El Grupo de Ayuda a Mujeres Agropecuarias (GAMA) se creó en 1995 de la mano de cinco mujeres que de un día para el otro debieron hacerse cargo de sus explotaciones rurales, sin saber cómo hacerlo. Desde 1997 forman parte de la subcomisión de trabajo de la Sociedad Rural de Rafaela, en la provincia de Santa Fe, y buscan acercar conocimientos y experiencias sobre la organización agropecuaria.
“Veinticinco años atrás la mujer casi no tenía permitido entrar en la actividad agropecuaria. En todo este tiempo y desde que yo entré en el 2014 fueron inmensos los cambios que hubo”, contó a Bichos de Campo Noelí del Marco, actual presidenta de GAMA.
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Formar parte de la Sociedad Rural de esa localidad les otorgó el marco institucional necesario para llevar adelante las capacitaciones y actividades solidarias que realizan. El grupo cuenta actualmente con 15 integrantes de las cuales no todas provienen de las ciencias agrarias o veterinarias. “Yo soy ingeniera agrónoma pero hay contadoras, nutricionistas, mujeres que terminaron el secundario y no tienen profesión. Todas participamos de la misma forma y buscamos llegar al mismo nivel, no ser una más que otra”, explicó del Marco.
Las capacitaciones que ofrece el grupo fueron cambiando con el paso de los años. Aunque continúan dictando cursos y ofreciendo charlas de por ejemplo buenas prácticas en aplicación de fitosanitarios, con la llegada de internet la información técnica pasó a estar a la mano. Ahora GAMA incursiona en el coaching y en la programación neurolingüística porque, en palabras de su presidenta, “el productor sabe trabajar muy bien tranqueras adentro pero le cuesta mucho comunicar lo que hace”.
Las reinvenciones por las que ha pasado el grupo llevaron a sus integrantes a repensar el lugar de la mujer rural. A pesar de reconocer el rol preponderante del hombre en la toma de decisiones, desde GAMA afirman que la cuestión no se trata de machismo o feminismo. “No queremos ocupar lugares por el simple hecho de ser mujer sino trabajar para merecerlo. Es importante la mirada de ambos géneros. No se trata de uno u otro sino de trabajar en conjunto. El lugar hay que ganárselo”, concluyó del Marco.