Tal como sucedió en mayo y octubre del año pasado, las autoridades del Banco Central (BCRA) volvieron a entorpecer la importación de fertilizantes para provocar una interrupción de las ventas internas de ese insumo crítico para el agro.
Esta semana, por medio de la Comunicación “A” 75732 del BCRA, se reforzó el “cepo cambiario” para comenzar a restringir, una vez más, la posibilidad de que los importadores puedan acceder a dólares al tipo de cambio oficial.
Tal como se hizo en las dos oportunidades anteriores, el BCRA aplica un “cerrojo” general a todas las actividades para luego comenzar a aplicar excepciones particulares, las cuales, en el caso de los fertilizantes, fueron en su momento concedidas luego de un par de semanas de negociaciones.
Hay que exportar más dicen…Plan para producir 200 millones toneladas etc etc. La realidad: pic.twitter.com/WY9X6lrS1i
— Santiago del Solar (@Santiagodelsola) June 29, 2022
Ahora se vuelve a repetir el problema –por tercera vez– en plena siembra del trigo y la cebada, lo que genera un trastorno enorme a aquellas empresas agrícolas que deben gestionar la compra de fertilizantes para asegurar los rendimientos potenciales de ambos cereales.
Para las empresas de fertilizantes también representa un problema mayúsculo, porque están en plena gestión de la importación de fertilizantes –en un momento por demás complejo a nivel mundial– con el propósito de asegurar el abastecimiento de nutrientes para la próxima siembra de granos gruesos.
Gracias al refuerzo del “cepo cambiario” implementado contra los importadores, en lo que va de esta semana el BCRA logró comenzar a acumular reservas internacionales a costa, claro, de generar muchos inconvenientes de diferentes sectores de la economía, uno de los cuales, el agro, es nada menos que el responsable de la provisión de la mayor parte de las divisas generadas por la Argentina.