Los productores brasileños recolectaron 112 millones de toneladas de maíz tardío, un 21% por encima del 2024. Sin embargo, las exportaciones del cereal entre junio y septiembre de este año fueron de 17,2 millones de toneladas, apenas un 2% más que en el mismo período de 2024.
“La ‘safrinha’ concentra la mayor parte de la oferta y define la estacionalidad exportadora del maíz brasileño, que se intensifica a partir de junio/julio. Sin embargo, la absorción interna de maíz viene in crescendo durante los últimos años, limitando el saldo exportable, aunque la producción aumente a pasos agigantados”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El consumo de maíz para uso forrajero en Brasil está en máximos históricos y se espera que siga creciendo. Pero la clave es que el uso de maíz destinado a la elaboración de bioetanol está registrando un crecimiento exponencial.
Desde enero hasta agosto de este año se utilizaron 13,7 millones de toneladas del cereal para la producción de biocombustible en Brasil, una cifra 3,0 millones más elevada que en el mismo lapso de 2024 y 31 veces superior a la de hace ocho años atrás.
“Es justamente la dinámica de la producción de bioetanol la que ha estado condicionando la dinámica exportadora brasilera este año (y el anterior) e indirectamente al mercado internacional de maíz”, señala el informe de la BCR.
El maíz se convirtió en el segundo insumo principal para la producción de bioetanol, mientras que el primero es la caña de azúcar, aunque en la presente campaña la producción de caña se vio afectada por problemas climáticos.
“Además, la configuración de precios internacionales y locales estaría llevando a que las industrias prioricen la producción de azúcar frente al etanol, disminuyendo la proporción de caña utilizada para el último en favor del primero”, señala el informe.
El factor clave es que el consumo de bioetanol crece de la mano de una política de Estado diseñada para consolidar tanto la soberanía energética (o bioenergética) como la sostenibilidad del sector agroindustrial brasileño.
En ese marco, partir de agosto de este año el corte obligatorio de bioetanol con nafta en Brasil pasó del 27% al 30%, lo que implica un aumento directo de la demanda del biocombustible.
El organismo oficial brasileño Conab proyecta para abril 2025 y marzo 2026 una producción total de 35.700 millones de litros de bioetanol, de las cuales 9000 millones serían elaborados a base de maíz. Eso implicaría el uso de unas 21,5 millones de toneladas del cereal, un 14% más en términos interanuales.
“Como los exportadores brasileños deben competir con una demanda interna cada vez más intensa, el costo de llevarse una tonelada hacia afuera aumenta, restándole competitividad en el mercado FOB. Esto limita el saldo exportable brasilero, escenario que ocurrió sobre fines del año pasado, cuando Argentina se posicionó como originador clave de maíz en Sudamérica”, destaca.
La estrategia brasileña llegó en el momento justo, ya que la abundante oferta exportable de maíz en el hemisferio norte –sobre todo de EE.UU. y Ucrania– está haciendo colapsar los valores del cereal en el mercado internacional.
Al analizar la evolución de las cotizaciones del maíz en los mercados internos de Brasil y la Argentina, es factible advertir que promover el valor agregado interno del maíz contribuye a mejorar el precio del cereal y defender así mucho mejor el ingreso de las empresas agrícolas.