La popular cocinera Narda Lepes, días atrás en una jornada para analizar el amenazante negocio de la carne sintética o de laboratorio, reclamó que en la Argentina comience a hablarse mucho más seriamente sobre el etiquetado de los alimentos, que hasta aquí ha sido bastante engañoso para los consumidores.
“No pasa nada acá con el etiquetado acá. Debería estar pasando algo. Pasa en todo el mundo. Acá tenemos una etiqueta nutricional, que si sos una persona saludable no debería importarte. Con esa etiqueta que se lee perfecto, que tiene el mayor tamaño, nos hicieron espejitos de colores durante algún tiempo. Esa etiqueta le sirve a quien tiene alguna patología, que no puede comer alguna de esas cosas y que debe cuidarse”, razonó la chef.
Pero Lepes considera que ese etiquetado apunta solo a prevenir y no ayuda a los consumidores a ejercer una alimentación más saludable. “Lo que yo al menos quiero es que sea una etiqueta que me diga que esto en su gran mayoría es comida y es lo que creo que es. Si esto es tomate, que sea tomate, y no que sea con gusto a tomate o con 2% de tomate disecado y almidón”, dijo, haciendo alusión a que se engaña bastante a los consumidores en este tema.
En este sentido, Narda opinó que “la comida es transversal a todo” y así debe ser concebida desde el sector público. “Está en Producción, en Agricultura, en Desarrollo Social, en Educación, en Cultura, en Salud, en lo ecológico y lo ambiental. Lo que comemos cruza todos los ministerios. Todos deberían alinearse y ver que acá hay un bache, o por lo menos conversar sobre el tema de una manera seria”, dijo a Bichos de Campo.
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Lepes aclaró que ahora -en la agenda pública- como “el hambre toma un lugar más urgente, entonces este debate pasa a un segundo plano. Pero cuando esto logre paliarse, debería volver a hablarse de alimentación como un plan, pero en todos los ministerios juntos, no en uno solo”.
En cuanto a las empresas alimenticias, Narda reconoció que “hay quienes tratan de hacer cosas mejor, y quizás podrían acelerar un poco los procesos. Es hora de acelerar procesos. Pero hay otras empresas a las que no les importa nada, sino que van atrás de lo que es más redituable porque les sale más barato hacerlo. Por eso creo que la industria no es una sola sino que hay matices”.
Según la cocinera, “la gente busca una solución inmediata para remediar un vínculo roto, pero no sólo con la carne sino con la comida en general, sobre todo con los vegetales, que es donde está más roto el vínculo. Creo que buscamos algo que sea inmediato, y lo que no está sano es el vinculo con la comida, es decir, entender la estacionalidad, entender lo que te pasa cuando lo comés”.
“La comida no termina cuando la terminaste de tragar sino cuando la terminaste de digerir. Ese vínculo, lo que te pasa a vos, no es lo mismo que lo que me pasa a mi. Entonces no te sirve el consejo del otro, a excepción de las seis recomendaciones universales que son: tomá más agua, comé más frutas, más verduras, más legumbres, menos carne y hacelo en estación”, enumeró la cocinera.
¿Y qué es comer bien? Lepes dijo que “tiene que ver con uno. Tenés que encontrar la manera de comer algo que a vos te haga mejor, que sea para vos. Las únicas seis cosas es lo único que yo creo que es completamente transversal a todo el mundo. Después si no querés comer carne es decisión tuya, pero sí comer menos de la cantidad que comemos”.
En este sentido, Lepes también criticó al campo por no estar comunicando correctamente ni abordar esta discusión. A su criterio, el agro “no está comunicando nada, porque en la percepción de la gente se ve que el campo no está relacionado a un brócoli, a un tomate o un durazno. En cambio ven que tiran peras, porque el precio ridículo que perciben hace que ni siquiera valga la pena cosecharla. O bien les llegan noticias que hablan sobre si fumigan o no fumigan, o cuántos millones de dólares hay en el puerto. Pero el campo hoy no está relacionado con la comida. Aunque sí lo está, porque la comida viene de ahí. El campo es comida, pero la gente no sabe de donde viene”.
La pregunta acerca de cómo alimentamos a gigantes como China e India es, según Narda, “la que nos trajo hasta acá, y hasta los quilombos que tenemos hoy, cuando la formularon en 1981, luego del Live Aid. La pregunta debería ser cómo producimos y qué modelo queremos. Pero no es una pregunta que yo pueda contestar. Creo que hay gente especializada que debería responderla, de modo serio y no con plata de por medio”.
En este contexto, Narda opinó sobre la “carne de laboratorio”.
Lepes dijo que “la idea está verde, pero la técnica creció mucho desde que yo supe de esto hace 7 años; ya tiene grasa y la están haciendo cultivar con hueso. Ahora, otra cosa es la hamburguesa vegetal y eso a mi no me va. Para mi es comida de reemplazo y de mala calidad. Pero la brecha tecnológica para entender qué es la carne sintética, es muy grande todavía. Pero sí va a crecer y será radical. Yo no tengo drama en probarla pero no sé en qué lugar de mi cabeza ponerla”.
Para la cocinera, “los más jóvenes están dispuestos a probar cualquier cosa, desde algo que sea completamente artificial y sintético, o de colores fluorescentes. Ellos la van a probar. Creo que las cosas que cambian el curso de algo que afecta a tantos millones de personas, sí hay que tenerlas en cuenta”.