La Argentina ingresó en una etapa de crisis franca y todos estamos obligados a revisar nuestro esquema de costos: la explicación es que “no hay plata”. Los productores ganaderos también lo están haciendo y, así como en los últimos meses hubo reproches por el aporte compulsivo al IPCVA, también se puso bajo discusión el valor de la vacuna contra la fiebre aftosa, que representa un gasto superior a los 100 millones de dólares anuales para el sector.
Haciendo esas cuentas, en el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA) se sorprendieron mucho cuando, tras hacer un relevamiento de precios del medicamente veterinario con otras entidades colegas de la FARM (Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur), para saber cuánto pagan los productores de la región, descubrieron que la vacuna local no es solo un poco más cara. ¡Es mucho más cara! Al punto que llega a cuadruplicar los precios de países que no la producen y la importan.
Luego de algunos cabildeos y negociaciones con los laboratorios productores de la vacuna antiaftosa (históricamente hubo un cuasi monopolio, pues entre 80 y 90% de las dosis son aportadas por Biogénesis Bago, y hay ofertas menores de firmas como CDV o cooperativas como ACA), en la primera campaña de vacunación en Argentina -que comenzó en los últimos días- se decidió un precio de la vacuna que puede llegar a los 2 dólares por dosis, aunque en algunas localidades o provincias puede ser algo menor, porque ese suma incluye los costos de la aplicación.
Por ejemplo, en la zona de Cañuelas, el costo de la dosis de aftosa vale actualmente 1.600 pesos y además hay que pagar además algo más de 500 pesos por los costos operativos y por el vacunador. También se superan los 2.000 pesos por animal en otro partido ganadero como Maipú. Y en el caso de las provincias que tienen una Fundación provincial de lucha contra la aftosa, como Corrientes. En Entre Ríos, donde las entidades rurales patalearon por este costo, se acordaron 1.900 pesos por dosis.
En todo caso, el medicamento veterinario siempre se ubica en torno a los 1.500/1.600 pesos, lo que equivale a casi 2 dólares oficiales.
En Brasil, donde hay múltiples empresas internacionales abasteciendo el mercado de vacunas contra la aftosa (en aquellos estados que todavía aplican la vacunación), el valor promedio en cambio es de 0,5 dólares por unidad.
En Paraguay, donde la campaña de vacunación se puso en marcha en los últimos días toda la pompa de un acto oficial (cosa que aquí no se hace desde hace añares), hay dos valores para el medicamente que debe aplicarse a más de 13 millones de animales. La vacuna de origen nacional ronda los 24 centavos de dólar mientras que la vacuna de origen importado cotiza a 37 centavos. Es decir, muy por debajo del valor de la misma vacuna dentro del país de origen, que muchas veces es la misma Argentina.
Cruzando el charco, en Uruguay, el sistema es bastante diferente: el Estado adquiere por licitación las dosis necesarias y luego las entrega gratuitamente a los productores. La campaña empieza el 15 de marzo y para esta ocasión se pagaron valores cercanos a los 0,72 dólares por cada dosis. Es decir, al menos la mitad de lo pagado en la Argentina.
Finalmente Bolivia, y en base a los datos de la última vacunación del año 2023, el costo de la vacuna antiaftosa se ubica muy cerca del que tiene en Brasil, en torno a 50 centavos de dólar.
El último país de la región es Chile, pero allí desde hace décadas han decidido no vacunar para ser considerados internacionalmente como “región libre de fiebre aftosa sin vacunación”, lo que les permite ingresar con sus carnes a los mercados más exigentes del mundo, como Japón y Corea. Es el mismo status sanitario que tiene la Patagonia Argentina, al sur del río Colorado, aunque allí el stock de bovinos es muy reducido.
La mayoría del ganado argentino se ubica al norte de esa barrera sanitaria y a partir de esa semana debe recibir la primera dosis del año. Se estima que se vacunarán en el país cerca de 52 millones de cabezas, por lo que el costo del operativo a cargo de los productores será de al menos 104 mil millones de pesos. En dólares, son cerca de 100 millones. Aunque esa suma se diluye al vender un animal (ya que equivale a poco más de un kilo vivo de novillo en el mercado de Cañuelas), se suma a otras gabelas que pagan los productores.
Pero lo que más molesta entre los dirigentes rurales es que en el país hay un claro excedente de vacunas contra la aftosa, y entonces no tiene explicación que aquí en dólares la dosis sea mucho más cara que en los países vecinos, donde la vacuna muchas veces se importa… de la Argentina.
Además existe una posición dominante muy evidente en el mercado, donde una sola firma históricamente abastece las necesidades de las fundaciones de lucha contra la aftosa, que son las responsables de la aplicación en cada región. Se trata de una firma perteneciente al grupo Insud, de Silvia Gold y Hugo Sigman. Esa firma está a cargo de mantener el banco de antígenos y vacunas contra la fiebre aftosa, no solo en la Argentina desde 2001 sino también en los Estados Unidos a partir de 2006, lo que significa tener una reserva estratégica de concentrado de antígenos.
En su planta de Garín produce cerca de 200 millones de dosis anuales, que son más del doble de las que requiere la Argentina. Por eso suele exportarla a Brasil, México, Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela, Taiwán, entre otros destinos.
La multinacional de origen argentino, que logró su primer registro de vacuna antiaftosa en 1952, es desde hace muchos años el principal proveedor internacional de ese insumo veterinario y con el correr de los años incluso ha levantado plantas de fabricación en distintos lugares del mundo.
Abran la importación urgente. Así hay más competencia y se acomodan los precios. Protejamos a la industria nacional. Pero que no nos maten con los precios.
Es una falta de respeto, que entidades que se deberían encargar de la sanidad animal, estén lucrando de semejante manera!
La Sociedad Rural de Exaltación de la Cruz, está campaña nos cobra más de 3.100 pesos la dosis. Debe ser el ente más caro del país, unos abusadores hdrmp!!!
No creo la Soc. Rural “defiende” a los productores,los gastos “administrativos” en Chacabuco son 150 pesos por cabeza (el “kioskito de la Soc,Rural)