El juez federal que evitó la matanza de 200 mil gallinas ponedoras de la avícola Santa Ana, ubicada en la localidad de San Cosme, en Corrientes, ahora habilitó la realización de un tercer análisis para saber si en esa granja hay actividad del peligroso virus de la Influenza Aviar H5, forzando un desempate tan necesario como cuestionable. Es que el primer análisis, que la empresa dice fue mal hecho, resultó “positivo”, pero el segundo -ordenado por la justicia- dio “negativo”. Sin poder explicar las razones, el Senasa ahora esperará el tercer test antes de sacar conclusiones.
En una extensa gacetilla donde informa la autorización judicial para tomar nuevas muestras (posiblemente se haga esa tarea mañana martes) y analizarlas con técnicas tanto moleculares (RT-PCR) como serológicas, el Senasa no arriesgó ninguna explicación de semejante “divergencia” en el resultado de los dos primeros análisis. Pero defiende la actuación de su laboratorio de Martínez, el único autorizado a ejecutar esos análisis.
“El pasado 6 de abril el Laboratorio del Senasa detectó la presencia del virus en muestras tomadas a aves de la citada granja por el veterinario responsable de la sanidad, según lo informado por la empresa, y enviadas cumpliendo con las garantías de custodia fijadas en el protocolo correspondiente y dispuso el sacrificio de las aves para evitar la diseminación de la enfermedad”, reconstruye Senasa su versión de la historia. Frente a ella, la empresa indica que el responsable de Senasa nunca ingresó al lugar, que dejó los testo a una veterinaria “de registro” que no sabía hacer los hisopados, y que las muestras quedaron en la oficina hasta que el propio organismo las mandó a retirar.
Primer desbarajuste que deberá aclararse mejor, pues las dos versiones son tan divergentes como los análisis.
Luego el Senasa, en su comunicado, reconoce que el segundo analisis ordenado por el juez a raíz de un recurso de amparo presentado por la empresa -para evitar la aplicación del sacrificio sanitario masivo-, dio negativo. Y que eso frenó la aplicación del protocolo. Pero aclaró que “mantiene vigente la interdicción del establecimiento hasta tener el tercer diagnóstico con el que se determinará si se aplican las medidas de contención o no, quedando en ese caso bajo vigilancia estratégica”.
Es decir, todavía las gallinas no están a salvo y dependen del tercer análisis.
¿Cuál es la preocupación del organismo sanitario? “Ante la concurrencia de resultados divergentes sobre la presencia del virus de influenza aviar altamente patógena dentro de la granja, el Senasa busca conocer la fuente del virus de la primera detección, ya que el establecimiento se encuentra en la zona de control sanitario a 6,5 kilómetros de distancia del primer brote confirmado en Corrientes”. Es decir, el Senasa ratifica que el primer analisis fue positivo, negando que se hubieran perdido, mezclado o sustituido las muestras.
La otra gran divergencia surge en el siguiente punto: quién mandó a la empresa destruir el domingo, mientras seguía bajo interdicción, la friolera de 360 mil huevos que no se pudieron comercializar desde el 6 de abril y que iban abarrotando los depósitos de la Avícola Santa Ana.
“Al respecto el Senasa aclara que en ningún momento ordenó la destrucción de huevos almacenados en dicha granja y que fue una decisión unilateral de la empresa. Asimismo, sin perjuicio de ello, se está trabajando para ofrecer alternativas de acopio o tratamiento térmico”, es la versión oficial.
La versión empresaria, dicha de primera mano a Bichos de Campo, es que los huevos se fueron acumulando, desbordaron la capacidad de acopio, se estpaba rompiendo y pudriendo, y que por eso preguntaron la semana pasada al Senasa qué hacer con ellos. También contaron los dueños de la avícola que nadie del Senasa se apersonó en el lugar durante la emergencia y que solo recibieron una carta fría que decía que debían cavatr una zanja en el lugar para proceder a la destrucción.
Nadie, como se ve, se hace cargo de romper semejante cantidad de huevos. Desde la firma precissaron que este lunes “la empresa sigue paralizada, con prohibición de comercializar o donar los productos”, y hablaron de una pérdida diaria en huevos de 7 millones de pesos “hasta que se regularice la situación porque ya no tienen espacio para acopiar los huevos”.
Parece un sin sentido que el Senasa no pueda consensuar con ellos poner esos productos bajo custodía en algún otro sitio cercano mientras se espera el resultado del tercer análisis.
Como sea, el organismo no se muestra por ahora permeable a reconocer algún error cometido de su parte. Todo lo contrario, en su comunciado enfatizó: Debido a los diagnóstico divergentes de las primera y segunda muestras, las medidas que adopta el Senasa son pertinentes dado que Argentina atraviesa una emergencia por el virus, desde su ingreso al país, cuya característica es su alta y rápida difusibilidad, sumado a que la granja en cuestión está ubicada dentro del área de riesgo por la cercanía a un brote confirmado”.
Cómo siempre, SENASA, cómo.cada una de las instituciones gubernamentales no tienen ni tendrán nunca la culpa, mientras los gastos corran por cargo de terceros. Una vergüenza que SENASA no de la cara, deberían poner a su personal en custodia de todo, mandando gente idónea (si es que realmente la tienen) en el lugar, dando las explicaciones del caso a todo el que lo pida. No es descabellado, frente a lo grave de la situación que pongan un puesto sanitario en elmoygat. Se han mandando flor de cagada y no se van a hacer responsables.
No se puede sacar nada de esa granja hasta tanto no se determine la inexistwncia de la gripe aviar. Dejen de confundir a la gente y de lanzar números de faturación diaria que después no van a poder demostrar. Ya deben tener a la afip en la puerta…
SENASA otra parte de la inutilidad del gobierno empleados inútiles y acomodados q cobran su sueldo