Si la sorpresa de los comicios bonaerenses en septiembre había sido el triunfo del peronismo en distritos partidos productivos, incluso en varios de ellos afectados por las inundaciones, lo que dejaron los resultados de este fin de semana fueron nuevos interrogantes: ¿Por qué la provincia se “tiñó” de violeta y a quién votó el “campo” esta vez?
Con los números en mano, y tras un nuevo análisis de lo acontecido en las urnas del interior productivo, el sociólogo e historiador Juan Manuel Villulla volvió a evaluar el resultado junto a Bichos de Campo y explicó por qué considera que, lejos de ser un milagro, lo del domingo fue matemática pura.

A nivel provincial, la lista de La Libertad Avanza, encabezada por Diego “El Colo” Santilli se impuso por 0,5% a la de Fuerza Patria, que tenía al frente al ex canciller Jorge Taiana. Eso significó que, en 40 días, los libertarios lograron revertir una diferencia de más de 13 puntos en su contra, ya que, cuando Milei asumió la derrota el pasado 7 de septiembre, tuvo una lectura muy acertada del panorama a futuro.
En ese momento, arriba del escenario y tras confirmarse que sus listas sólo se habían impuesto en sólo dos secciones electorales -la quinta y la sexta-, el Presidente evaluó que el peronismo había encontrado su “techo”, mientras que La Libertad Avanza estaba en su “piso”.
“Tenía razón, porque el peronismo no pudo conseguir más votos y en cambio los libertarios sumaron mucho”, señaló Villulla.
Por eso es que, a partir trabajo que llevaron a cabo desde la Cátedra de Sociología Rural de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales (UNLP), como continuación de lo evaluado en septiembre, encontraron que “no hubo milagro, sino matemática”.

Antes que nada, señala el cientista social, es importante ver que “en septiembre, el peronismo no arrasó”. Si hubo una provincia “teñida” de celeste es porque el arco de fuerzas no peronistas se había atomizado demasiado, motorizado por las alianzas y fuerzas localistas o regionales.
Cuando este medio lo consultó, días atrás, su diagnóstico de cara al domingo 26 de octubre fue que el voto no iba a cambiar mucho y que en las zonas rurales iba a predominar el apoyo a Milei. Y los gráficos confirman que fue eso lo que sucedió.
“Simplemente todo el voto no peronista, que fue dividido en septiembre, ahora se concentró en una sola fuerza, La Libertad Avanza. Además, con una mayor participación electoral, también sumaron gente que no había ido a votar en septiembre”, explicó el sociólogo, en línea con su argumento de que, más que un “milagro violeta” o la acción de las “Fuerzas del Cielo”, estos son números que hablan por sí solos.
En la elección nacional, que además fue mucho más polarizada, La Libertad Avanza pudo hacerse de ese apoyo que se había escapado en septiembre. La “floja” performance de la lista de Provincias Unidas, que cosechó poco más de 2 puntos y quedó en quinto lugar, demostró que los comicios no se jugaron en torno a una “tercera vía”. Eso explica cómo fue que, sumado a que aumentó la participación electoral, La Libertad Avanza pudo crecer en más de 1 millón de votos.
En algunas localidades clave, como lo habían sido las de la tercera y cuarta sección, los armados provinciales como “Somos” y “Hechos”, que cosecharon apoyo en septiembre, derivaron su apoyo también a los libertarios. En algunos casos, como en Junín, incluso enviando sus fiscales a colaborar.
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El análisis hecho por el Grupo de Estudios sobre Subalternidad, del que también participaron Alina Alaniz y Lucía Rangan, observa que “en todas las mesas de localidades rurales, los votos de otras fuerzas se pasaron a LLA y casi ninguno a Fuerza Paria”. Eso confirma la evaluación que habían hecho de cara a septiembre, que es que en el interior del interior, en la urnas más pequeñas, el apoyo a Milei por ahora es indiscutido.
Bajo el argumento de que no existe un “campo” en tanto actor político homogéneo, Villulla había explicado a este medio que por eso el voto del sector no es tan percibido y “no mueve la aguja” cuando se lo contabiliza junto al de los grandes centros urbanos.
Sin embargo, lo que sucede esta vez, a comparación de septiembre, es que la diferencia entre el primer y segundo puesto es ínfima -unos 46.600 votos-, por lo que el “voto a voto”, aún en las urnas rurales más pequeñas, cuenta. “En una elección tan pareja, eso también suma y cobra relevancia”, señaló el sociólogo especializado en el sector.

“¿El campo bonaerense giró a Milei?”, es la pregunta-hipótesis que guía este segundo análisis. Y la respuesta es afirmativa. Sólo que no migró desde el peronismo -al que no había votado en septiembre- sino desde otras fuerzas del radicalismo y del centro.
Esa tendencia es muy clara en cada uno de los segmentos que componen la muestra, que son las urnas de entre 100 y 1200 votantes. En cada una de ellas, las listas de Fuerza Patria cedieron poca cantidad de votos, o bien se mantuvieron, mientras que se observa una baja muy pronunciada de los demás partidos, con el correlativo incremento en el apoyo a La Libertad Avanza.
Una posible e inmediata lectura sobre esos resultados es que el peronismo no movilizó su “aparato” para estas elecciones. “Yo creo que en parte hubo una lectura triunfalista, porque creyeron que no era necesario hacer nada más y en realidad había entre un 60 y 70% de los votos en contra que tenían que convencer o neutralizar”, explicó el sociólogo.
Pero también subsiste allí una cuestión más estructural, una serie de “sesgos” -dice el mismo Villulla- que explican por qué ese aparato no se orienta hacia el “voto del campo” y por qué, del otro lado, tampoco habría apoyo si lo hicieran.
“Es un divorcio mutuo que quedó del 2008 y que expresa mucha irracionalidad. Desde el peronismo muchos leen que en el campo sólo hay empresarios y soja, de la misma manera que buena parte de los productores agropecuarios tienen un rechazo automático hacia esa fuerza”, observó.
De hecho, con una lectura histórica mediante, el investigador sostiene que “el peronismo no es una corriente que doctrinariamente está en contra del campo”, considerando que el propio Perón fue promotor del Estatuto del Peón Rural, la Ley de Arrendamiento para los chacareros y los créditos para la compra de tierras. El problema es que ese adn se perdió en parte.
Sin embargo, entre los peones rurales y pequeños productores, señala el informe que publicaron, el peronismo “conserva adhesión”, que no es extensiva al resto de las clases populares que pueblan el campo.
“Ahí tienen espacio para trabajar y tampoco lo hacen”, evalúa Juan Manuel, que considera que eso es consecuencia de los lentes que aún usa ese sector para leer el mundo rural y el interior, y es lo que lo condena a no expandir su apoyo mucho más allá de los grandes centros urbanos.




