Una de las pocas políticas agropecuarias que han sobrevivido estos años y que nacieron de la gestión nacional de Cambiemos es que, a partir de octubre de 2018, los frigoríficos que van a faenar un lote de bovinos deben adelantar un pago a cuenta (VEP) que se toma como anticipo de IVA e Ingresos Brutos. Recién con el pago de ese anticipo se destraba una autorización para proceder al sacrificio de los animales.
El sistema funcionó hasta ahora, y soportó la incoherencia de las políticas kirchneristas del último gobierno (que decía defender el Estado y promover la política pública, pero descuidó por completo este tipo de peleas). La explicación es que tanto la AFIP como ARBA logran recaudar así al menos una parte de los tributos correspondientes a la faena de bovinos.
En tiempos de Javier Milei todo eso está en veremos. El pago de los VEP sigue siendo obligatorio, pero debido a la caída de la faena y de las ventas de carne, y la suba de los costos operativos, en muchas plantas de faena se las estarían ingeniando para vulnerar este régimen impositivo.
Daniel Urcía, el presidente de FIFRA (Federación de la Industria Frigorífica Regional de la República Argentina), escribió en las últimas horas una dura editorial que describe la situación frágil por la cual está pasando el negocio de faenas bovinos para vender su carne. Luego, describió el contexto además en una entrevista con el programa Colonia Agropecuaria.
-Si baja el consumo y suben los costos, ¿quiere decir que empeora el negocio?
-En un contexto que es complicado de explicar. Empecemos por hacer una comparación básica: hoy con una pizza de delivery te alcanza para comprar dos kilos de carne. Eso pone a la carne en un precio muy competitivo. Por otro lado, tenemos una faena inferior a la del año pasado, que es por efecto de la prolongada sequía y la menor oferta que iba a haber. Ahora, si hay menor oferta, vos deberías tener precios altos, porque es un producto escaso. Sin embargo, ese bajo poder adquisitivo te tiene retenidos los precios.
-Venden menos pero además a bajos precios.
-A bajos precios y con costos en alza. ¿Qué costos? La paritaria salarial. Hemos equiparado los salarios con la inflación interanual. Es decir, ha tenido recuperación del poder adquisitivo de parte de los trabajadores de la carne. La energía ha subido, los combustibles han subido y hay menor actividad que para la industria frigorífica. Ese es un aspecto fundamental, porque vos distribuís los costos en los kilos que producís. Cuando produzco menos kilos, los costos me impactan más. Entonces, en ese contexto solo te queda ser eficiente, pero también tiene un límite.
Fue ahí que Urcía reclamó que también el gobierno libertario tendría que poner el ojo nuevamente en el control de la evasión en el sector frigorífico, que al parecer en este contexto de crisis viene creciendo a tasas preocupantes. “En situaciones de crisis te crece la marginalidad. Entonces, ¿qué pedimos? Pedimos que hoy el Estado nos acompañe con los controles”, pidió el directivo de la industria.
-Se dan estas situaciones de tensión entre costos e ingresos, usualmente crece la marginalidad. ¿Qué es la marginalidad? ¿Cómo la vemos en el sector de la carne? ¿Qué es lo que se deja de pagar?
-La marginalidad total sería una faena clandestina, que puede ser en el campo, en ciertos establecimiento. Es la faena en negro. Esa sería la peor de todas porque no hay ni controles sanitarios, ni impositivos, ni laborales, ni nada. Después tenemos los grises. No se hacen las inversiones o los gastos en sanidad que corresponden, y ahí empezamos a bajar costos en detrimento de lo que sería la inocuidad del producto. Y impositivamente, lo que comúnmente se llama “el achique”. Se subfacturan compra y ventas, no se pagan algunos tributos, y si el control llega tarde, puede ser por demás de dañino, porque puede implicar que cierre una fábrica cerca de donde existe esa competencia desleal.
-Si alguien compite deslealmente, otro no puede seguir compitiendo. ¿Sucede eso?
-Exactamente. Por eso siempre tratamos de pedir que los controles sean los más en el menor tiempo posible, porque seis meses después o un año después no tiene efecto el control.
-¿Y tienen alguna reacción de las autoridades frente a este diagnóstico?
-Hay buen diálogo, hay conversaciones. Ha habido controles en ruta de parte de Senasa, algunas intervenciones de la Dirección Naconal de Control Agropecuario (ex ONCCA).
Urcía entonces se refirió al sistema de anticipos impositivos mediante el VEP. En ese sistema, relató, hay un régimen de “excepciones” a los pagos forzosos de los anticipos de faena por si no llegara a funcionar alguna vez la internet y los frigoríficos no contaran con la conectividad necesaria para efectivizar los pagos. Pero, claro, debería ser en situaciones de emergencia.
“Bueno, apareció que muchos operadores hacían el circuito de emergencia y después nunca ingresaban el VEP. Eso se ha detectado, se está corrigiendo, es una buena noticia que se estén mirando esos temas. Es cuestión de analizar la información. Ni siquiera hay que salir a controlar sino analizar la información y ejercer el poder de policía que tienen los organismos. Claramente esos operadores alegaban tener una emergencia y en realidad estaban negreando de algún modo. La emergencia les ocurría todos los días del año”, denunció el presidente de FIFRA.
-¿Y era muy generalizado el artilugio?
-Me dicen que era una operatoria cuasi normal en Provincia de Buenos Aires.
Urcía, de todos modos, se mostró tolerante con la nueva gestión de La Libertad Avanza, que colocó a Matías Canosa como nuevo director de Control Comercial Agropecuario, quien de todos modos se acaba de quedar si soporte político tras la expulsión del secretario Fernando Vilella del gobierno de Javier Milei.
Según el dirigente, hasta ahora “llevó un tiempo importante esta gestión hacer pie, vamos a decirlo de esa manera. Yo creo que voluntad y me parece que llegó el momento de que se empiece a ver.Es el momento de empezar a trabajar”.
El directivo empresario contó, en el mismo sentido, que la ex ONCCA llevó adelante una encuesta para determinar la capacidad teórica de faena de una planta en función de sus instalaciones, en función del personal y de otros factores. “Eso puede generar un monitoreo, porque acá lo que buscamos es que cada uno produzca y haga su faena cumpliendo con los requerimientos de la actividad. Es decir, si tengo capacidad para faenar 100 animales, no puedo faenar 300 por día”, expresó Urcía.
-En este caso de la evasión la excusa de “no hay plata” no corre, porque en la medida que se dilatan las decisiones políticas en realidad se pierde plata, se pierde recaudación…
-Por supuesto, lo que se escapa por la vía gris, por la vía negro, eso es cero. Y se pierde empleo formal y aportantes genuinos de tributos. Entonces, controlar la evasión es cuidar el empleo formal y también cuidar los ingresos del pago de tributos.
Se dan cuenta lo que pasa cuando baja el consumo y desaparece el estado como control ?
Manga de burros ahí tienen la libertad
la culpa siempre de los K, pero fueron la mejor epoca para el campo, me encanta lo soba que son.
Diario parcialista y odiador. La culpa es K. S3 lo impuso Macri y Vidal, con los K millonarios. Votaron a este desquiciadony son evasores como siempre. Pero ahora les subieron costos, consumos como en 1900. Digan la verdad ignorantes. Se creen lobq no son. Necesitan de politicas publicas por el consumo y las exportaciones. O c/u lo ahora. Lastima q su padecer el pueblo esta peor pero se la merecen
Hoy el mercado de carnes internacional está repartido con Uruguay Paraguay y Brasil todo perdido por disposiciones de la política K y los países agradecidos al ceder porciones muy importantes y será difícil recuperarlos c
Al carajo con la libertad