Rosendo Pomba, ingeniero agrónomo (Matrícula CIASFE 82-4-0345) y consultor en recupero de envases de fitosanitarios, envió este texto a Bichos de Campo porque considera que hay que darle una vuelta de tuerca a la estrategia del sector para cumplir efectivamente con la ley que obliga a los fabricantes a retirar del medio rural los envases vacíos de agroquímicos. Esa tarea viene implementándose desde 2018 a partir de la tarea de la Fundación Campo Limpio, pero por la demora, el gobierno bonaerense acaba de dictar multas millonarias contra varias empresas. Pomba cree que hay que avanzar en la trazabilidad obligatoria de los envases, además de una difusión mayor de las buenas prácticas:
Desde su promulgación en 2016, la Ley 27.279 de “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios”, establece un marco regulatorio para la gestión de esos recipientes.
En este contexto, las empresas de agroquímicos deben implementar un sistema de gestión integral de envases que debe ser respaldado por la autoridad competente de cada provincia, como es el caso del Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS) en el territorio bonaerense.
Hasta ahora, las sanciones a firmas que incumplen con las normas ambientales se han centrado en multas millonarias. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para que se garantice el cumplimiento de la ley. Como muestra, siguen sin recuperarse más de 20 millones de kilogramos de plástico del año 2019, 20 millones del año 2020 y otros 18 millones estimados para el 2021. Según informó el OPDS de las 107 empresas que conformaban en ese momento la fundación, 73 presentaron declaraciones juradas y de esas, 26 fueron multadas, el resto recibieron un apercibimiento.
Si esta tendencia no se revierte, mejorando la trazabilidad de los envases para evitar la comercialización en un mercado ilegal, también se corre el riesgo de que el mismo plástico que se usa para la fabricación de estos recipientes de agroquímicos se destine para elaborar productos que son destinados al consumo humano.
De hecho, existen elementos como cubiertos, vasos, y platos descartables que se hicieron con estos envases reciclados y que está prohibido hacerlo, como así también se han elaborado juguetes que ponen en peligro a muchos niños.
En estos casos, se pisa una línea muy finita entre la vida y la muerte, que pasa a ser un delito penal, más allá de los castigos económicos.
De hecho, la Ley 27.279, en su Artículo 27, sostiene que “cuando el infractor fuere una persona jurídica, sus socios y miembros serán solidariamente responsables de las sanciones establecidas en los artículos precedentes, junto con sus directores, administradores y/o gerentes”.
En esto fue muy claro el OPDS ya que multó directamente y apercibió a los registrantes, quienes como dice la ley son los responsables.
Por estos motivos, es necesario que las compañías identifiquen a cada uno de los envases que se destinan para agroquímicos. Más aun, con la suma de los datos individuales de cada bidón, podrían corregirse las acciones que hoy generan tanto daño y preocupación en las comunidades, así como también podría asignarse las responsabilidades a cada uno de los que desperdigan o tiran los recipientes sin el lavado y perforado correspondiente, dañando la salud de las personas y al medioambiente.
Por otra parte, las medidas sancionatorias además tienen que ser acompañadas de capacitación para que los riesgos disminuyan. Ya que muchos de los que manipulan los bidones llenos, no saben las acciones de seguridad que tienen que adoptar cuando los descargan en el tanque del pulverizador, y mucho menos que hacer luego con el recipiente.
Por eso, además del impulso a nuevas disposiciones que protejan al medioambiente, es necesario que todas las provincias reglamenten la Ley 27.279, para así hacer cumplir, en todo el territorio nacional, la legislación ya existente.
De cara al futuro, es muy importante que este tema se tome muy en serio y que los actores involucrados comprendan que, más allá del cuidado ambiental, que también es primordial para el planeta, en muchos casos lo que está en riesgo son las vidas de las personas.