Pablo Cattani es un asesor privado que sabe mucho sobre tecnificación ganadera. Tiene un amplio bagaje en el tema por haber integrado aquel selecto grupo de técnicos del INTA Manfredi que, con Mario Bragachini a la cabeza, innovó mucho en la adopción de maquinaria durante los años 90. Cattani se especializó sobre todo en la investigación, adaptación y difusión de la tecnología para conservar forrajes, en forma de heno o silo picado húmedo.
El tipo es un fanático de los forrajes conservados y se le nota a la legua. Los considera esenciales para mejorar los índices productivos en la ganadería argentina, que como todos sabemos están bastante estancados en las últimas décadas y deberían crecer. Cattani, optimista, cree que ese proceso ya ha comenzado de la mano de tecnologías como las que él pregona.
“No somos como Nueva Zelanda en donde llueve parejo todo el año. Aquí tenemos veranos e inviernos bien marcados. Entonces conservar y transferir las reservas forrajeras para las épocas que falta pastó (en el invierno) es crucial para tener buenas pariciones. Porque la vaca se preña por la boca. Y de julio a septiembre es muy difícil tener buen pasto”, explicó Cattani a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista ganadera con el especialista en alimentación animal:
En realidad, cada vez más productores realizan reservas forrajeras para poder sostener la misma carga animal durante todo el año. “En el país tenemos 3,2 millones de hectáreas de alfalfa y 54 millones de cabezas. Así que si no hacemos forraje conservado, nos vamos al tacho”, afirmó Cattani.
El técnico agregó que no existen regiones marginales para estas prácticas y que en el norte del país, por ejemplo, los márgenes pueden ser hasta más altos que en la pampa húmeda. “Con un menor costo de la tierra y la misma ganancia de peso al hacer bien las cosas, la ganancia es mayor. El tema es que tenemos que volver a aprender, nuevas técnicas que son desconocidas por los ganaderos de tradición”, comentó.
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Cattani destacó que existe en el país un grupo de contratistas forrajeros de lo más tecnificados que está nucleado en la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros. “Yo soy un fanático de esa cámara”, exclamó.Y explicó: “Son innovadores, se agrupan todos y no son formadores de precios sino analizadores de costos. Son sumamente elásticos en cuanto a la tecnología y piensan siempre en el cliente, porque al final de cuentas la cuenta la termina pagando la vaca”, contó.
-¿Vos recomendarías a un ganadero apoyarse en este tipo de contratistas?
-Sin duda. Aquellos que no tengan la expertise para realizar las reservas forrajeras, recomiendo que los contacten.
Por último, Cattani manifestó que en el país la adopción de este tipo de tecnologías está provocando un visible aumento de la producción. “En los últimos cinco años recuperamos 10 millones de cabezas que habíamos perdido, estamos exportando e ingresando divisas por medio de la carne”, destacó.
También se mostró optimista en cuanto a la aparición de nuevas tecnología en materia ganadera. “En la Expoagro estuve viendo muchas cosas positivas en materia de maquinaria para mejorar la ganadería, como tecnologías para limpiar campos posdesmonte y poder entrar con maquinaria forrajera. O renovadores de pasturas en regiones fuera de la pampa húmeda. O ruedas de alta flotación en rotoenfardadoras, lo que me dice que se está cuidando el suelo. Y hasta tecnología de atado con red para rollos, que permiten una mayor captura de forraje por unidad”, enumeró.
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