La zona de islas del Delta del Paraná abarca un humedal de 300 mil hectáreas en su parte inferior y de 1,750 millones de hectáreas río arriba, ya en territorio de Entre Ríos. Pero estas últimas no están sistematizadas para producir de forma estable y entonces generalmente se utilizan para la ganadería temporal o nómade. En épocas de crecida, los productores deben mover los animales en barcos jaula hacia tierra firme, y por eso no se aconseja críar bovinos sino más bien engordarlos, aprovechando la amplia oferta de pastos de calidad.
La zona inferior, ubicada en Buenos Aires, en cambio sí posee muchas hectáreas sistematizadas, mediante diques y albardones que conforman parcelas que difícilmente se inunden. Al estar cerca de la Capital Federal, a tan solo 62 kilómetros, se ha generado un polo foresto-industrial que data de la década del ’50 y si bien tiene mucho para crecer, abarca hoy entre 60 a 65 mil hectáreas implantadas (falta un censo preciso) con salicáceas (álamo y sauce). Son administradas por unos 300 productores distintos y de ellos 92% maneja menos de 200 hectáreas. O sea, son chicos.
Ver: César Fuentes, un veterano que vio crecer la forestación en el delta bonaerense
La madera producida en la región sirve para “usos sólidos” (muebles, ataúdes, puertas, envases frutihortícolas, palillos de fósforos, entre otros) y es procesada por aserraderos y debobinadoras. Aquella madera que escapa al rollizo del tronco, es decir las ramas finas, van al triturado para hacer tableros de partícula (fabricados por Arauco SA, de capitales chilenos) o para papel y cartón.
Acá entra a tallar Papel Prensa, que desde septiembre de 1978 tiene una presencia económica y productiva muy importante en esta cuenca forestal, no solo por tener sus propias plantaciones sino sobre todo por su planta industrial para producir par el para diario y otros papeles en San Pedro. El día que se inauguró el diario Clarín -uno de sus propietarios- contó el suceso con una recordada tapa que mostraba al dictador Jorge Rafael Videla inaugurando tal industria.
Más allá de las intensas polémicas que rodean la historia y el presente de Papel Prensa SA (que fue fundada en 1971 y hoy produce el papel necesario para 170 diarios en todo el país), nadie puede poner en discusión la importancia estratégica de esa industria forestal para el desarrollo de esta región productiva. En rigor, de la totalidad del triturado de madera producida en el Delta (unas 350.000 toneladas en 2014, valor estable en los anteriores cinco años) la compañía absorbió casi el 80%. El resto fue para la chilena Arauco.
Papel Prensa posee cuatro establecimientos en todo el país que están destinados al cultivo forestal. Dos de ellos están en tierra firme, en Bragado (Buenos Aires) y Teodelina (Santa Fe). Los otros dos se ubican en el Delta inferior del Paraná.
Pero estos campos no están ni cerca de proveer toda la madera necesaria para ocupar toda la capacidad de proceso instalada que tiene el monopolio del papel de diario en el país. “El 75 % de lo procesado en la planta de San Pedro proviene de campos de terceros”, destacó el ingeniero forestal de la firma, Marcos Jouanny, a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa con Marcos Jouanny:
El ingeniero explicó que de la superficie forestal en el Delta podría crecer de las 65 mil hectáreas actuales hasta unas 150 hectáreas. Pero advirtió que se necesita “mejorar la capacidad instalada y el desarrollo de caminos y demás infraestructura, para que la actividad tenga un desarrollo a largo plazo y mejore la tasa de implantación de las especies forestales”.
Jouanny aseguró que Papel Prensa planta árboles al mismo ritmo que los cosecha de sus campos, a razón de unas 180 hectáreas por año. Pero reconoce que no todos los productores pueden sostener ese ritmo.