Javier Milei dio este domingo el batacazo en la elección primaria, una suerte de interna antes de las elecciones en serio, que se harán en octubre. El candidato libertario, que propone eliminar el Banco Central y dolarizar la economía, y que también anuncia que eliminará las retenciones, cosechó más del 30% de los votos a nivel nacional, relegando a las dos coaliciones que nos gobernaban hasta ahora a la disputa del segundo lugar. Juntos por el Cambio sacaba 27 punto. El peronismo casi 26%.
¿Es bueno para el campo? Difícil responder a esa pregunta, aunque está más que claro que buena parte de los votos ligados a la actividad productiva se orientaron hacia esta alternativa. El triunfo de Milei abre múltiples interrogantes muy superiores al planteado. ¿Será bueno su triunfo para la Argentina? ¿Podrá garantizar una gobernabilidad mínima que necesitan los productores para producir? Todo será incertidumbre en los próximos días, hasta el nuevo comicio.
Todo está para escribirse en las próximas semanas. El triunfo claro de La Libertad Avanza no asegura que Milei vaya a ser el próximo presidente ni mucho menos. Los dos partidos que han sido severamente cuestionados, y que gobiernan en todos los territorios de la Argentina, claramente han sido desafiados. Ahora tienen la chance de reconfigurar su propuesta para el electorado, que ha ido a votar en buena cantidad (con 69% del padrón), pero que todavía puede cambiar de opinión y sumar otras voluntades que decidieron abstenerse de este primaria.
Pero el agro, al menos el pampeano que está más preocupado por las retenciones y el doble estándar cambiario, ha salido ganando de esta partida: no solo ganó el Milei que votaron muchos sino que también Patricia Bullrich se impuso a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio, que se ubicó como segunda fuerza nacional, relegando al tercer lugar al oficialismo.
Dentro de esa coalición opositora, Bullrich había llegado a convencer a buena parte del electorado de origen agropecuario, que quiere ir rápido y ya hacia las reformas que el campo reclama desde hace bastante tiempo: la unificación del tipo de cambio en el podio de los reclamos.
Bullrich, con sus posturas decididas y terminantes, le sacó varios cuerpos a Larreta, que se había mostrado mucho más conciliador y proponía la búsqueda de acuerdos más amplios como posibilidad de resolución de la crisis actual. Quedó claro el mensaje: Primero Milei, segunda Bullrich, no hay demasiado espacio para tibiezas.
Massa, el ministro de Economía de este gobierno en retirada, obtuvo en la suma de su espacio un 26% de los votos. Muchos se consuelan pensando que es la peor elección que se le recuerde a un candidato peronista, pero es una buena base para pretender una resurrección, sobre todo si lo que está enfrente es una derecha consolidada, ya sea Milei ya sea Bullrich, que se han definido oportunamente como buenos vecinos. Es fácil imaginarse la campaña del ministro de Economía.
Desde una “mirada agropecuaria”, entonces, el resultado de esta elección es bastante promisorio: los dos candidatos con más posibilidades (un Milei que se alza con uno de cada tres votos y una Bullrich que se entroniza en el principal partido de oposición) han prometido resolver en un trámite expedito los más escuchados reclamos del sector. En especial, la eliminación de los derechos de exportación.
Pero el país quedó patas para arriba. El mapa que obligatoriamente construyeron los medios de comunicación en base al resultado electoral en las provincias nos deja al descubierto que estamos medio exaltados. Por no decir medio locos: ¿la gobernabilidad en manos de quien jamás ha gobernado?
Es una tentación probar suerte. Pero también es una tentación -como en los programas de juegos de la televisión- retirarse con el premio acumulado hasta acá, para no arriesgarlo (y perderlo) todo.
“Hay que cantar, hay que cantar, el kirchnerismo no existe más”, cantaban los muchachos militantes de Juntos por el Cambio. Algo similar dirían los neo-militantes de Milei. Es el rasgo común de este época. Pobre consuelo para muchos en medio de esta crisis. Pero es algo que muchos soñaron en todos estos años.
Esperemos que ahora si el agro empiece a pagar salarios acorde, minimo 2 mil dolares.
Seguro que sí, como los industriales textiles, que esclavizan gente por dos pesos, o los amigos del gobierno, que someten voluntades por un mísero plan social pagado con los impuestos que le roban al campo… empeza por blanquear tu empleada doméstica, vos, no hagas como Donda.