El presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), Leonardo Rafael, manifestó la preocupación que existe en el sector por la reducción que registran emprendimientos de engorde a corral (feedlots) en la oferta de vacunos y por la presión que existe sobre los precios a causa de esta situación.
En una entrevista con la agencia de noticias Télam, el dirigente empresario dijo que no prevén un aumento en la demanda interna de carne y aseguró que a pesar de los valores actuales, todavía existe un retraso en el precio del animal vivo.
-El país esta ingresando en una segunda ola de coronavirus, ¿Ven complicaciones que se puedan dar en la cadena?
-El año pasado se demostró que la cadena estuvo sólida y abasteció sin ningún tipo de problema, a pesar de un comienzo con incertidumbre. Pero nunca faltó alimento en las góndolas o en la mesa de los argentinos. De cara a la nueva ola, nos tendremos que ir adaptando y reforzando todos los protocolos que se habían indicado. Hay partes de la cadena que nunca tuvo protocolos, como la nuestra. Nadie vino con un protocolo para decirnos como nos teníamos que manejar. Optamos por lo que se le dijo a la industria y a la ciudadanía.
-¿Qué expectativas tiene el sector para este año? ¿Puede haber una reactivación de la demanda interna?
-La demanda interna esta sujeta a la economía de los ciudadanos y sabemos que hoy los sueldos no alcanzan. Esa es la misma realidad que vive la industria y el comercio. Lo que nosotros vemos con preocupación es que en algunos momentos se hacen baches donde no se consolidan los precios de la mercadería, como es el tema del gordo (animal engordado en un feedlot), donde pasan meses y esa parte del eslabón pierde capital de trabajo en su terminación y eso nos puede afectar en un futuro si no se tiene en cuenta.
-O sea, hay que tener cuidado con la situación de los feedlots.
-Hay que tener mucho cuidado, totalmente, entendiendo que también la hacienda se está recriando mucho más y va a haber mucha hacienda más racionada. Creo que el feedlot es una parte muy importante de la cadena, porque es un desarrollo muy rápido del animal para ser comercializado.
-El precio del kilo vivo desde noviembre no paró de subir, ¿Por qué se están dando estos aumentos?
-Porque al tener una invernada, materia prima para el feedlot, que entra flaco a ese lugar y que hoy esta en el orden de los 230 pesos por kilo y un maíz que está entre los 20.000 pesos, no da la conversión para que salga ese animal a menos de 210 o 215 pesos de venta mas IVA. Hoy estamos en el orden del 10% al 20% atrás de ese precio.
-¿Todavía hay un retraso?
-Sí. Esto siempre se va escalonando, por eso entendemos que los precios no van a bajar, sino que van a tener una tendencia a una suba. Están retrasados a lo que se están proyectando. Entiendo que tendrían que subir.
-¿Y ese retraso dónde está?
-En el precio al que está comprando el feedlotero. Hoy está proyectando con un precio ya de suba de acá a dos meses.
-¿Y por qué se está dando una retracción en la oferta de animales?
-Porque se estuvo perdiendo mucha plata de capital, no en rentabilidad. Al tener menos plata, existe menos inversión y menor compra de hacienda por parte de los feedlots. Si además el grano te juega en contra y el mercado no resiste los precios, llega un momento donde se hace un tapón, un cuello de salida de hacienda donde se achica la oferta. Hoy no es negocio engordar.
-¿No ven una especie de especulación en la parte del eslabón que le vende al feedlot?
-No. La producción, los que venden la invernada, hoy están en un muy buen valor, pero se les va a hacer una meseta porque no pueden ir subiendo todo el tiempo, pero eso lo va a manejar la demanda.