Los molinos Pyme nucleados en APYMIMRA volvieron a manifestar en un comunicado su rechazo al el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) y sobre todo al Decreto 288/2023 publicado hace unos días en el Boletín Oficial, ya que el mismo establece que el 1,3% de lo recaudado por retenciones a derivados de la soja se utilizará para financiar ese subsidio a la harina de trigo, pero que solo llega a unas pocas empresas concentradas.
“Lo hemos dicho desde el momento en que el FETA fue creado e instrumentado, en marzo del 2022: la incidencia del trigo en el precio del pan es marginal, esta herramienta no estabiliza el precio del kilo de pan, y por lo tanto no ayuda a los sectores más vulnerables. Esta política sólo distorsiona el mercado favoreciendo a los molinos más grandes en detrimento de los más pequeños”, insistió APYMIMRA.
En ese sentido, se recordó que cuando entró en vigencia el fideicomiso creado por el ex secretario de Comercio, Roberto Feletti, y sostenido por al actual jefe de esa cartera, Matías Tombolini, “el precio del pan al consumidor estaba en torno a los 202 pesos el kilo y hoy las panaderías lo venden en aproximadamente 460 pesos”.
“Además de no lograr su cometido, esta iniciativa produjo enormes alteraciones en el mercado y en la cadena de pagos dado que se le otorgaron adelantos monetarios a unas pocas empresas concentradas. Prueba de ello, es que el grupo molinero más grande (Molinos Cañuelas y Florencia) recibió 21.372.179.201 pesos, es decir el 68% total del fondo”, afirmó el comunicado.
Este grupo de molineros, pero también la FAIm (Federación Argentina de la Industria Molinera) y la CIM (Cámara de la Industria Molinera) se opusieron de entrada al mecanismo diseñado por Feletti, quien fue denunciado penalmente por diputados de la Coalición Cívica, que sospechan que en realidad -detrás de la máscara de querer ayudar a los sectores más desprotegidos- el FETA esconde un mecanismo para transferir recursos a ese grupo empresario, que concentra hasta el 25% de la molienda de trigo.
Para las pymes del sector, el subsidio debe ser canalizado hacia la demanda, “a través de la Tarjeta Alimentar, una alternativa más efectiva y transparente en pos de garantizar el acceso de las personas de menores recursos a los productos farináceos de primera necesidad”.
“Queremos reiterar nuestra total predisposición para dialogar con las autoridades. Creemos imperioso encontrar soluciones alternativas que dinamicen al sector y que permitan tener una producción cada vez más significativa para abastecer al mercado interno y que también pueda traducirse en mayores volúmenes de exportación y de divisas para el país”, dijeron los dirigentes de APYMIMRA, que vienen solicitando sin éxito una audiencia con el secretario Tombolini desde que asumió ese cargo.