Un gran logro en materia ganadera en los últimos años fue la paulatina pero constante recuperación del stock bovino nacional luego del sacudón que le propinó Guillermo Moreno al sector diez años atrás, cuando con sus intervenciones en el mercado provocó una liquidación brutal de vientres, que redujo el rodeo a un mínimo histórico de 48 millones de cabezas en 2010/11.
Esta recuperación puede verse muy clara en este cuadro enviado a los medios por la Secretaría de Agroindustria. Con datos del stock de los últimos quince años, se nota el bajón de principios de esta década y a partir de allí una paulatina recuperación del número de vacunos que tiene el país.
La noticia, mirando esta película, es que la última foto no ha sido buena. ¿Por qué? Porque finalmente se interrumpió el proceso de recuperación del stock, se frenó. Peor todavía la cosa, porque por primera vez desde 2011 se redujo el stock de vacas, la fábrica de terneros. Leve fue la caída, pero se achicó.
Los datos difundidos por Agroindustria indican que el stock bovino a marzo de 2019 (este año Senasa hizo la medición correctamente, ese mes, en el mismo momento del ciclo bovino que en años anteriores), cerró en 53.945.808 cabezas. Es decir, se mantiene “prácticamente igual” al registrado en el mismo mes del 2018. Solo creció 0,03%.
En el análisis por categoría realizado por la Subsecretaría de Ganadería se revela que aumento casi 2% (132.860 cabezas) el stock de machos (Novillo, Novillitos y Toritos), mientras que las existencias de bovinos jóvenes (terneros y terneras) lo hizo 1,13%, en 164.995 ejemplares.
Pero en la categoría vacas hay una leve disminución del 0,54% de un año para el otro, pues el stock cayó en 127.988 cabezas.
“Era un resultado esperable al considerar que desde el año 2011 se viene recuperando el stock, principalmente a través de esta categoría. Cabe recordar que ya para el 2018 se habían recuperado en un 100% las vacas del pico histórico de nuestro stock del 2007, previo a la liquidación”, justificó el informe oficial.
Pero estos resultados deberían ser observados varias veces. Y debatidos.
Desde hace un tiempo, debido al fuerte impulso que han tenido las exportación de carne a China y Rusia, se vienen registrando altas tasas de participación de las hembras en la faena total, cercanas al 48%. El mes pasado, según pudo saber Bichos de Campo de fuentes del sector frigorífico, ese indicador se ubicó por arriba del 51%. Es decir que más de la mitad de los vacunos que fueron al matadero eran hembras.
La pregunta pertinente es si la Argentina puede darse el lujo de profundizar demasiado tiempo más esta vertiente del negocio, poniendo bajo linea de riesgo su stock de madres. Es lo que deberían analizar con calma los especialistas.
Según los datos oficiales, para la medición de marzo de 2019 “la participación relativa de la categoría vaca sobre el stock total pasó del 40% al 44%”. De todos modos, esta mirada optimista cree que lo que está sucediendo está lejos de ser una liquidación. Más bien define la situación como una modificación del “punto de equilibrio histórico de participación de hembras de la faena”.
“El rodeo nacional se encuentra en equilibrio aún con el aumento registrado del nivel de faena, de la exportación y un consumo interno estable durante el año 2018”, enfatizó el informe de Agroindustria.
Comentarios 1