El ministro y candidato presidencial Sergio Massa finalmente no anunció lo que iba a anunciar en Córdoba y trajo una novedad que, de todas maneras, no fue comunicada de manera adecuada.
“En un rato en Bio4 vamos a hacer un anuncio para que no nos vuelva a pasar que haya empresas petroleras que tomen de rehén a la gente para frenar el crecimiento del los biocombustible en la Argentina”, dijo Massa este lunes durante un acto en el cual se anunció la ampliación de la tarjeta SUBE a la provincia de Córdoba.
La declaración parecía ser la antesala del anuncio del aumento del corte interno de bioetanol con nafta del 12% al 15%, aunque, en los hechos, resultó un poco extraña porque más de la mitad del mercado de combustibles en la Argentina está en manos de la compañía estatal YPF.
Massa se trasladó posteriormente a la planta de Bio4, donde lo esperaba el presidente de esa empresa, Manuel Ron, y el director de Aceitera General Deheza (AGD), Roberto Urquía, propietario, junto a Bunge Argentina, de la industria etanolera ProMaíz.
Estaba todo listo, tal como se había comunicado a referentes del sector, para anunciar el aumento del corte del 12% al 15%, pero eso no ocurrió. En cambio, Massa habló de “aumentar el cupo en un 40%”, sin dar mayores detalles al respecto.
Cuando terminó el acto, muchos se preguntaron a qué se había referido al ministro de Economía y candidato. Por suerte, la secretaría de Energía, Flavia Royón, explicó a los presentes que la referencia hecha por Massa correspondía a una ampliación del cupo adicional de bioetanol destinado a abastecer el cupo del 12%.
Sucede que, frente al aumento del consumo interno de nafta y la decreciente participación de los aportes realizados por los ingenios azucareros –que prefieren usar la caña para elaborar azúcar en lugar de bioetanol porque se trata de un negocio mucho más rentable–, Royón dijo que la ampliación del cupo de bioetanol, que en principio se había instrumentado en 250.000 metros cúbicos, será finalmente de 400.000 metros cúbicos. Es decir: un aumento del 60% y no del 40% como había indicado Massa.
Royón dijo además que se tomó la decisión, en caso de resultar electos en el balotaje del 19 de noviembre, de implementar una “convergencia” regulatoria con Brasil en materia de biocombustibles, de manera tal de poder implementar cupos crecientes de uso interno de bioetanol en línea con la posibilidad de poder emplear vehículos flex fuel.
Semejante comentario generó entusiasmo entre los asistentes, aunque se trate solamente de una promesa. Al pasar en limpio los anuncios, lo único concreto es una ampliación hasta 400.000 metros cúbicos del cupo adicional que solicitará el Estado nacional para poder cumplir con el corte obligatorio de bioetanol del 12%.
¿Y con respecto al anunció del corte del 15% que finalmente no ocurrió? Sucede que, tal como sucedió en otras oportunidades, integrantes de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) mostraron reparos al enterarse de la iniciativa oficial y comunicaron que, en caso de implementar el corte al 15%, los motores de la mayor parte del parque de vehículos presente en la Argentina perderían la garantía.
Esa gestión –tal como ocurrió en otras oportunidades– terminó desactivando el anuncio que esperaba con ansiedad el sector etanolero. El lobby de las automotrices se complementa con el de las compañías petroleras, que tampoco quieren que avance el desarrollo del sector de los biocombustibles para mantener su participación en el mercado argentino de los combustibles.
Experiencias realizadas por la propia Bio4 en su flota intenta de vehículos muestra que el uso de bioetanol hasta una proporción del 60% con nafta es técnicamente viable en todas las condiciones meteorológicas.
Mientras que en la Argentina el corte obligatorio de bioetanol con nafta es del 12,0%, en Brasil se encuentra en el 27,5% y el 85% del parque de vehículos brasileño es “flex fuel”, es decir, puede usar nafta o etanol al 100% o bien una combinación de ambos sin inconvenientes al disponer de emuladores automáticos.