Nicolás Mucci es investigador técnico del INTA Balcarce, y trabaja en edición génica desde hace 4 años, en conjunto con la Universidad San Martín. Su principal proyecto, mediante la utilización de “tijeras génicas”, es modificar el genoma de embriones producidos in vitro. Fue así como lograron editar el gen de la beta-lactoglobulina, principal alérgeno presente en la leche bovina.
El cambio de paradigma, de acuerdo a Mucci, subyace en “la precisión y rapidez con los que se puede hacer este trabajo. Hoy es muy fácil comprar por internet, a un precio muy barato, las herramientas de edición génica para inyectarlas directamente en los embriones. Y así, con solo tener un laboratorio de producción in vitro de embriones, ya se pueden generar animales editados. Esto es un cambio muy importante”.
“Desde 2014 trabajamos en la generación de este tipo de tecnologías. Era una moda a la que había que subirse, cuya técnica consiste en generar embriones por laboratorio a través de la fecundación in vitro, y a esos embriones, cuando tienen una celula, se les inyecta una serie de herramientas de edición génica que rastrean todo el ADN del embrión, y en el sitio específico donde queremos, le hacemos un corte, el cual induce que la proteína que es codificada por tal gen no se produzca”, comentó Mucci a Bichos de Campo.
Esa es una de las tantas cosas que se pueden hacer, eliminando o anulando el gen para cuando el animal sea adulto. En este caso, se logra anular la proteína que causa alergia a la leche.
Aquí la entrevista a Nicolás Mucci:
En cuanto al avance del trabajo que llevan a cabo, Mucci comentó que ya cumplieron con las primeras etapas de diseño de herramientas moleculares: “Inyectamos los embriones, los cuales ya fueron transferidos. Luego tuvimos partos, con lo cual ya tenemos algunos animales nacidos editados, mientras seguimos tratando de mejorar la técnica y continuamos realizando transferencias”.
Pese a estos avances, Mucci aclaró que “producir animales es una cosa, pero que el producto se pueda consumir es otra. Son instancias que se van cumpliendo y aprobaciones que hay que ir adquiriendo para que finalmente llegue el producto a la góndola”.
La edición génica, según Mucci, “puede aplicarse en casi todos los campos de la producción animal, porque estamos modificando la molécula mas sensible que tiene la célula que es el ADN, el cual codifica para que el organismo produzca lo que produce. Así podemos modificar cualquier cosa: producción, calidad, cantidad o resistencia a enfermedades. Es como haber encontrado la punta del iceberg”.
En cuanto a la regulación existente, Mucci dijo que “estamos muy cuestionados pro hacer este tipo de modificaciones, no sólo por nuestros pares, sino por la sociedad entera; pero por suerte, y para controlar nuestros delirios, existen marcos regulatorios que tienden a encaminarnos en ciertos aspectos que tienes que ver con no pasar ciertos límites que no estamos listos para pasar”. Pero agregó: “los marcos regulatorios deben aggiornarse a medida que la ciencia va avanzando, la cual avanza más rapido de hecho que la regulación en sí”.
Por último, Mucci destacó que “un campo muy interesante de la edición génica es el de la resistencia a enfermedades, sobre todo por una cuestión social. Cuando en 2011 tuvimos la vaca bitrasngénica que producía la leche maternizada, tuvimos muchas resistencias por el hecho de que quién iba a tomar esa leche. Ahora, ver cerdos morirse en una paridera o ver animales enflaqueciendo por enfermedades virales, es algo que la sociedad acepta más porque el bienestar animal impacta mucho más”.