Casi finalizada la campaña fina de este año, el sector tiene ahora la cabeza puesta en los cultivos extensivos de verano, que en muchas zonas ya avanzaron con siembras tempranas y esperan una buena temporada.
Si bien es muy temprano para evaluar qué hacer con los cereales el año próximo, la “app” CRONOGEN-Trigo, lanzada por la Fauba y el INTA y destinada exclusivamente a ese cultivo, ya advierte que habrá mayores recursos al momento de empezar.
El software, que se integra en plataformas agrícolas como Auvarant o la propia de la UBA, es una solución tecnológica a un problema siempre acuciante en el sector, como lo es la decisión de las fechas de siembra, la amenaza que representan las heladas o las olas de calor y la pérdida de rendimientos derivada de los imponderables.
Además, aseguran que facilita el trabajo para los mejoradores, permitiéndoles reducir de años a meses los procesos de desarrollo y ahorrar costos. Por todo eso es que cuenta con 50.000 usuarios en el Cono Sur, prepara su expansión hacia países vecinos y se espera que pronto funcione en Estados Unidos y Europa.

Su base es sencilla, pero efectiva: lo que hace CRONOGEN-Trigo es anticipar cuándo se producirá la espigazón y la floración en un lote determinado, y así recomendar una fecha de siembra para evitar que estos procesos coincidan con los eventos climáticos adversos.
Tal como señala un artículo de Sobre La Tierra (SLT-FAUBA), se trata de una herramienta libre y gratuita que ya opera en Argentina y otros países sudamericanos y se destaca por ser “50% más precisa que otras”.
Para que el software sea efectivo en su predicción, fue diseñado para analizar varios datos en paralelo y se sustenta en desarrollos de software anteriores. “Con solo elegir el cultivar que vamos a sembrar, la localidad y una fecha de siembra, el sistema predice las fechas de espigazón y de floración con apenas 3 o 4 días de error”, explicó Daniel Miralles, docente de Cerealicultura en la FAUBA.
Tratándose del principal cereal producido a nivel país, muy sensible a las heladas y los calores extremos, se trata de un desarrollo clave para el sector. Y como aborda un problema común a diferentes latitudes, que es el impacto climático en fechas muy particulares, su potencialidad excede al agro argentino.
En realidad, esta plataforma se basa en una serie de modelos -todos pertenecientes al paragüas CRONOS- desarrollados en 2007 para conocer el ciclo de los cultivos y de sus variedades. “En esta versión incorporamos información genética de trigo y de 35 años de historia climática en más de 260 localidades”, afirmó Miralles. Los resultados están publicados en la revista científica Journal of Experimental Botany.
Además de mayor información estadística y registros históricos, este último lanzamiento incorpora también funcionalidades específicas para los fitomejoradores, ahorrándoles costos y tiempos de trabajo.
“Hace 20 años, encontrar determinado gen de una variedad costaba cientos de dólares porque se precisaban años de pruebas con muchas variedades en muchas parcelas distintas. CRONOGEN-Trigo puede bajar el costo a una décima parte de ese valor —o incluso menos— porque permite seleccionar una enorme cantidad de combinaciones genéticas ideales sin tantas pruebas a campo”, explicó el investigador de la FAUBA, que asegura que por ello puede reducirse de una década a pocos meses el tiempo de desarrollo.
Mientras se preparan para desembarcar en Paraguay, Chile y Uruguay, los desarrolladores de esta “app” también ultiman detalles para exportarla a Estados Unidos y Europa, en donde la producción triguera es también muy relevante, y se espera que el producto haga mella en el sector.




