Roberto Feletti, el ex secretario de Comercio obsesionado por desacoplar los precios de los granos, era de profesión contador. Alguno dirá maliciosamente que contaba chistes, pero no: llegó a ser viceministro de Economía y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda por su habilidad para hacer cuentas y manejarse con los números. Aunque puede fallar.
Con el fideicomiso que ideó a principios de año para subsidiar los paquetes de harina de 1 a 5 kilos y la utilizada para elaborar fideos secos le erró mal: la tiró a la tribuna. El ex funcionario calculó que se iba a necesitar unos 25 millones de dólares para financiar ese operativo a lo largo de todo el año, pero el dinero finalmente alcanzó para tres o cuatro meses, nada más.
Es lo que le dijeron el jueves al reemplazante de Feletti, Guillermo Hang, los exportadores de trigo y maíz, que son los que tuvieron que poner toda esa tarasca desde que a principios de marzo se instrumentó ese primer fideicomiso harinero, que luego sería ampliado con uno mucho más ambicioso para subsidiar toda la harina de consumo interno, sobre todo la utilizada para elaborar el pan. “Se terminaron los 25 millones de dólares, señor secretario, y nosotros no pensamos poner un peso más”, fue más o menos el mensaje que recibió el delfín de Martín Guzmán.
Ese primer fideicomiso se llamó pomposamente “Fondo Anticíclico Alimentario” y fue reglamentado el 5 de marzo pasado por una normativa conjunta de Agricultura y Desarrollo Productivo, la Resolución conjunta 3/2022. La idea era subsidiar la harina necesaria para los paquetes de harina Triple 000 y los fideos secos que formen parte del programa Precios Cuidados, es decir el equivalente a unas 800.000 toneladas de trigo. La plata calculada, los mencionados 25 millones de dólares, iban a ser puestos por las cerealeras que exportan trigo y maíz, pero en definitiva equivalía a una retención adicional de cerca de 1% para los productores de dichos granos.
Para hacer las cuentas, Feletii no puede argumentar que se alteró todo en el mercado ni nada por el estilo. Para el 5 de marzo ya hace rato que había comenzado la invasión de Rusia a Ucrania (el 24 de febrero) y los precios del trigo ya se habían disparado. La tonelada del cereal en el mercado internacional, que en ese momento estaba en cerca de 300 dólares, se disparó hasta un pico de 457 dólares el 7 de marzo, dos días después de lanzado este fideicomiso. Ahora abajó mucho y se ubica cerca de los 340 dólares.
Marzo, abril, mayo y a lo sumo junio. Los 25 millones de dólares que dicen haber puesto las cerealeras ya se esfumaron. Es que el precio base que determinó Feletti para comenzar a subsidiarles a los fabricantes de harina y de fideos el trigo era de 25.000 pesos por tonelada, pero con el correr de los días el cereal subió en el mercado interno hasta tocar los 47.000 pesos, es decir que en algunos momentos de estos tres meses se subsidió casi 90% del costo de la materia prima a un puñado de empresas que vendían sus productos en Precios Cuidados. Ahora el trigo bajó a 42 mil pesos, pero la plata se agotó.
El nuevo secretario de Comercio citó el jueves a los representantes de ambos sectores. Del lado de quienes pudieron la plata estaba el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras. Del lado de quienes cobraron figuraron el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera, Diego Cifarelli; su par de la Unión de Industriales Fideeros de la República Argentina (UIFRA), Juan Manuel Airoldes; y dos representantes de las empresas más beneficiadas por el operativo, Molinos Río de la Plata y Molinos Cañuelas.
Según los testimonios, no hubo demasiado margen para la negociación, pues ante el reclamos de los subsidiados para seguir adelante con este fideicomiso, las agroexportadoras recordaron que después de haber conformado ese mecanismo el gobierno les subió las retenciones a los derivados de la soja, lo que suponía una recaudación de otros 400 millones de dólares anuales. Ese dinero se utilizaría para financiar otro Fideicomiso mucho más ambicioso creado también por Feletti, el Fondo estabilizador del Trigo Argentino (FETA), administrado por el propio Estado. esta vez el objetivo era subsidiar todas las bolsas de harina ,mayorista que compran panaderías y otras industrias alimenticias.
En otras palabras, las cerealeras dijeron “minga”, como el Mellizo De Angelis.
Ante la negativa, Hang anunció en un comunicado que se definió “integrar los fideicomisos FETA y Anticiclico para fortalecer la cooperación público-privada y darle sostenibilidad a una política que busca desacoplar los precios internos de los internacionales”.
El nuevo secretario de Comercio indicó que “de esta forma se potencia el instrumento aunando los esfuerzos de ambos sectores”, cuando la realidad es que todo se debilita, porque ahora toda el dinero necesario para financiar la harina de consumo interno (tanto los paquetes de 1 kilo, como la de fideos secos, como las bolsas de 25 kilos que van a panaderías y casas de pastas) tendrá que salir del mismo fondo: la recaudación adicional de 400 millones de dólares que el estado Obtendrá por subir de 31 a 33% las retenciones al harina y el aceite de soja.
Se espera que la unión de ambos fideicomisos se produzca a partir de julio. Y habrá que ver que pasa, pues el FETA (donde Molinos Cañuelas vuelve a ser prácticamente la única empresa beneficiada) ya ha sido impugnado en la justicia. Feletti debería dar allí otras explicaciones. No le preguntarán cómo le pudo pifiar tan fulero a las cuentas.
La pregunta que quedó flotando es si el dinero de las retenciones sojeras será suficiente para financiar el nuevo fideicomiso ampliado. Alguno hizo las cuentas y concluyó que tampoco se iba a llegar hasta fin de año con esos 400 millones de dólares (que además habrá que ver si se recaudan, porque la soja comenzó a bajar sus cotizaciones y la cosecha fue bastante magra).
Estamos en una situación límite con gente de muy poca experiencia ….no podemos seguir probando a ver si funciona.
La interna paraliza el país….