Parece mentira que ciertas cosas sean noticia y que debamos asombrarnos. Pero bien cierto es que en el agro argentino los trabajadores rurales, que son un actor fundamental y determinante, son bastante invisibilizados y su voz no suele estar presente en la inmensa mayoría de congresos o reuniones sectoriales. Parece mentira. Pero es verdad.
Por eso es noticia, lamentablemente, que José Voytenco, el titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y estibadores (Uatre), el sindicato más numeroso en el sector primario, haya participado hace unos días en el Congreso Anual de Maizar, quizás comenzando a reparar esa hipocresía cotidiana del sector productivo, que siempre se queja de los olvidos ajenos pero no repara en los propios. Y sí, el agro suele olvidarse de sus propios trabajadores.
Que la participación de Voytenco sea noticia la dan dos hechos. Por un lado, el propio sindicato -que comparte con las cuatro entidades de la Mesa de Enlace el Registro Nacional de Trabajadores Rurales (Renatre)-, emitió un comunicado destacando la participación de su secretario general en Maizar 2023, que se realizó la semana pasada en Parque Norte.
Voytenco, según ese escrito, destacó allí “la importancia de la registración de los trabajadores rurales y la capacitación tanto para ellos como para sus familias con el objetivo de reinsertarse el mercado laboral en las mejores condiciones posibles”.
Voytenco hizo especial énfasis en los hijos de los trabajadores, reconociendo que no cuentan con las mismas oportunidades que los jóvenes de las áreas urbanas. Por ello, bregó por fortalecer la educación y el acceso a escuelas técnicas de calidad, brindando a los hijos de los trabajadores rurales la posibilidad de obtener una tecnicatura y así contribuir a la demanda de mano de obra calificada que exige el avance tecnológico en el sector.
El segundo hecho que da cuenta de la relevancia de la presencia sindical en este congreso empresario es que Alfredo Paseyro, el presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), se acercó a Bichos de Campo para hacernos notar de esta presencia inusual de los trabajadores rurales.
Mirá la charla con Paseyro:
Como representante de las empresas semilleras, Paseyro tiene buen trato con la UATRE por la sencilla razón de que hace unos años, cuando arreciaba el conflicto entre el kirchnerismo y el campo por las retenciones, la AFIP cargó las tintas sobre las paupérrimas condiciones laborales que sufrían los trabajadores golondrinas que se contrataban desde el norte para trabajar en las plantaciones de ese tipo de empresas semilleras, donde muchas tareas deben realizarse de manera manual. Esta situación derivó en la firma de un convenio laboral específico para el sector semillero.
“Arrancamos de una situación muy mala que eran las condiciones de los trabajadores de los semilleros. Desde ese lugar es que comenzamos una relación seria, sin pérdida de roles. Aquello no solo que se resolvió, sino que tuvo una ley de encuadre que hoy es ley nacional, que establece cuales son las condiciones del trabajador rural. El sector semillero invirtió 50 millones de dólares en las casillas para esos trabajadores”, describió el empresario, que fue uno de los artífices de la invitación a la UATRE al congreso de Maizar.
-Los trabajadores en general son convidados de piedra siempre, no participan de la agenda del sector productivo.
–Le decía recién un productor: ‘imaginate si cada uno de los productores trajese un trabajador de su establecimiento. En vez de tener 2000, tendríamos 4000 asistentes, haciéndolos parte de esto. No me voy a meter con los productores. Pero en la industria semillero estamos trabajando en construir la identidad semillera junto al trabajador, llevando a las familias a conocer las plantas semilleras donde sus padres se pasan ocho o diez horas por día trabajando.
-¿Para qué lo hacen?
-Tenés que estar convencido para hacerlo. Después se van bajando las barreras de prejuicios. El trabajador tiene el prejuicio de que el empresario se queda con la renta y el empresario tiene el prejuicio de que el trabajo o el sindicato lo único que quiere es discutir. Bueno, eso es prejuicio. En la industria semillera por suerte desaparecieron y hoy hace cinco años que tenemos una paritaria y ahora estamos pensando en capacitación, en mejorar condiciones, en hacer, por ejemplo, un jardín maternal dentro de las plantas.
-¿Y cuál es la ganancia de hacer todo ese trabajo?
-La ganancia es el bien común. Me parece que está por demás. Que alguien venga contento a su lugar de trabajo. Que sienta que es parte de algo más grande.