El uso de antibióticos promotores de crecimiento (APC) está actualmente prohibido en el país. Como opción, desde la Sección Avicultura deI INTA Pergamino están realizando pruebas con probióticos para mejorar las tasas de crecimiento de los pollos parrilleros “Demostraron capacidad para mitigar la falta de uso de los APC”, dice una gacetilla del organismo.
Los alimentos probióticos son microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota intestinal del huésped, tanto por implantación como por colonización. Pueden tener efectos beneficiosos cuando son ingeridos en cantidades suficientes.
“Hicimos pruebas de crecimiento donde evaluamos el desempeño de los animales comparándolos con los antibióticos promotores de crecimiento, los que se venían usando hasta la fecha”, explicó Bernardo Iglesias, investigador de la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino del INTA.
Los probióticos “compiten con los microorganismos patógenos que pueden generar en los pollos disbacteriosis o disbiosis a nivel intestinal”, indicó Iglesias coautor del ensayo junto con Jorge Azcona, María Viviana Charriére, Alberto Cabrera y Tobías Zamprile.
En el estudio los investigadores estatales dan cuenta de cómo funcionan distintos aditivos en reemplazo de los antibióticos promotores de crecimiento. Demostraron que pueden ser una herramienta más para adopción junto con un buen manejo de las granjas, uso de enzimas y prebióticos.
De acuerdo con los estudios, las formulaciones de probióticos disponibles en el mercado contienen la bacteria láctica Pediococcus acidilactici que, en el intestino de los pollos controla la flora patógena como Escherichio coli, Solmonella y Clostridium, entre otros. Esto favorece la flora láctica benéfica entre sus acciones más importantes, cuyo efecto se traduce en una mejora en los resultados zootécnicos.
El ensayo con un probiótico comercial se aplicó en condiciones de un modelo de desafío generado en Pergamino que utilizó 864 pollitos BB machos de un día de vida. “Las condiciones de salud para los animales fueron estresantes y a nivel intestinal les generó algún tipo de problemas”, explicó. Esto incluyó utilizar cama de reuso –de crianzas anteriores– y húmeda, en pos de dar lugar al crecimiento de bacterias.
“Una de las condiciones en el uso de probióticos es ganarle de mano a la posible bacteria que pueda ocasionar la disbacteriosis, para lo cual se le da una alta dosis en el primer alimento que consume el pollito”, indicó Iglesias y agregó: “El uso depende del protocolo de cada probiótico”.
De los resultados obtenidos, se desprende que “estos productos por sí solos no van a reemplazar a los antibióticos, sino que son un eslabón más de una cadena que se complementa con el manejo, los vacíos sanitarios, la disminución de las cargas animales por nave, entre otros”, observó.
Los agentes promotores de crecimiento comenzaron a regularse desde este año en Argentina a través de la Resolución 594 del SENASA, lo que obliga a buscar alternativas a este tipo de productos. En este sentido, muchas empresas ya están en el mercado con productos de estas características y el INTA los acompaña evaluando su eficacia y buscando alternativas de uso a través de protocolos de administración más eficientes.