Las empresas exitosas son más importantes que sus fundadores porque la creación de una organización generadora de valor trasciende en el tiempo a las personas. Esta consigna no es gratuita, porque requiere mucho trabajo –tanto emocional como intelectual–, además de una extensa serie de conversiones que, por más incómodas que resulten, son indispensables.
Esta historia comienza a fines de los años ’90 con cuatro amigos que trabajaban en compañías de agroinsumos y decidieron invertir sus ahorros en lo que inicialmente fue un proyecto de siembras en campo arrendado.
Los cuatro ingenieros agrónomos comenzaron con 150 hectáreas en la región del NOA y se repartían inicialmente la gestión del emprendimiento, que luego fue creciendo progresivamente en superficie –tanto propia como alquilada– para requerir mayor cantidad de tiempo.
“La empresa, que se inició en 1997, estuvo los primeros veinte años de su existencia reinvirtiendo el 100% de sus utilidades”, comenta Nicolás Remis, uno de los socios que desde 2007 administra la firma Cusillos SRL, integrante del CREA San Patricio (región NOA).
La empresa, que se formalizó societariamente en el año 2000, comenzó a emplear desde 2003 un programa de gestión para ordenar y transparentar la información clave tanto en el orden contable y financiero como patrimonial.
La plena confianza entre los socios, junto con un flujo constante de información, hizo que durante muchos años no se considerara necesario realizar asambleas de accionistas porque esa figura era coincidente con la de director.
“En los primeros tiempos el ámbito de confianza hacía que nunca estuvieran separados los ámbitos y estimábamos que era superfluo establecer una reunión de accionistas y otra de directores siendo las mismas personas que cumplían ambas funciones”, señala Nicolás en un artículo publicado por Contenidos CREA.
Sin embargo, en el año 2016, al tomar contacto con la realidad societaria de otras empresas agropecuarias con mayor trayectoria, los cuatro socios comprendieron que era necesario comenzar a trabajar en la instrumentación de órganos de gobiernos con miras a consolidar en un futuro la sucesión patrimonial con la segunda generación de accionistas.
Cuando estaban en pleno proceso de confección de los órganos de gobierno de la empresa, un suceso inesperado sacudió en 2021 a la organización con el fallecimiento de uno de los socios. “Fue un golpe muy duro. Estábamos trabajando para diseñar el proceso de incorporación de accionistas potenciales en un futuro y nos encontramos con la incorporación de nuevos accionistas”, explica Nicolás en referencia a los hijos del socio fallecido.
Para facilitar el proceso, contrataron a una consultora (Aqnitio) que, además de ayudar a integrar a las nuevas accionistas a la sociedad, capacitó a las familias sobre la importancia de definir las atribuciones de los roles de director y accionista.
“Un aspecto central del trabajo es comenzaron a capacitarse a todos los accionistas potenciales, es decir, la segunda generación, para que estén debidamente preparados para asumir esa función cuando tengan que hacerlo”, remarca el gerente general de Cusillos.
En ese proceso de capacitación tienen un rol relevante dos de las nuevas socias incorporadas recientemente, dado que, además de la ventaja de compartir el mismo estadio generacional, pueden aportar una experiencia de primera mano sobre la materia a los demás accionistas potenciales de la sociedad.
“Consideramos que el valor importante está fundamentalmente en los equipos de trabajo y no en el patrimonio de la empresa. Con ese criterio, la consigna de trabajo no es entregar una buena empresa a los accionistas, sino entregar buenos accionistas a la empresa”, afirma Nicolás.
“El valor de la empresa no solamente reside en la rentabilidad y el crecimiento patrimonial, sino también en el desarrollo –tanto profesional como económico– de las personas que trabajan en la misma de manera directa e indirecta y de las comunidades en las cuales trabaja la organización, además del cuidado del ambiente”, añade.
“Creemos que quienes trabajan en la empresa han evolucionado mucho, así como los contratistas , transportistas y todos los proveedores que vienen creciendo de manera significativa en los últimos años; trabajamos además en el marco de relaciones de largo plazo con los propietarios de campos, dado que la tecnología aplicada en todos los casos es la misma y está enfocada en el cuidado del suelo”, asevera el empresario.
En definitiva: aquello que está muy claro para los socios fundadores –la generación de riqueza económica, social y ambiental– debe también estarlo para las nuevas generaciones, de manera tal de garantizar así la sostenibilidad de la empresa. Eso, por supuesto, requiere un proceso en el cual intervienen los diferentes intereses, inquietudes y perfiles tanto de los accionistas actuales como de los potenciales.
La empresa agrícola cuenta con la certificación europea Round Table on Responsible Soy (RTRS), la cual pone especial hincapié en los factores económicos, sociales y ambientales de los diferentes procesos realizados en la organización. También dispone de la certificación Agricultura Sustentable Certificada (ACS) de Aapresid.
Todos los años organizan una jornada en la cual reciben en uno de los establecimientos propios a estudiantes de colegios secundarios para mostrar los diferentes procesos productivos, entre los cuales se incluyen las aplicaciones dirigidas de herbicidas, el uso de un programa (Unimap) que permite controlar en tiempo real las principales variables que hacen a la eficiencia de una aplicación de fitosanitarios y el diseño agronómico realizado en función de la “agricultura por ambientes”, entre otros aspectos. Los encargados de explicar los diferentes procesos en la jornada son los mismos trabajadores que los llevan a cabo.
En el marco de un convenio con la Cooperativa Generar Limitada, Cusillos instrumenta el programa Habitat, por medio del cual se ofrece la posibilidad a todos los empleados de financiar a tasa cero en pesos la construcción de una vivienda propia, brindando asistencia en el diseño y confección de la misma. Para aquellos que ya cuentan con casa propia, el programa contempla la posibilidad de implementar mejoras edilicias.
También se implementó un programa de capacitaciones para empleados y sus familias en aspectos diversos como alimentación saludable, finanzas personales, trabajo en equipo e higiene y seguridad, además de un plan de becas para que los hijos de los empleados puedan acceder a estudios terciarios o universitarios. “Una empresa que crece tiene que promover el desarrollo de todos los que interactúan con ella para ser sostenible”, sostiene Nicolás.
“Creo que si no hubiéramos formado parte de la red CREA, no estaríamos donde estamos, porque hubiésemos tardado seguramente mucho más tiempo en incorporar los conocimientos para evolucionar. Todavía tenemos mucho que aprender y la red CREA es precisamente para eso”, concluye.