Nicolle Pisani Claro es, desde hace pocos días, la nueva economista Jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) tras la salida de David Miazzo, el histórico analista de la entidad que ahora va a dedicarse a proyectos personales.
Su llegada a FADA fue hace varios años, peor la conexión entre esta joven economista y el campo existe desde siempre, porque su padre y su tío son productores y contratistas.
Desde que Nicolle tiene uso de razón en su casa se habló de todo lo referido a la producción agrícola en las mesas familiares, aunque ella reconoce que recién se empapó del tema cuando metió los pies en el barro, una vez que entró a formar parte de esa institución.
Nicole es oriunda de General Deheza, ciudad cordobesa de la que toma el nombre la famosa empresa aceitera de la familia Urquía. Estudió economía en Río Cuarto, y antes de recibirse ya trabajaba en FADA, una fundación creada por productores de esa región interesados en la defensa de los intereses del sector.
“Arranqué con una práctica profesional y empecé así a meterme en lo que es el sector agropecuario, entendiendo las cadenas agroindustriales en el área de investigación de FADA, contribuyendo en el análisis de la información hace más ya más de 10 años”, contó Pisani a Bichos de Campo.
Fue entonces cuando comenzó a entender realmente cómo funciona el sector. “Este trabajo me permitió comprender su importancia para el país y empecé a vivirlo en carne propia, a entender los procesos, los ciclos, la producción”. Pero lo más importantes es que comprendió que “detrás de los números están las personas, mi papá, mi tío, millones de trabajadores del sector agropecuario, tanto en el campo como en la ciudad y en las industrias vinculadas”.
Escuchá la entrevista a la nueva economista jefe de FADA:
Nicolle dice que en esta década de trabajo que lleva en FADA y como economista agropecuaria “el lugar de la mujer ha cambiado muchísimo, cada vez vemos más mujeres involucradas en lo que es el campo, las actividades, las cadenas agroindustriales, por ahí no se veía tanto hace 10 años. Hoy la realidad es que hay muchas mujeres rurales que dan ejemplo de ello, y mi experiencia personal la verdad que es muy satisfactoria. Creo que FADA, con su equipo de trabajo, su metodología de trabajo también, me ha ayudado a crecer muchísimo en lo profesional”, indicó.
A Nicolle le tocó la semana pasada ser la responsable de la explicación del informe que la entidad publica sobre la presión impositiva del Estado sobre la renta de una hectárea agrícola. Contrariamente a lo que muchos suponían, implicó un incremento de la presión fiscal sobre el sector, cuando se suponía que este gobierno venía a resolver la cuestión.
“La renta del productor se ve reducida porque tiene menores ingresos y mayores costos y la participación del Estado terminó aumentando a 65%” explicó Nicole, quien recordó que en diciembre esa misma presión era de 59% pero -de todos modos- en septiembre de 2023 era de 76%.
“En definitiva bajó 10 puntos y esto principalmente por la mejora en el tipo de cambio que se dio en diciembre. Sin embargo, siguen afectando cuestiones que para el sector son muy importantes, como el tema de los derechos de exportación, que es uno de los principales impuestos que termine pagando el sector agropecuario”, refirió.
La mayor parte de los impuestos que pesan sobre el agro son nacionales y una porción de ellos se coparticipa, pero también tienen su incidencia. “Los impuestos provinciales representan el 5% del total y el 1% son las tasas municipales” y al respecto “hay un punto a destacar, hemos registrado aumentos, por ejemplo, en lo que es inmobiliario rural entre el 150-200%”, indicó.
La presión fiscal no es un tema menor en una actividad con resultados tan cambiantes en función del clima, de los mercados y de políticas que en los últimos años perjudicaron el ingreso de los productores.
“Esta campaña claramente los números están ajustados. En esta cosecha tuvieron un incremento considerable las labores y pensando en la fina hay un deterioro de la relación insumo – producto y en este marco entra un poco en juego la cuestión de la competitividad cambiaria”.
“De cara a la venta de lo que es la cosecha gruesa, hay que mantener un tipo de cambio competitivo para hacer atractivo la liquidación de granos y además los insumos se están pagando a un dólar importador mayor al exportador lo que ajusta las ecuaciones”.
En este escenario Pisani cree que en la cosecha de maíz y soja “hay posibilidades de que haya pérdidas económicas significativas” y que para la siembra de las siembra de trigo y cebada “haya muchas dudas porque los números están muy finos, se empiezan a ajustar, el tema del dólar importación y dólar exportación también tiene su juego en esta ecuación para el productor, en donde claramente están pagando insumos con un dólar de importación un poco más elevado que el dólar que terminan exportando hoy con el esquema 80/20”.
Los mejores análisis económicos del sector agropecuario,los hace FADA.Esperemos que la salida de Miazzo,no sea negativa