“Estimados, en caso que no haya quedado claro, este gobierno vino a bajar impuestos. Solo que, producto del desastre heredado y nuestro pésimo historial crediticio, sólo podemos hacerlo si tenemos superávit fiscal”.
Así comienza un escrito publicado en redes sociales por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, el cual, si bien no tiene un destinatario específico, está dirigido claramente a los empresarios agrícolas.
“Costó mucho evitar una hiperinflación y lograr lo que hemos logrado en apenas un año. La ortodoxia fiscal y monetaria no es negociable y es el mayor reaseguro para todos los sectores productivos de que Argentina: ya no va a caer en las crisis que hemos estado inmersos por décadas”, explicó Caputo.
El argumento –expuesto hasta el cansancio por Caputo, el propio presidente Javier Milei y otros integrantes de su Gabinete– es siempre el mismo: el superávit fiscal es innegociable, como si no fuese posible eficientizar más el gasto público.
“Desde que asumimos, ya hemos bajado mas impuestos que cualquier otro gobierno, entre ellos el más importante, el impuesto inflacionario. Ese que tiene correlación directa con el nivel de pobreza”, indicó Caputo.
El ministro resaltó que logró terminar con el impuesto PAIS –luego de haberlo aumentado ni bien asumió– y aseguró que “todos los días analizamos la situación financiera del país para ver si podemos seguir bajando impuestos”.
“No necesitamos a nadie que nos lo venga a recordar, porque a eso hemos venidos. Sin embargo, todo lo que hagamos va a estar alineado con el esfuerzo que estamos llevando a cabo todos los argentinos”, afirmó.
“Vamos a hacer siempre el mayor esfuerzo posible por bajar impuestos, pero sin comprometer la estabilidad macroeconómica”, resaltó con el mismo discurso “circular” esgrimido ya como si tratara de un mantra.
“Todavía no hemos visto una provincia reducir Ingresos Brutos, sin lugar a dudas el peor impuesto que una economía puede tener”, aseguró el ministro. La cuestión es que los derechos de exportación (“retenciones”), si bien, a nivel nacional, son equivalentes a Ingresos Brutos a nivel provincial, parecen no escandalizar a Caputo.
“Al contrario, muchas provincias los han subido y algunas a niveles aberrantes”, se espantó Caputo, quien parece olvidar que la alícuota de la retención para el poroto de soja es del 33% del valor FOB.
“Ojalá seamos cada vez más los que entendamos que la forma más saludable para bajar impuestos es bajando el exorbitante nivel de gastos que aún hoy algunas provincias y municipios tienen”, resumió el ministro con un mensaje dedicado especialmente al campo argentina, que está atravesando, en muchas regiones, una sequía.