El Banco Central (BCRA) determina que, para poder acceder a las líneas de “financiamiento para la inversión productiva”, que cuentan con una tasa de interés nominal del 30% anual, las Pymes agrícolas deben haber vendido al menos el 95% de la última cosecha de trigo y de soja, lo que constituye un factor claramente discriminatorio para el sector.
Esta semana el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, prometió –en su afán de lograr un acercamiento con el agro luego de la derrota experimentada en las elecciones primarias obligatorias– que esa restricción sería ahora eliminada.
Esta tarde el BCRA informó que se eliminará esa restricción crediticia de facto para empresas agrícolas, pero, curiosamente, la misma estará condicionada a inversiones ganaderas.
“Las pequeñas empresas con actividad agrícola podrán acceder a las líneas de crédito de fomento a la inversión y formación del capital de trabajo”, informó hoy el directorio del BCRA a través de un comunicado. Primera duda. ¿La medida abarca sólo a las pequeñas y deja afuera a las medianas? La respuesta es sí: las medianas quedaron “afuera”.
El detalle no es menor: la normativa vigente indica que una pequeña empresa agropecuaria, para ser considerada como tal, no debe superar una facturación los 116 millones de pesos, mientras que una mediana tiene un tope de hasta 1099 millones de pesos.
“Los créditos podrán destinarse a proyectos de inversión para la implantación de pasturas (incluye labores, semillas y fertilizantes, entre otros); maquinaria agrícola para la producción ganadera; la compra de reproductores machos y hembras; y mejoras de infraestructura predial como alambrados, aguadas, bretes, corrales y mangas, riego, entre otras”, señala el comunicado.
En lo que respecta al uso de la línea para capital de trabajo, que tendrá una tasa nominal del 35%, el BCRA estableció que “se podrá aplicar a la compra de animales para engordar; los insumos y servicios relacionados con tecnologías de reproducción; y los insumos y servicios vinculados a la implementación de planes sanitarios. Los productores podrán acceder a las líneas de financiamiento productivo cuando estén destinadas a incrementar la capacidad productiva de carne y/o leche bovina”.
Entonces, ¿los créditos tomados por empresas agrícolas –agrícolas, sí, agrícolas– solamente van a poder usarse para realizar inversiones ganaderas? La respuesta es un rotundo e increíble sí.
“Cuando los beneficiarios cuenten con un acopio igual o superior al 5% de trigo y/o soja, deberán comprometerse a que el pago de las obligaciones emergentes del crédito se origine primariamente en la venta del acopio de al menos dicho excedente hasta cubrir la obligación”, finaliza el comunicado.
A7373