Pablo Flores es técnico del Senasa y es quien uno de quienes está en la linea de fuego en la pelea contra la más temible enfermedad de los cítricos, el HLB (Huanglongbing) o “dragón amarillo”. Su trinchera está situada en la zona citrícola del norte de Entre Ríos, donde monitorea unas 35.000 hectáreas de naranjos y mandarinos y donde ya se han detectado los primeros casos.
“Desde 2010 a la fecha hacemos monitoreos rutinarios. En 2017 apareció el primer foco de HLB en la zona de Villa Rosario, que consistió en detectar al insecto vector”, dijo Flores a Bichos de Campo, en referencia a la Diaphorina citri o “chicharrita”, el insecto que sirve de transmisor de la enfermedad. Luego de aquel episodio, en los ´jultimos meses aparecieron además casos concretos de afectación en las plantas.
Flores explicó que ante una detección del insecto portador de la bacteria “se toma una muestra tanto del insecto como del material vegetal, y se envía a laboratorio para análisis, donde nos reportan si es positivo o negativo el resultado”. Pero cuando lo que se detecta en el campo son síntomas en plantas, como sucedió en 2019, “hacemos planes de contingencia”.
Mirá el reportaje completo realizado a Pablo Flores:
El técnico del Senasa enumeró los pasos que siguen en caso de ser positivo el resultado de HLB en un árbol de cítricos. “En primer lugar, se comunica al productor qué planta es la que dio positivo, y se procede a la erradicación de esa planta, porque no hay cura para detener la enfermedad. Si una planta está enferma, el insecto vector se alimentará de esa planta enferma, y es la que contaminará a las que tenga a su alrededor”, explicó.
El peligro de esta enfermedad es que es silenciosa, según advirtió Flores. “El insecto contamina la planta y recién luego de un par de meses o hasta después de un par de años aparecen los primeros síntomas”, explicó.
Flores destacó que la bacteria vive y se desarrolla en el floema ( Tejido vegetal constituido por los vasos o conductos que transportan la savia) de las plantas, obstaculizando el flujo de savia. A partir del brote afectado, la bacteria se dispersa por toda la planta, afectando la copa y disminuyendo la producción de flores y frutos. “La bacteria comienza a ahogar a la planta, y otra característica del HLB es que deforma la planta”, describió el técnico del Senasa, que trabaja en una desesperada maratón de cursos para enseñar y concientizar a los productores y ciudadanos de toda esta región.