La semana pasada el organismo oficial Conab redujo la cosecha proyectada de maíz 2024 en Brasil para estimarla en 113,6 millones de toneladas a causa de una disminución de la superficie de siembra.
La mala relación insumo/producto, junto con restricciones hídricas presentes en gran parte de la zona central de Brasil, desactivaron muchos planes de siembra de planteos tardíos.
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Sin embargo, más allá del ajuste de área, el cultivo tiene un panorama climático desafiante, lo que implica que la proyección oficial de producción total de maíz es tentativa, especialmente considerando que la mayor parte de la oferta del cereal en ese país corresponde a siembras tardías.
El pronóstico de largo plazo –recién salido del horno– elaborado por International Research Institute for Climate and Society (IRI), organismo dependiente de Columbia Climate School, muestra para el trimestre comprendido entre marzo y mayo próximo lluvias superiores a las normales en el sur de Brasil.
Sin embargo, la proyección de IRI indica que en la “zona núcleo” maicera brasileña, localizada en el estado de Mato Grosso, se esperan lluvias menores a las normales. Lo mismo cuenta para Mato Grosso do Sul.
Los embarques de maíz brasileño –según datos de los exportadores (Anec)– arrancaron el año 2024 con volúmenes mucho menores a los registrados un año atrás y recién a partir de julio se espera una recomposición de los mismos con el ingreso de la cosecha de maíz tardío. Sin embargo, ante un eventual fracaso de esa producción, la situación se tornaría compleja.
La situación presente en la Argentina también es incierta porque, si bien en los últimos días se recompuso la humedad en gran parte de las regiones productivas, una restricción hídrica combinada con golpes de calor intenso afectó al cultivo de maíz tardío.
“Los golpes de calor sufridos semanas atrás han dejado consecuencias. Hacia la región central del país, las siembras atrasadas de noviembre son las más perjudicadas, debido a que el inicio del período crítico se dio bajo condiciones de estrés térmico e hídrico”, indicó este jueves un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“En términos generales, las siembras tempranas en el centro no habrían sufrido impactos importantes en su potencial de rendimiento, aunque se reportan pérdidas en el sur del área agrícola. Por su parte, para las siembras tardías, principalmente en la provincia de Córdoba, el impacto producido será evaluado las próximas semanas”, añadió.