculpas que protagonizó por -en el peor de los casos- pensar con matices sobre cierto tema y hacerlo público.
Pero lo cierto es que terminó sus días como funcionario de Javier Milei sin haber recibido ni una palmada de agradecimiento desde las filas del oficialismo: lo despidieron por teléfono sin esperar ni siquiera que su avión aterrizara en Buenos Aires. Triste final a pesar de que su principal rasgo dentro del gobierno de Milei fue una absoluta y respetuosa sumisión al poder dominante.
“Fue un episodio enojoso. La verdad es que ni sabía quien era el Gordo Dan y no es un tema del que me gustaría hablar”, contestó el exsecretario a los periodistas que indagaron sobre este asunto.
Pero el Gordo Dan sí habló de Vilella un poco más en extenso, en una entrevista que concedió al comunicador Alejandro Fantino. Éste le preguntó concretamente si había sido él quien echó a Vilella del gobierno, y el tuitero le contestó: “No lo limpié yo, obviamente es un chiste”.
Pero de inmediato estableció una bajada de línea terminante y muy clara sobre cómo deben comportarse los funcionarios del Estado en tiempos de Javier Milei: dijo que el despido de Vilella “es un ejemplo de esto que quiero decir, de que la estructura de gobierno debe responder a la cabeza y si los funcionarios principales del gobierno no se alinean con la narrativa histórica y a la línea ideológica del Presidente en el mundo, creo que no funciona”.
Luego enfatizó que este disciplinamiento ideológico y discursivo no es una idea original de ellos sino que la copiaron de gestiones pasadas. “De hecho gran parte del secreto de que los kirchneristas hayan tenido tanto éxito en política, durante casi dos décadas en que gobernaron fue por el hecho de que se supieron alinear y formar estructuras en todos lados”, reconoció a sus supuestos archienemigos políticos.
Sí, en efecto, los extremos siempre se juntan.
Esta visión del Gordo Dan sería sin duda inofensiva si no fuese evidente su cercanía al presidente Javier Milei y si no hubiera otros episodios preocupantes en la estructura que dirigía Vilella y que ahora conducirá el supuestamente “alineado” nuevo secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, quien en el entramado oficial responde directamente al ministro de Economía, Luis Caputo, y su secretario coordinador Juan Pazo.
En varios medios comenzaron a informar algo que en Bichos de Campo también habíamos escuchado pero que nos negábamos a creer hasta estas horas: En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el mayor organismo técnico del agro argentino, la conducción sugirió que en los comunicados internos y redes digitales ya no se utilicen ciertas palabras que tendrían una carga ideológica lejana -o incluso opuesta- a ese relato histórico que el Gordo Dan le atribuye a su jefe, el presidente Milei.
“Da kirchnerista”, diría el tuitero oficialista.
En esa lista, que es en realidad difusa, estarían desaconsejados los términos “agroecología”, “cambio climático”, “género” y “biodiversidad”. La instrucción obviamente no figura en ningún memo ni nada por el estilo. Es verbal. Pero fue denunciada públicamente en un comunicado de APINTA, uno de los gremios de esa institución, de principios de junio pasado. Allí los sindicalistas también se quejaron por los posteos agresivos y de propaganda política y adoctrinamiento enviados desde la Subsecretaría de Vocería y Comunicación del Gobierno, que depende de Karina Milei.
El sitio Tierra Viva, ocupado en general de las problemáticas campesinas y la agroecología, planteó esta posible política de censura interna en su última edición. Contó que institucionalmente el INTA prefirió no responder a sus consultas y que tampoco hubo definiciones al respecto desde el Consejo Directivo de la Institución, conformado también por representantes de las entidades agropecuarias de la Mesa de Enlace, Aaapresid y los grupos CREA.
Claramente entre muchos trabajadores del INTA no caen bien este tipo de recomendaciones. Y no es para menos. Rememoran a un episodio parecido sucedido en 2017, cuando gobernaba Mauricio Macri, cuando el director del Centro Regional Buenos Aires Norte, Hernán Trebino, prohibió utilizar la palabra “agrotóxico” en los informes del organismo. El kirchnerismo tampoco se quedó atrás imponiendo modos de pensar que promovían una desaconsejable autocensura.
De todos modos, desde otras fuentes internas del INTA se trató de quitar responsabilidad a la actual conducción del Instituto respecto de estas recomendaciones para hablar como corresponde en estos tiempos libertarios. No las negaron, pero las atribuyeron más a una política general del gobierno de Milei para todos los organismos, que comenzó con un episodio semejante sucedido en la Administración de Parques Nacionales.
No entiendo cuál sería el problema de utilizar el léxico adecuado para cada actividad. Los términos señalados son inapropiados para la práctica diaria y denotan una tendencia de pensamientos contraria, justamente, al desarrollo del sector.
¿Qué?
¿Qué tiene de “contrario al desarrollo del sector” la agroecología o la biodiversidad?
Cualquier cosa dicen.
Es inútil. Imposible. Realizar un intercambio de ideas, menos preguntar, acesorarse. Esta gente llegó siendo necia, estamos al horno, son burros e irrespetuosos, alardean su ignorancias, convirtiendose en peligrosos… Van unos insultos: agroecologia! Cambio climaticoooo!! Biodiversidad!
Agazapados, aplastando a Prohuerta, babeando esperan que liquiden la soja.
Los mapuches son invasores del territorio Argentino no hay por qué festejarle ni reconocerlos ni darles nada, salvo un boleto de ida a Chile. Estrategicamente el Gordo Dan tiene razón, las táctica kakas fueron muy efectivas, de hecho hay mucho imbécil convencido. Obvio que los gremios siempre apoyaran a los que les tiren plata, que no es el caso de LLA
Que genio el General Director de la AFI (Asociación de Fiambrerías Independientes) Gordo Dan
excelente la directiva de no utilizar terminos inapropiados a la produccion. asi como eliminar los juntaderos de K como prohuerta, agroecologia, y todos los que versean con el cambio climatico
Ja! Ja! Ja!
Qué payaso.
Un neocamporita.
De la directiva del INTA que se puede decir despues que su ex Director Nacional Parera PROHIBIÓ la divulgación de los resultados de contaminación en personas por Agrotoxicos.
Totalmente de acuerdo con Ud.
El uso del termino “agrotoxicos” revela una carga de prejuicios. Esta muy bien eliminarlo del lenguaje oficial. Lo usan los que quieren producir con las tecnologias del siglo 19 pero con rendimientos del 21..imposible.
Zurdos que hacen negocio con ese discurso