En la ciudad de Rosario se está desarrollando una cumbre donde se discuten los principales temas que atañen a los suelos y su nutrición. El Simposio de Fertilidad reúne a expertos en esta rama de la agricultura, y está organizado por la Asociación Civil Fertilizar.
Bichos de Campo recorrió el congreso para buscar el aspecto económico de una realidad productiva, que está preparando una factura que en algún momento llegará: Cada campaña, se extraen del suelo más nutrientes de los que se reponen.
Esto representa pérdida de rentabilidad y un valor monetario muy grande, si es que se pone en valor. Desde la cadena estiman que esa “factura” es de al menos 30 mil millones de dólares en pérdidas de nutrientes. Es decir, habría que invertir esa cifra para recuperar los nutrientes de los suelos tal como hace 30 años.
Esta cifra es alta, y no deja de ser una cifra. En el lote y en el Excel de los productores, la cosa cambia. Esta pérdida de nutrición se nota en las plantas y sus rendimientos, además de pintar de rojo una casilla en la cuenta de márgenes de los productores. Hacer las cosas bien, en la agricultura, supone un incremento en los costos de los productores, y la cuenta parece crecer.
Para conocer el impacto de esto a campo, fuimos a buscar a Facundo Ferraguti, experto en maíz en el INTA Oliveros, y coordinador Nacional de la Red Nacional de Maíz, quien describió el escenario.
Ferraguti aseguró respecto a esta cuestión: “Cuando pensamos una fertilización, lo que lo que deberíamos tratar en lo posible, es al menos reponer lo que vamos a retirar en el rendimiento, en los granos. Una tarea difícil porque nos implica calcular un poco cuánto vamos a perder de lo que aplicamos y cuánto va a ser el rendimiento final de un cultivo, ¿no?”.
Siguiendo esta premisa, el santafesino agrega: “En los últimos años lo que está más complicado es un tema de decisión, netamente de decisión. Tuvimos muchos años en los cuales no fue una decisión agronómica fertilizar, y al día de hoy, para muchos, tampoco sigue siendo una decisión agronómica”.
“Hay técnicas que estiman cuánto vamos a necesitar para una población de plantas, hay técnicas que nos permiten estimar cuánto vamos a necesitar para un rendimiento objetivo para mi suelo, y en base a parámetros económicos, también una dosis óptima económica. Bueno, hay un montón de herramientas que todas tienen sus pros y sus contras, pero que en definitiva son herramientas de la agronomía para que nosotros decidamos qué dosis económica, óptima económica, o de reposición vamos a necesitar de un nutriente”, sostuvo también el especialista de Oliveros.
Mirá la entrevista completa con Facundo Ferraguti:
Según Ferraguti, se fertiliza lo que se puede desde lo financiero y económico. Y quizá esa sea la razón de la abultada factura que tiene pendiente el sector agrícola. “A veces nos llega la consulta que nos dice yo le voy a poner tanto de urea, o tanto de fósforo, ¿qué esperás vos que me puede dar de rendimiento? Es una pregunta que nos embretan siempre, no es fácil de responder, no deberíamos responder en realidad, pero muchas veces se termina calculando así la dosis de fertilizante, lo cual desde un punto de vista financiero puede ser entendible, pero para lo que me atañe a mí, que es la agronomía, no es lo ideal, porque vos ya le podés estar poniendo un techo al cultivo, o en un año malo le podés estar poniendo de más”.
Con esa factura en camino, Ferraguti cree que “alguien la paga”. Ese alguien para el especialista, es “la removilización del suelo, el consumo de la materia orgánica, el deterioro de las propiedades físicas que viene después de eso, es decir, que el rendimiento es el que paga la factura. Si no te afectó el rendimiento, te lo va a pagar el lote. Lo más probable es que también te afecte el rendimiento, porque la mayoría de nuestros sistemas vienen con años de agricultura continua, y los rendimientos dentro de todo, salvo años puntuales como de la chicharrita o todo, en general, no son altísimos, pero son buenos, entonces viene pagando sistemáticamente los lotes”.
Sin embargo, aclara Ferraguti que también se podría pensar en el otro extremo, y “reponer todo”. “No hace falta estar tan fino para darse cuenta que, si es económicamente viable, va a estar muy finito, ahí no más. Entonces los niveles los vamos a tener que ir reconstruyendo de a poquito, no todos de golpe, y no solamente fertilizando, sino integrando otras prácticas, como la agricultura intensiva, tener cultivos de cobertura que nos aporten los nutrientes fijados de la atmósfera, como los cultivos de cobertura con vicia. Hay un montón de prácticas de manejo que podemos hacer, pero que, lamentablemente, hay que sostenerlas en el tiempo. No puede ser algo de que se me ocurra mañana”.
Para concluir, el experto del INTA asegura que no es ni más ni menos que “una estrategia de fertilización integral que incluya cultivos de cobertura, fertilizar la rotación y tener previsión de compra de fertilizantes, porque eso también nos permite aprovechar momentos donde la variabilidad de los precios nos puede dar una oportunidad”.
“Lamentablemente, creo que ese es el camino, el largo”, usa como frase final el agrónomo especializado.