Si a cualquiera de nosotros le preguntan por PepsiCo seguramente dirá que es la empresa que embotella la popular línea de gaseosas marca Pepsi o en el mejor de los casos también la reconocerá como productora de las papas fritas marca Lay’s. Pero no mucho más. La mayoría de los argentinos desconoce el entramado que hay detrás de esos dos productos de consumo masivo tan emblemáticos.
Con ánimo de sacarse de encima al mote de mera productora de “comida chatarra” y comenzar a vestirse como “una empresa agroindustrial” de fuste, PepsiCo empezó a mostrar ese detrás de escena, que tiene epicentro en Mar del Plata y alrededores, donde la compañía tiene una enorme fábrica que dispone de varias líneas de producción en las que por un lado ingresan productos agropecuarios sin procesar y por la otra punta salen los alimentos empaquetados.
Bichos de Campo y otros medios pudieron visitar ese complejo en ocasión de una convocatoria realizada por PepsiCo a sus proveedores de papas de toda América Latina. Esa reunión se realizó en un establecimiento modelo ubicado en Nicanor Otamendi, en el corazón de la región papera, que pertenece al ex piloto de carreras Walter Hernández.
El lugar se llama “Parque Papas” y tiene silos refrigerados para conservar esa hortaliza, un enorme lavadero/secadero y una planta de clasificación. De allí sale buena parte de la papa necesaria para alimentar la demanda de la fábrica de PepsiCo ubicada a unos 50 kilómetros de distancia, en el Parque Industrial General Savio, sobre la Ruta Provincial 88, que la multinacional adquirió en 1997 y en la que trabajan actualmente más de 750 marplatenses.
Allí PepsiCo concentra el grueso de su apuesta agroindustrial en el país. Invirtió 176 millones de dólares entre 2008 y 2018, de los cuales casi 30 millones fueron desembolsados en el último bienio. Sobre un predio de 17 hectáreas, la fábrica fue comiendo terreno (ahora ocupa 4 hectáreas) y ganando líneas de producción. Hoy son 16 líneas para diferentes productos alimenticios (van desde las galletitas hasta las barras de cereal, pasando por los palitos o chizitos con gustos raros).
Pero la estrella es la línea de producción de papas fritas, que es una de las tres más modernas que tiene el grupo en todo el mundo. Las papas ingresan enteras y con cáscara en uno de los extremos. En el otro, un robot se encarga de armar los pallets con las cajas, listas para despachar al mercado. En el medio, un modernísimo equipamiento va “leyendo” las hojuelas de papa que circulan de a miles y a gran velocidad. Si detecta alguna con un defecto, la expulsa de la línea con un disparo certero de aire comprimido.
Hay que pellizcarse, sobre todo para creer la gran cantidad de papas fritas Lay’s que consumen los argentinos y los habitantes de países vecinos, como Chile y Uruguay. Es que esta planta procesa 200 toneladas de papa cruda por día. En total PepsiCo de Argentina absorbe la producción de unas 2.0000 hectáreas de papa pertenecientes a una decena de productores locales, entre ellos el campeón de TC Hernández. Están en Otamendi, Balcarce, Tandil y también la zona protegida para papa semilla de Tres Arroyos. Además hay un proveedor de Tucumán, desde donde se cubre la brecha en la que escasea la papa bonaerense.
“PepsiCo es una compañía agro-industrial.”, enfatizan los funcionarios de la empresa que nació en 1965 como fruto de la fusión entre la vieja Pepsi-Cola y Frito Lay. En el país, la primera de esas dos patas tiene presencia desde 1959 y hoy sus populares marcas de gaseosas son producidas y distribuidas a través de Cervecería y Maltería Quilmes. En el rubro alimentos, PepsiCo desembarcó aquí en 1993 y sus marcas parecen interminables: Lay´s, Twistos, Quaker, Toddy, Doritos, DeTodito, Pehuamar, Cheetos, Pep, Bun, KesBun, 3D’s, Tostitos, etcétera.
Para hacer esos productos, la compañía compra cada año localmente unas 50 mil toneladas de papa, 8 mil toneladas de avena, 3 mil toneladas de maíz, 17.500 toneladas de aceite de girasol, 13.500 toneladas de harina de trigo y otros productos agropecuarios. “El 100% de los proveedores son argentinos”, indicaron sus voceros.
Bichos de Campo aprovechó la visita a Mar del Plata para entrevistar al directos de Agronegocios de la compañía para América Latina, el mexicano Arturo Durán, quien brindó algunas claves de la relación entre la multinacional y sus proveedores locales.
“Argentina va muy avanzado con todo lo que es sustentabilidad en el campo”, elogió Durán a los productores nacionales, a quienes les exigen que certifiquen buenas prácticas agrícolas y otros menesteres de la tarea agropecuaria. El directivo también aseguró que PepsiCo está apuntando a una reducción en el consumo de agroquímicos entre sus proveedores y que tiene totalmente prohibida la utilización de materiales transgénicos.
Pepsico no tiene como objetivo exportar Papa, ni semilla de Papa ni producto terminado. El mercado de Papa consumo es muchas veces más grande que la industria de la papa frita. “No seamos papas fritas”. Además la variedad que usa Pepsico para hacer Papas fritas no es la misma que usamos para hacer puré en nuestras casas.