Juan Carlos Eiras es el presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) y uno de los dirigentes que intentará negociar con el gobierno para que revierta la decisión de clausurar las exportaciones de carne vacuna. La entidad se manifestó “en contra de cualquier medida que implique el cierre o limitaciones a las exportaciones de carne”. Y aunque muchos de los corrales de engorde están perdiendo dinero por la fuerte suba del maíz, el empresario también se mostró en desacuerdo con cualquier posible intervención oficial sobre el mercado de ese grano.
Eiras explicó con claridad por qué piensa que el cierre de las exportaciones de carne ha sido un error. “Más del 70% de la carne que se exporta en Argentina proviene de la vaca manufactura y conserva, pero los argentinos no comemos esa vaca, y encima ahora comemos menos porque nos cuesta más caro”, explicó.
Y añadió: “Pienso que esto es un daño colateral al criador y entorpece toda la cadena, pues lo virtuoso era que podíamos mandar esa vaca a China y a un buen valor”.
Mirá la entrevista a Juan Carlos Eiras:
Eiras precisó que gracias a haber podido mandar en los últ9imos tiempos esa vaca conserva al país oriental, se permitió una tecnificación del criador y al mismo tiempo mejoró el peso de faena en el país. “Ya sea para consumo o para exportación, la Argentina debe ir hacia pisos de faena de 380 a 400 kilos”, describió, aludiendo al llamado “ternericidio” al que siempre hace mención Ulises “Chito” Forte, ex presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
El engordador también se mostró contrario a mayores intervenciones en el mercado del maíz, aunque los feedlots podrían verse beneficiados con el abaratamiento artificial de ese insumo. “El que rige la ecuación en los costos del feedlot es el maíz. Las categorías ganaderas consumidas en Argentina por lo general engordan los últimos 80 a 140 kilos en un sistema de corral, donde la alimentación es a base de maíz en casi un 70%”, explicó.
En un repaso por la evolución del precio del cereal, Eiras enfatizó en que hace no mucho el maíz cotizaba en 135 dólares la tonelada, luego pasó a 180 dólares, en la primavera pasada llegó a cotizar entre 200 y 205 dólares y este entre el verano y otoño llegó a pasar los 250 dólares. “Hablamos de un aumento de casi el 100% y en el medio el tipo de cambio”, dijo. Es que por la devaluación, en pesos subió más todavía.
El problema del ganado, según Eiras, es que no copia la inflación mes a mes. “Yo no puedo salir con una lista nueva de mis novillos terminados a fin de mes y decir ´bueno este mes van con tanta suba´; eso lo hace la oferta y la demanda, y es necesario entender esta definición porque después cuando vienen subas un poco abruptas hay que medir los atrasos que llevan”, remarcó.
La escalada del maíz genera pérdidas de hasta 2.500 pesos en cada animal que pasa por un feedlot
A su vez, aclaró que “tampoco es que el maíz define el costo de la carne al mostrador. La incidencia del maíz dentro del animal no llega al 20%. Si lo diluís en el total del ciclo te vas a una incidencia directa del 6% o 7% en el costo al mostrador. El maíz es más contundente para nuestro negocio puntual de engorde, porque ante subas de valor importantes como ahora nos deja en situación de quebranto. De todos modos no es la única razón para que suba la carne en el mostrador”, explicó con paciencia.
En los 29 años que lleva en la actividad feedlotera, Eiras recordó que “normalmente con maíz barato teníamos invernada cara y con maíz caro se abarataba la invernada”.
Lo que sucede ahora, analizó, es que “en estos últimos dos años la tenencia de ganado se convirtió en un reservorio de valor para toda la cadena agrícola-ganadera ante la imposibilidad de hacer un reservorio en dólares”. De modo que acumular terneros y novillitos se convirtió en una verdadera reserva de capital.
Respecto de la suba de la carne en el mostrador, evaluó que “el gran problema es el empobrecimiento de la billetera de la gente y no el costo relativo que tenga la carne; esto lo digo más allá de los excesos porque sé que hay mostradores que están con precios que no se corresponden”.
¿Y pueden los feedloteros aguantar este temporal? “Producimos menos y estamos mucho más moderados, sobre todo los que somos exclusivamente feedloteros como yo, que vivo y trabajo de esta actividad. Entonces hay que achicarse, ajustar y buscar negocios más puntuales”, declaró.
La CAF, que representa a la industria exportadora de carne, consideró en su comunicado que cerrar las exportaciones se contradice con el objetivo de bajar los precios.
“Prohíben las exportaciones de carne para lograr un control sobre el precio de la carne vacuna en el mercado doméstico, pero de hacerse efectiva, afectará el empleo directo e indirecto en todos los eslabones de la cadena y generará un daño innecesario al criador”, dijo Eiras en diálogo con Bichos de Campo.