Hernán Román es productor de verduras en Gobernador Roca, provincia de Misiones. Allí, en su chacra produce verduras de hoja mayormente, junto a su padre y la colaboración de sus hermanas. Esa zona es conocida por ser epicentro de la producción de lechuga dentro de Misiones, algo que es el sustento fundamental de los Ramón. Además, hacen rúcula, acelga, perejil, cebollita, espinaca, siempre con rotación en una hectárea y media aproximada.
Entusiasmado con la información que fue recolectando sobre los insumos, Hernán, el hermano mayor, comenzó a probar con insumos orgánicos para mejorar la nutrición de los cultivos y el manejo de plagas. Hasta ahora no se arrepiente, sino todo lo contrario. Dice que no piensa abandonarlos, ya que estos productos cambiaron la ecuación, y sus lechugas ahora son distintas: Tienen mejor sabor, resisten más tiempo luego de cortadas, se ven mejor, y además le genera buenos mercados que confían en su producción y le compran casi con los ojos cerrados.
Los Ramón venden el 80% su producción a la cadena de supermercados más importantes de Posadas, a poco más de 70 kilómetros, durante todo el año.
Hernán cuenta que la idea de los orgánicos empezó a germinar hace unos dos años: “Se estaban dando a conocer recién acá, y empezamos con un módulo, dándole de prueba para el inicio, y de ahí hasta ahora trabajamos completamente todo lo que sea insecticidas y fertilizantes orgánicos, dejando de lado lo que veníamos usando hace dos años atrás que eran los químicos”.
¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué pasarse al equipo orgánico? “Principalmente notamos una gran diferencia en la calidad de planta extendida a lo largo del tiempo, porque una de las diferencias que notamos fue que con el químico también teníamos resultados en hermosa y verde lechuga, pero sí se pasaba de los días que tenía que ser para cosecha, la planta iba perdiendo su masa, iba quedando más chica con menos hojas, que te bajaba el rendimiento del invernadero. Al empezar a trabajar con los orgánicos lo que notamos es que la teníamos mayor rendimiento y duración en el tiempo, mejor calidad en planta, color, textura. Incluso hay gente que llegó a decir que tenía otro saborcito en el paladar”, explica el horticultor misionero.
Mirá la entrevista completa con Hernán Ramón:
Más allá de las ventajas comparativas que él y su familia encontraron en el resultado de su producción, Román asegura que este cambio le aseguró buenos mercados. “Le estás vendiendo a la gente algo que no tiene ningún tratamiento químico, que no es dañino, perjudicial para la salud ni nada. Hoy en día no hay diferencia en el tema de precio a la hora de la venta entre lo que es tratado de manera convencional con lo que es con los orgánicos”.
Este proceso lo explica Hernán de una forma sencilla: “Nosotros tenemos que hacer todas las semanas controles bromatológicos, y trabajando con orgánicos no tengo ningún problema en eso. Incluso la empresa a la que nosotros le abastecemos, la cadena de supermercado, ya directamente va la camioneta de acá con la mercadería y ya ni la controla, porque sabe cómo está tratada, de dónde viene. La empresa tiene un cuidado con la mercadería que ellos venden, te controlan todo. A nosotros nos liberaron por la calidad, a comparación de lo que le hacen a otros productores. Aparte que roto la producción durante todo el año, depende la estación directamente yo le aviso, que empecé a producir tal cosa, ellos ya me empiezan a pedir también. No es que si yo planto una cosa voy a correr el riesgo de no tener mercado donde ubicar mi producción. Sé que el mercado me compra”.
Como si fuera poco, la familia Ramón intentará en el corto plazo retomar la producción ancestral de la tierra y de su abuelo, la yerba mate, también en esa chacra de 10 hectáreas y bajo producción orgánica, cerrando así el círculo productivo y familiar.