Miguel Taboada, el director del Instituto de Suelos del INTA, es uno de los tres científicos argentinos que participó de la redacción del reciente Informe sobre Cambio Climático presentado la semana pasada en el ámbito de las Naciones Unidas. Muchos diarios de todo el mundo, a partir de ese documento, responsabilizaron a la ganadería como la gran responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y hasta sugirieron que el camino era dejar de comer tanta carne. Pero Taboada es terminante en este punto: dijo que el “gran demonio” no es la ganadería sino la quema de combustibles fósiles, en especial en las grandes potencias.
“China y Estados Unidos son responsables del 60% de las emisiones de todo el mundo. La Argentina es muy poco responsable”, estableció el científico en diálogo con Bichos de Campo, Luego, revisando los números, estableció que la Argentina representa solo 0,25% del total de emisiones.
Mirá la entrevista completa con el director del Instituto de Suelos del INTA:
Establecido ese contexto, Taboada revisó cómo se componen las emisiones de GEI según el último relevamiento presentado por el gobierno nacional. Allí si parece haber mucho para hacer, porque 49% de la torta corresponde al sector agropecuario. Del otro 51% de las emisiones, el 38% es responsabilidad del sector energético, sobre todo por la generación de electricidad mediante la quema de restos fósiles (gasoil), y otro 14% que corresponde al sector industrial.
De la mitad de emisiones que corresponden al campo, el 21% se generan por el denominado “cambio de uso de la tierra”, es decir por la deforestación y por el avance de la agricultura y la ganadería sobre pastizales. “El avance sobre los pastizales fue una parte para soja, pero otra parte para gatton panic”, advirtió Taboada.
De la otra parte de emisiones que corresponden al agro (el 28%), el 15% es el metano que emiten las vacas. Eso es lo que está pensando la ganadería en nuestra torta de emisiones: algunos puntos por deforestación y otros puntos por las emisiones propias de los bovinos.
Taboada, en este punto, remarcó: “Lo que mucha gente se está olvidando de decir es que una gran parte de nuestra ganadería es engordada a pasto”. Esto colabora con las emisiones porque la dieta contiene mucha fibra. Por el contrario, cuando más proteína consuma un bovino menos serán sus emisiones.
“Si le mejoramos la alimentación a las vacas no solo vamos a mejorar nuestros índices de preñez y destete a nivel país, que están en niveles de siglo 19, sino que además vamos a reducir las emisiones de metano”, enfatizó el científico del INTA.
Taboada además apuntó que, como argumento a favor, “la misma ganadería en pastoreo está metiendo mucho carbono en los suelos. Y si eso se considerara, podríamos decir que nuestra ganadería es de carbono neutro. Y esto no es una teoría, es un dato. En las 160 millones de hectáreas de pastizales que tiene la ganadería en la Argentina hay almacenada una enorme cantidad de carbono que si se emitiera hacia la atmósfera sería un desastre”.
Frente a la instalación de la ganadería como una gran responsable de la situación climática global, Taboada fue terminante: “Nuestra ganadería es una marca registrada. Defendámosla, no seamos tontos”, reclamó. En ese sentido, recmarcó que “los jóvenes veganos tienen derecho a serlo, pero yo también tengo derecho a consumir carne”.
“Tenemos que hacer bien los deberes para defender a nuestra ganadería. Dejemos de tener vacas haciendo turismo en el campo. Y con 60% de destete, tenemos a la mitad de las vacas haciendo turismo”, reflexionó Taboada..
Fue entonces que pidió contextualizar la discusión: “El gran demonio del cambio climático es la quema de combustibles fósiles”, básicamente carbón y fuel oil. “Y los grandes demonios son Estados Unidos y China”, insistió.