En los últimos años la producción ovina ganó terreno como otra alternativa para pequeños y medianos productores, ya que no exige contar con campos de gran tamaño y al mismo tiempo se comenzaron a difundir más las bondades de su carne. A la par, la Ley Ovina que acaba de ser extendida dio soporte financiero a nuevos emprendimientos.
El grupo Ovinos de la Cruz, que reúne a productores de General Rodríguez, Exaltación de la Cruz, Zárate, Areco, 9 de julio y Capitán Sarmiento, que además intercambian información y coopera con la Mesa Ovina de Chacabuco, trabaja en diferentes líneas de desarrollo del sector en esa zona ubicada al norte de la provincia de Buenos Aires.
“Nuestro primer interés es estimular la producción y el posicionamiento de la carne ovina y además mejorar la comercialización de nuestras lanas. Queremos que la carne llegue a la góndola con la trazabilidad sanitaria, de manejo, de bienestar animal y de nutrición correspondiente. Queremos que se comprenda que esta producción es en armonía con el medio ambiente. Todos esos factores son importantes el día de tener los animales listos para la faena”, explicó Ana Boracchia, una de las integrantes de este equipo de productores que ahora está armando la Cooperativa Productores Ovinos de la Cruz. .
La referente dijo que los integrantes de ese grupo están faenando en el frigorífico Yabecor, ubicado en Chacabuco, que tiene un convenio con carnicerías. Eso les permite obtener un buen valor por la carne, que por supuesto tiene que llegar a valores inferiores a los de la carne vacuna para poder competir.
Escuchá la entrevista con Ana Boracchia:
Según contó la productora, por animales de hasta 12 kilos se pagan 409 pesos IVA incluido por kilo en gancho. Por los de 12 a 20 kilos obtgienen en tanto unos 368 pesos. Lo bueno de este esquema comercial es que pueden vender tanto corderos como ovejas de refugo.
Para mejorar más la comercialización , que suele ser el cuello de botella de los proyectos ovinos, estos productores también están desarrollando el “compartimento ovino”.
La intención de este “compartimento” es que el consumidor cada vez que vaya a comprar esta carne se encuentre con un producto homogéneo. Sucede que muchas veces se produce el efecto “rejunte”, y eso implica que se envíen a faena lotes de ovinos que tuvieron diferentes sistemas de crianza. Por lo tanto luego la carne presenta diferentes características.
La idea es acopiar para el abasto local hacienda a la que se le aplica un protocolo sanitario, y que se le pide a cada productor que aporte hacienda para la faena que cumpla con determinados requisitos. Esa hacienda es caravaneada, se la registra y debe ser cuidada siguiendo determinados parámetros nutricionales, de manejo y de bienestar animal. Todo monitoreado por los coordinadores de Ovinos de la Cruz.
Entonces llegada la fecha de venta a faena se puede tener una detallada trazabilidad del animal. En el protocolo se detallan las vacunas, la desparatización y la ausencia de antibióticos. “Podemos así garantizar que estamos llevando al mercado un alimento diferente y de buena calidad”, resumió Ana.
Boracchia cree que la difusión de estas mejoras en el comercio de carne y de hacienda ayudarán a una necesaria formalización de las majadas, y que así se contagiará a otros criadores entusiasmo en un proceso que requiere además de la participación del Estado. “Esto va a traccionar para que los productores formalicen y para que desde el Estado bajen campañas en ese sentido”, se ilusionó la veterinaria.
Además contó que están muy entusiasmados con la convocatorio que les hizo el gobierno de la ciudad de Buenos Aires “para presentar en lugares estratégicos la carne ovina”.
“Quieren que la presentemos nosotros, que mostremos cómo la hacemos y qué tipo de cocciones se puede hacer, desde a la parrilla, en guisos, empanadas, pinchos, etcétera”, describió sobre esta iniciativa. Si bien todavía no hay una fecha definida “lo venimos trabajando seriamente y con gran responsabilidad porque no nos pensábamos llegando a esos lugares”
Boracchia está convencida de que el crecimiento de la ganadería ovina tiene un triple impacto: “Es una excelente alternativa para que se pueda exportar más carne vacuna y al mismo tiempo estamos abasteciendo al mercado interno de un producto de alto valor nutricional. En segundo lugar, nos lleva a trabajar con escuelas agrarias de la provincia para que los chicos participen de los grupos y así compartir el trabajo en red para capacitar alumno. En tercer término, genera arraigo y mano de obra porque el ovino requiere de cuidado constante y trabajo intensivo”.
Hace un par de años, Bichos de Campo hizo un porgrama especial sobre este proyecto ovino, que por fortuna sigue avanzando: