Maia Lescano y Cristina Zalazar, investigadoras del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec), en 2016 tomaron contacto con especialistas del Instituto Sueco de Ingeniería Agrícola y Ambiental para interiorizarse sobre el diseño de los denominados “biobeds”, que consisten en camas biológicas que permiten degradar residuos de agroquímicos resultantes del lavado y carga de equipos pulverizadores.
Las investigadoras santafesinas comenzaron entonces a adaptar esa tecnología a la realidad argentina por medio del uso de materiales presentes en diferentes regiones productivas.
Los primeros sustratos evaluados en laboratorio –en cajas de 30 litros– estuvieron confeccionados con suelo de la zona y rastrojos de trigo y paja de moha y alfalfa (en todos los casos en proporciones de 50-50%), lo cuales, al momento de mezclase, deben estar muy bien picados. También en algunos casos probaron mezclar resaca de río (material alternativo a la turba empleada en la biomezcla original sueca) con el suelo.
Posteriormente se replicaron las pruebas en contenedores de 50, 100 y 1000 litros de capacidad; los más pequeños recibieron efluentes reales provenientes del lavado de pulverizadoras, mientras que en el más grande, además del efluente, se adicionaron diferentes dosis de agroquímicos para evaluar la capacidad de degradación frente a un eventual caso de derrame accidental de productos.
Uno de los módulos se empleó para diseñar un experimento que arrojó resultados satisfactorios sobre la capacidad de degradación de los “biobeds”. El sistema diseñado permitió tratar aguas residuales con alta concentración de fitosanitarios para alcanzar una remoción completa de glifosato, AMPA (producto de degradación del glifosato), atrazina, carbendazim y prometrina a los 180 días. Al mismo tiempo, se logró un buen porcentaje de degradación de imidacloprid (60%) y la biomezcla mostró suficiente actividad biológica para seguir tratando aguas residuales adicionales. Los resultados del estudio fueron publicados este año en la revista científica Science of the Total Environment.
La novedad es que acaba de salir la “Guía para la construcción y el manejo de camas biológicas”, la cual fue publicada por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) luego de un trabajo interdisciplinario en el cual participaron Maia Lescano y Cristina Zalazar.
La norma IRAM 29561 está orientada a técnicos y productores para aportar requisitos y recomendaciones para la planificación, construcción, operación y mantenimiento de camas biológicas.
La norma es de utilidad para diversas actividades agropecuarias que utilizan productos fitosanitarios, involucrando a los productores, los aplicadores, los técnicos y todas aquellas personas que trabajan en campo; así como también a los organismos estatales o privados de investigación y de extensión.