Las exportaciones de carne vacuna continúan limitadas, pero los argumentos que llevaron a esa decisión no se sostienen en datos objetivos.
Según dijo el gobierno, los embarques de carne no podrían representar más del 24% de la producción nacional, que este año se ubicaría en 2,9/3 millones de toneladas. Es decir que las exportaciones con suerte alcanzarán las 700 mil toneladas.
Analistas del sector indican que las empresas argentinas están en condiciones de colocar este año 1 millón de toneladas en el mercado mundial, teniendo en cuenta la fuerte demanda que existe por la carne y el antecedente exportador de 2020, cuando se alcanzó un récord de ventas de 903 mil toneladas res con hueso. Luego, a partir de abril de 2021, vinieron las restricciones y los envíos cayeron a 800 mil toneladas el año pasado.
Esto significa que se dejarían de exportar unas 300 mil toneladas respecto del potencial. Ese volumen cada mes que pasa tienen un valor mayor. De hecho, en marzo de este año el valor promedio de cada tonelada exportada era 34% mayor. Su precio promedio era de 5.800 dólares contra los 4.300 dólares de igual mes del año pasado.
Calculando entonces que se dejarían de exportar 300 mil toneladas este año, y tomando como referencia el valor de marzo, el país dejaría de percibir 1.740 millones de dólares. Es plata que podría servir, por caso, para pagar importaciones de neumáticos y otros insumos para hacer viable la campaña agrícola.
Las restricciones a las exportaciones de carne generaron otro daño: incrementan la incertidumbre entre los ganaderos en un contexto macroeconómico que de por sí es muy incierto. Entonces se retiene toda la hacienda que se puede en el campo, para no tener pesos en la cuenta bancaria. Esto atrasa los procesos de terminación de la hacienda y eso se refleja en una menor faena, que en definitiva significa menor carne para ambos mercados, el mundial y el local.
Recientemente se informó que el stock vacuno había frenado su caída, y que estaba aumentando el stock de novillos y de vaquillonas. Por lo tanto, el argumento esgrimido por autoridades respecto de una menor cantidad de hacienda que pondría en riesgo el consumo ya no tiene fundamento.
En tercer término, las restricciones exportadoras del gobierno no lograron contener a la suba del precio de la carne, que encuentra un ancla solamente en el menor poder de compra del salario pero no en las medidas oficiales. El precio promedio de los cortes vacunos según la estadística del IPCVA fue en marzo de 975 pesos, lo que significó un incremento intermensual de 8,5% e interanual de 60%, en línea con la inflación promedio que informa el INDEC.