Mientras que en el sector agropecuario el concepto de sostenibilidad es usualmente asociado a buenas prácticas agronómicas, gestión responsable de los recursos y medición del impacto social de las decisiones empresarias, existe un ámbito clave en el cual ese término también está ganando espacio: la arquitectura.
Ya sea en los pueblos o zonas rurales, pueden surgir preguntas de todo tipo relacionadas sobre la sustentabilidad de los procesos intervinientes en los sistemas productivos, pero rara sucede lo mismo al analizar la construcción de una vivienda.
“A veces se cree que la arquitectura sustentable es hacer algo tradicional y sumarle algunas tecnologías más eficientes, pero en realidad se trata de una manera distinta de entender la arquitectura”, señala Josefina Alberdi.
La arquitecta especializada construcción sostenible explica que, siempre considerando el factor económico, la base del enfoque integral reside equilibrar las demandas de la familia que habitará una casa con los recursos disponibles en el entorno ambiental.
Por eso, la base de todo edificación sostenible consiste en un estudio de la evolución estacional de temperaturas, radiación solar, precipitaciones, velocidad y dirección de vientos.
“Para el calentamiento solar pasivo, se puede colocar la mayor parte del área de vidrio hacia el norte para maximizar la exposición al sol en invierno, pero con voladizos para dar sombra en verano”, explica.
Mantener la vivienda hermética en invierno para poder aprovechar las ganancias de calor de las luces y las personas, contribuye a reducir, en gran medida, las necesidades de calefacción. Eso se puede lograr con una carpintería de buena calidad de doble vidriado hermético y un cerramiento exterior eficiente.
“Si bien en muchas regiones del país siempre se necesitará aire acondicionado, se puede reducir considerablemente el uso de ese equipo con el diseño de una vivienda que minimice el sobrecalentamiento”, resalta.
El uso de materiales de construcción de colores claros y techos frescos (con alta emisividad) permite minimizar la ganancia de calor conducida, al tiempo que la ventilación ideal debe ser selectiva y cruzada.
“Los que habitan casas sostenibles perciben la diferencia porque en invierno usan mucho menos calefacción que una vivienda tradicional y la ventilación cruzada les permite tener un buen refrescamiento durante los períodos mas calurosos”, sostiene Josefina.
En términos energéticos, dependiendo de la zona y la cantidad y el perfil de los residentes, pueden emplearse paneles fotovoltaicos para abastecer la demanda del hogar
Otra alternativa es la colocación de estufas rusas en ambientes abierto que permitan entregar calor al resto de los ambientes, además de la incorporación de una serpentina de cobre que precaliente el circuito de la caldera dual y así reducir el consumo de gas. Por supuesto, también puede considerarse la incorporación de un termotanque solar para disminuir el consumo de gas.
Otro aspecto central es el diseño del flujo de aguas, para lo cual el primer paso es el análisis del recurso disponible, de manera tal de determinar si el mismo presenta condiciones adecuadas para consumo humano.
“Si el agua presenta altas cantidades de sarro en su composición, se puede proponer la colocación de un ablandador de agua en el ingreso de la vivienda, porque los altos niveles de sarro podrían perjudicar los equipos y cañerías en el corto o mediano plazo”, remarca.
En lo que respecta al agua destinada a consumo humano, en caso de presentar valores fuera de estándar, el recurso puede ser purificado con un equipo de ósmosis inversa.
Luego de realizar el calculo del consumo diario de agua en cada uno de los ambientes, puede diseñarse un sistema para emplear “aguas grises” provenientes de cocinas y baños para depositarlas en un tanque que sirva para suministro de inodoros.
“Es el agua residual contaminada con restos de jabones o detergentes se procesan rápidamente y pueden ser reutilizadas; a diferencia de las aguas residuales domésticas, éstas presentan una baja carga orgánica y una contaminación microbiológica sustancialmente menor. Por este motivo, las aguas grises son apropiadas para el reciclaje”, indicó la arquitecta.
Por otra parte, el agua de lluvia puede ser recolectada en tanques de reserva y ser destinada –previo paso por un filtro físico y químico– para inodoros, riego o lavado de automóviles, entre otros usos.
“Si por algún motivo no hay aporte de aguas grises o existe un consumo muy alto en los inodoros, el depósito puede tener un mecanismo de boyas y válvulas que suple esa carencia tomando agua de un tanque de reserva de agua de lluvia; luego, si ya no hay agua en este tanque, puede tomar de la red de abastecimiento general. Si, por el contrario, es muy alta la producción de aguas grises y produce un sobrellenado del depósito, puede implementarse un rebosadero que lleve el sobrante hasta un tanque biodigestor”, señala.
El diseño sostenible debe ser complementado con el uso de materiales que tengan igual atributo, como es el caso de techos con aislaciones térmicas elaboradas con recursos reutilizables o ladrillos DM-20 termoeficientes que ayudan a conservar la temperatura de los ambientes consumiendo menos energía en climatización sin necesidad de incorporar aislantes térmicos.
Si bien tales materiales suelen ser más caros que los convencionales, la mayor inversión inicial debe ser evaluada en función del ahorro energético logrado en un determinado período de tiempo.
“En lo que respecta a paisajismo del jardín, lo ideal es utilizar árboles y plantas nativas para no requerir agua adicional. Puede implementarse una piscina natural sin tecnificación, que si bien tardan algunos años hasta llegar al equilibrio, no requieren bombas de recirculación ni químicos, ya que la filtración la hacen las propias plantas”, explica Josefina.
“Hay especies fijadas en la tierra que se proyectan sobre la superficie, otras de fondo y las flotantes, a ejemplo de lechuga de agua, aguapé, sombrero de cuero, taboa, papiro, mureré y ninfeia”, agrega.
La arquitecta considera que, ya instalado el concepto de sostenibilidad en la comunidad agropecuaria, el mismo también comenzará a tener cada vez mayor relevancia al momento de considerar las viviendas y los lugares de trabajo.








