Nadie la va a deja de reconocer a Sergio Massa, el ministro de Economía, que tiene reflejos políticos bien aceitados, y hasta muchos le agradecen que una semana después de las fortísimas heladas que castigaron a los productores de varias economías regionales se apropincuara en Mendoza para anunciar una serie de medidas de alivio. Hasta ahí todo bien.
Pero cuando comenzó a hablar de un tipo de cambio especial para esas actividades semejantes al “dólar soja” que rigió en septiembre, también quedó claro que de economías regionales sabe poco y nada. Fue tal la improvisación en esos anuncios que 24 horas después ya varios voceros oficiales han comenzado a relativizarlos y en la Secretaría de Agricultura preparan una convocatoria a una Mesa de Trabajo para darles forma. Muy posiblemente otra forma.
-Lorena no me trajo el resumen de las medidas- se quejó Massa antes de comenzar su discurso el lunes en el INTA de Luján de Cuyo, frente a una acomodada platea de políticos mendocinos y funcionarios de varias provincias. No se sabe si Lorena será la responsable o no, porque finalmente los apuntes aparecieron. Pero cualquiera que entendiera algo de producciones extrapampeanas, sabía que el anuncio central de Massa, un dólar mejorado para premiar las exportaciones de las economías regionales con un mayor ingreso, era inaplicable, al menos tal y como estaba siendo presentado.
“Desde el 20 noviembre al 30 de diciembre para todas las economías regionales que alcancen un acuerdo entre exportadores y productores, y que participen del programa de Precios Justos, van a poder acceder a un tipo de cambio diferenciado que compense las pérdidas de las economías regionales . Este esfuerzo que va a realizar el Estado Nacional tiene como objetivo además de acompañar a los productores que vieron afectada su actividad, a los consumidores argentinos”. Esa fue la comunicación oficial y más o menos lo mismo que dijo el ministro de Economía. Los aplausos fueron tibios, incluso de los funcionarios de las provincias peronistas. Más de uno se agarraba la cabeza.
Quizás fue Lorena la que cambió los papeles para jugarle una mala pasada a su jefe. Lo cierto es que hasta hace un par de semanas, antes incluso de la feroz helada de fines de octubre, el propio Massa proponía algunas otras alternativas para las economías regionales en una mesa de trabajo ad hoc armada entre Economía y Agricultura, de la que participaron varios dirigentes que confirmaron a Bichos de Campo que allí nunca se habló de una “ventana” tan acotada de tiempo, y que incluso se barajaron otras alternativas a las de un tipo de cambio con anabólicos, como fue el dólar sojero de 200 pesos.
Un importante ministro provincial, el de Producción de Río Negro, Carlos Banacloy, viajó hoy especialmente a Buenos Aires para pedir explicaciones a los funcionarios de Juan José Bahillo, porque hasta ahora se venía hablando de otras cosas y los anuncios de Massa habían sido confusos. Según ese funcionario, que tiene sobre su espalda nada menos que el peso de la economía regional de peras y manzanas del Alto Valle, entro muchos otros problemas, la “ventana” de 40 días es directamente inaplicable pues no tendrá impacto en una mejoría de los precios al productor. La razón es sencilla: esas frutas se empiezan a cosechar varias semanas después.
Lo explicó Bichos de Campo ni bien se conocieron los anuncios: un tipo de cambio especial hasta fin de año no serviría de casi nada a las economías regionales, y mucho menos si está atado a compromisos de abastecimiento bajo el programa de Precios Justos que está armando Economía, y del cual participan muy pocas empresas procesadoras vinculadas a las economías regionales. ¿Por qué motivo? Porque en diciembre prácticamente no hay cosechas de ese origen, salvo la de cerezas en Mendoza y en el sur. Los cítricos se cosecharon antes, al igual que los, la yerba mate, el té y muchos otros productos. Otras frutas y las vides se comienzan a cosechar después.
¿De qué serviría un tipo de cambio mejorado para estos tipos de productos zafreros si en la corta etapa de vigencia no hay casi nada para vender?
En Agricultura, frente a las evidencias, estaban apurando una mesa para discutir -y corregir- con cada una de las provincias los anuncios de Massa. Un grave problema es que el ministro de Economía le puso fecha de vigencia al tipo de cambio diferencial, a partir del 20 de noviembre. Faltan pocos días. El tiempo corre.
La idea de los equipos técnicos es que pase el agua rápido bajo el puente y todos se olviden de lo planteado por Massa, para volver a un esquema original como el que se venía diseñando: buscar algún mecanismo para mejorar los ingresos de los diferentes grupos de productores pero cuando éstos tuvieran su momento de cosecha y de venta: el verano para las peras y manzanas, el ingreso de otoño para la vendimia, a partir de abril y mayor para los limones y naranjas. Y así. Resta definir casi todo: de cuánto será esa ayuda (Massa habló de un tipo de cambio especial sin definir ningún número) y de qué modo se canalizará.
Vale recordar que dinero habría disponible: el propio titular de Economía, al presentar el positivo balance del operativo dólar soja, anunció la creación de dos fondos con la mayor recaudación lograda por esa vía: uno para los pequeños productores de maíz y trigo (que se confirmó pero todavía no se reglamentó) y otro por 42.000 millones de pesos para, justamente, las economías regionales, del cual no se tuvieron más noticias.
Uno de los temas a analizar es el modo en que se canalizaría esta ayuda oficial -en realidad, compensación al atraso del tipo de cambio-, pues una de las alternativas que se planteaba era mejorar los reembolsos de exportación que cobran esas economías regionales o reducir las retenciones, en el caso de unas pocas actividades que siguen tributando ese distorsivo impuesto aduanero.
Así las cosas, volín en bolsa: O Lorena se equivocó de papel o el ministro Massa se apuró en dar una buena noticia que no tenía demasiado sustento técnico.