“Insostenible” es el adjetivo que utilizaron en diálogo con Bichos de Campo tanto Antonio Riccillo, importante productor de cerdos y feedlotero en la provincia de Buenos Aires, como Adolfo Franke, productor porcino y presidente de la Asociación Argentina Productores de Porcinos (AAPP). Se referían a la gran suba de costos que experimentan los productores de cerdos al adquirir maíz, la materia prima básica para alimentar a sus animales.
La suba del cereal de los últimos días impacta en muchas actividades que lo utilizan en la alimentación de animales, como los vacunos, pollos y cerdos. De hecho, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reconoció que los precios actuales, los 283,85 dólares en Chicago, no se veían desde julio de 2013. A nivel local, y a pesar de la vigencia de retenciones del 12%, el grano pasó a valer unos 23 mil pesos la tonelada, cuando a igual fecha del año pasado estaba a unos 8 mil pesos.
Países demandantes de granos y carnes, como China, se mantienen muy activos y no dan chances a que el cereal tenga una baja. Además, en la Argentina la cosecha del maíz recién está arrancando y a su vez, la sequía afectó seriamente las campañas productivas de los Estados Unidos y Brasil, que son exportadores clave de soja y maíz.
“Esta suba actual de casi un 180% del maíz en el último año fue muy inusual y nos impacta. Hace un año atrás teníamos un cereal que, puesto en planta, nos costaba entre 8.400 y 8.500 pesos la tonelada, pero en los últimos días se vio una aceleración de los costos, lo que nos obliga a afilar nuestros números”, dijo Riccillo.
El grupo empresario que coordina produce cerdos hace 30 años. “Históricamente el maíz fuera de cosecha costaba 92 dólares la tonelada y en cosecha valía 73 dólares. Hace un par de años este valor cambió y hoy estamos en más del triple”, declaró.
Para Riccillo este “es un momento muy difícil. Estamos evaluando hacer ajustes sobre nuestros costos de producción que hoy están entre 5% y 8% arriba de los costos de venta”.
Mientras desde entidades como la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) se enfocan en sostener que más que una afección por la suba internacional del cereal lo que ocurre en realidad es que “muchos productos generados con maíz tienen un precio congelado”, Riccillo, al igual que tantos otros productores que utilizan al cereal como insumo para las raciones animales, piensan que debería haber medidas inmediatas del Gobierno para aliviar la situación.
“Necesitamos que el insumo básico para la producción de carne, que es el grano, tenga un descenso de precio o bien que haya una compensación. Alguna medida hay que tomar en el corto plazo porque esta situación de quebranto no va a aguantarse tanto tiempo”, manifestó el empresario con criaderos en General Alvear y Saladillo.
“Si miramos la pizarra de hoy o la de ayer notamos que todos los días hay variaciones. En nuestro caso, que somos productores de cerdos, de pollos y de vacunos en feedlot a escala, y por ende somos también grandes consumidores de soja y de maíz, estos números nos descolocaron muchísimo”, agregó.
Según Riccillo, “tanto en cerdos como en pollos el costo de producción se ubica muy por encima del costo de venta, una situación que hacía rato no veíamos de modo tan cambiante y abrupto. Cuando vemos al Presidente de la Nación (por Alberto Fernández) hablar de la carne, creemos que debería revisar también otros parámetros porque hay preocupación por garantizar la mesa de los argentinos pero no ve cómo se maneja internamente el costo de los insumos”.
“O se ajustan los precios o se ajusta la producción, pero en el medio los productores más chicos están más complicados aún. La inflación que tenemos nos pega fuerte a todos y calculo que tendrá que verse en los costos de la oferta y en su incidencia en la góndola. Siempre sucedió lo mismo”, evaluó Riccillo.
El incremento de los costos -granos que cotizan en dólares- se da mucho más rápido de lo que tardan en acomodarse luego los precios. Como si fuera poco, hay mucha incertidumbre y un mercado muy volátil. “Estamos en contacto permanente con productores, consumidores y frigoríficos, y nos consultan qué va a pasar. No tenemos la varita mágica. Solo puedo decir que tenemos una cadena de producción y de volumen que no puede parar. No podemos restringirle la comida a los cerdos o suplantar al maíz y a la soja”, consideró Riccillo.
“Hoy preparás una planilla y al otro día está desactualizada por la variación en los precios. Hay que ver si avanza la cosecha y se calma un poco el maíz, ahora que se va terminando la trilla de la soja y arranca la del cereal. Quizás estos valores bajen un poco”, se mostró confiado.
Adolfo Franke, que también es productor y presidente de la Asociación Argentina Productores de Porcinos (AAPP), se mostró igualmente preocupado por la suba de costos de producción. “Desde diciembre del año pasado el capón en pie subió 10% pero los costos subieron mucho más, por lo cual hemos perdido el margen de rentabilidad que teníamos”, avisó.
De acuerdo a Franke, los productores más eficientes están en un nivel de rentabilidad positiva, pero sin considerar demasiado las amortizaciones. El resto de los productores mantiene una rentabilidad negativa. “El precio de la carne en mostrador subió más del 10% de nuestro precio y por eso entendemos que ahí hay espacio para que nosotros recibamos, al menos, un 10% de incremento que pueda volver positivas nuestras operaciones”, reveló.
“Es muy importante que esta situación ocurra a la brevedad ya que el capital que requiere la producción primaria de carne de cerdo es muy alto, no es una actividad que podamos parar y no nos es posible sostener mucho más esta situación de costos altos”, concluyó.