Las aplicaciones de fitosanitarios ganaron en los últimos años un nuevo e incipiente rumbo. Se trata de los bioinsumos, que son productos de origen biológico, es decir a partir de microorganismos, y cumplen algunas de las funciones de los agroquímicos tradicionales, los que se usar hace tiempo en el campo.
La tendencia en el uso de este tipo de productos a campo es muy reciente, pero gana terreno año a año en los campos, e incluso lleva a las grandes compañías productoras de insumos a seguir de cerca esta emergencia, incluso comprando algunas fábricas de insumos orgánicos.
Bichos de Campo también da cuenta de esta tendencia que viene a obligar a repensar los planteos agrícolas y ganaderos. En este enlace, puede consultar algunos testimonios de productores intensivos que los aplican, sus reflexiones al respecto y la palabra de especialistas.
Nutrición y protección vegetal, estos son los dos grandes grupos de bioinsumos en los que trabaja desde hace años el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Y aunque el desarrollo de los mismos tenga, entre otros, el objetivo de cuidar el medio ambiente y aumentar la capacidad de industrialización, para Fernando Salvagiotti, este desarrollo debe ser pensado no como un reemplazo de las prácticas con químicos, sino como un complemento. Sobre todo, si se trata de insumos biotecnológicos relacionados con la nutrición de los cultivos.
“Muchas veces se habla de que ¨voy a poner una bacteria para reemplazar los nutrientes´ y eso no es lo real. Buscamos otro tipo de efectos como mejor un crecimiento, algún tipo de implantación de los cultivos, pensando en el todo. No vamos a dejar de usar un fertilizante por usar un bioinsumo. Esa es la filosofía que tenemos”, cuenta el investigador.
– Hay quienes dicen que los insumos vienen a reemplazar los tradicionales que conocemos. ¿Vos crees que se vienen a complementar incluso en un futuro, que es necesario que convivan?
Se van a complementar, se van a reducir el uso de algunos sobre otros. Es distinto el impacto de un insumo sobre el control de enfermedades, ahí podemos hacer algún tipo de reemplazo. Pero en el caso de los insumos en relación con la nutrición de los cultivos que trabajamos nosotros un poco más fuerte, no vamos a reemplazar ahora una bacteria solo por el fósforo no va a reemplazar la fertilización fosfatada. A lo sumo nos va a complementar y hacer un efecto más estimulante.
Mira la entrevista completa con Fernando Salvagiotti:
-En campañas como esta, donde lo climático es protagonista, ¿ves que haya que afianzar un poco esta convivencia entre bioinsumos y químicos?
Seguro que sí. Lo que pasa que esta es una etapa inicial del desarrollo de estos productos. Lo más importante es ver cuál es el proceso que está afectando cada uno de esos productos para poder recomendar. Esta campaña fue extrema, en cuanto a lo de los eventos climático, no significa que haya que dejar de usarlos. Yo creo que en el futuro uno va a ir de apoco incluyendo dentro de la planificación algunos bioinsumos.
-¿Qué falta, en esta articulación pública-privada para que sigan creciendo la producción y la utilización de estos insumos?
La articulación pública-privada es un acuerdo que aparece sobre todo cuando hay un producto que tiene un desarrollo promisorio y tiene la posibilidad de ser comercializado rápidamente. Existen muchos acuerdos dentro del INTA y muchos desarrollos que tienen que esperar el tiempo para poder ver la luz. No se da todo tan rápidamente. Sobre todo cuando hablas de bioinsumos y micro organismos no es algo tan fácil y directo. Una de las cuestiones que se lucha mucho dentro del INTA acerca de los microorganismos es que éstos sean benéficos y no tengan ningún efecto negativo en la salud. Hay que tener cuidado porque no todo lo que sea biológico es bueno.