La provincia de Misiones concentra el 95% del cultivo de Camellia sinensis, la planta a partir de la cual se elaboran diferentes variedades de té (negro, verde, blanco y rojo) que son comercializados a granel, en saquitos y en hebras.
Tradicionalmente, el té negro fue el de mayor producción en la Argentina, llegando en 2021 a las 72 millones de toneladas exportadas, contra las 2,0 millones de té verde. Sin embargo, esta tendencia podría cambiar ya que a nivel mundial el segundo está revalorizándose por sobre el primero.
“Como tendencia mundial el precio del té negro va bajando y el té verde, en cambio, va subiendo de precio, consumo y demanda. Por eso desde Desarrollo y Producción Vegetal tratamos de apuntar a proyectos que generen un producto diferenciado y de mayor valor; hay que diversificarse en productos, destinos y clientes”, dijo a Bichos de Campo Luciana Imbrogno, subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal de la provincia de Misiones.
El principal destino del té argentino es el mercado de Estados Unidos, que adquiere el 70% de la producción local y la destina al consumo del tradicional té helado (ice tea). Otros destinos importantes son Chile, Polonia, Rusia, Alemania, Reino Unido, India y Malasia, entre otros. Aún así, el volumen exportado no llega a representar el 2% del consumo mundial.
En lo que respecta a la superficie implantada, Misiones tiene aproximadamente 29.000 hectáreas destinadas a la producción de té, superficie que viene cayendo en los últimos años. El epicentro productivo está en las localidades de Oberá y Campo Viera –definida como la Capital Nacional del Té-, aunque también se produce en casi todos los departamentos del centro de la provincia: 25 de Mayo, Cainguás, Guaraní, San Pedro, Leandro N. Alem y San Javier. Existen más de 5000 productores, seis cooperativas y unas sesena empresas elaboradoras del producto.
“En relación a los precios, en la última campaña el kilo de hoja verde se terminó pagando 11 pesos, más la certificación y la limpieza. Acá tenemos un 65% más o menos de la superficie certificada con norma RAS (Red de Agricultura Sustentable), que es una norma de sostenibilidad ambiental internacional demandada por nuestros clientes externos. Se paga el brote y un plus, que el año pasado rodaba 1,50 pesos más. La limpieza también se bonifica, ya que algunas empresas necesitan que sea libre de malezas”, detalló Imbrogno.
-¿Qué razones hay para este achicamiento de la superficie?- le preguntamos a la funcionaria.
-En un transcurso de diez años hubo algunos productores que fueron dejando de tener tecnificación. Al no estar tecnificados, pasaron a depender de los prestadores de servicio que hacen cosecha y flete en las cercanías a los secadores. Los productores que quedaron lejos de los secaderos y tienen poca superficie, no reciben ese servicio o si lo hacen no lo pueden pagar. Y después también ocurrió que la yerba anduvo mucho mejor que el té, y hay productores que se pasan de un cultivo o otro.
-¿Qué dificultades reconocen?
-Llevamos dos veranos consecutivos de sequía. El año pasado los rendimientos cayeron un 20% y para este año aún no tenemos los números, pero rondará el 15%. Desde la provincia se declaró la emergencia agropecuaria y habrá un fuerte apoyo en esta campaña para la adquisición de fertilizantes, de manera tal que los productores puedan recuperar los rendimientos. Hay distintos formatos: créditos muy blandos a tasa cero y a varios años, y después se entregarán sin costo fertilizantes orgánicos foliares, para recuperar un poco la capacidad productiva. Se planteó también la necesidad de optimizar la maquinaria, tanto cosechadores como encaladoras y pulverizadoras. Entre esta semana y la que viene comenzarán a repartirse los fondos para esos créditos.
-¿Qué líneas de trabajo proyectan de cara al refuerzo de la producción de té verde?
-Se pudo “bajar”, por ejemplo, financiamiento a una cooperativa para que pueda construir una línea de té verde y empiece a generar un producto que se venda más caro. También se bajaron fondos en otra cooperativa para armar una planta de extracto de té, que acá no se produce y que después se puede exportar. Sería ideal poder hacer el extracto acá en la provincia. Buscamos también difundir los tés de especialidad en hebras. Esa actividad la vemos como una alternativa de diversificación en los productores de pequeña escala.