“Lechuga versus palos”. Con ese lema, que hace alusión a la represión policial de una semana atrás, nuevamente se manifestaron en Plaza de Mayo cerca de 5.000 quinteros, en reclamo de créditos blandos, acceso a la tierra y otras medidas de apoyo para los pequeños productores del tercer cinturón del conurbano bonaerense.
Convocados por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), este grupo el pasado 15 de febrero había organizado una protesta similar en Plaza Constitución, pero fueran desalojados por efectivos policiales con el argumento de que no tenían permiso de la ciudad para manigfestarse en ese lugar.
La nueva protesta la llevaron a cabo en Plaza de Mayo, doende regalaron cerca de 20.000 kilos de hortalizas producidas por ellos mismos. La agrupación UTT, que nació en la zona de quintas cercanas a la ciudad de La Plata, donde se produce cerca del 60% de lo que se consume en la ciudad de Buenos Aires, construyó sus bases durante la crisis del 2001, y se define como un sector gremial de productores sin tierra, debido a que “el 90% alquila el lugar donde cultiva”, según aseguró a los Bichos de Campo el secretario nacional de la UTT, Nahuel Levaggi.
Escuchá lo que nos decía Nahuel Levaggi:
Levaggi explicó que en esta ocasión “repartimos los 20.000 kilos a mas de 10.000 familias porque consideramos que al hambre se la puede combatir con lechuga en lugar de palos”, en referencia a la represión policial.
“En la UTT elegimos la lechuga, la soberanía alimentaria y el comercio justo y directo, tanto para el que produce como para el que consume. Este verdurazo fue sumamente positivo porque miles de familias nos hemos movilizado”, reflexionó Levaggi, para quien hay una diferencia promedio de precio del 400% entre lo que cobra el productor y la verdulería.
Entre los tantos reclamos de la UTT, figura una Ley de Acceso a la Tierra, una especie de PROCREAR Rural que no tuvo avances en Cámara de Diputados. También piden por el restablecimiento del Monotributo Social Agropecuario, que fue derogado en agosto de 2018; políticas de igualdad de género para la Mujer Rural; y apoyo económico y técnico para la transición hacia la agroecología.
De a poco vamos a ir desenmascarando a todos los cucos del agronegocio y los periodistas agronazis que defienden al modelo tóxico, incluido matias longoni y sus secuaces. La comida será justa, sana y soberana aunque les duela a los sojeros amigos de monsanto como ustedes.
Vamos! Basta ver los niveles de residuos de agroquímicos de las muestras que sacan en el Mercado Central para comprobar que estos horticultores no solo aplican (que si lo hicieran bien no tendría nada de malo) sino que lo hacen mal, con productos no registrados y sin respetar el intervalo mínimo entre tratamiento y cosecha.