Jen Psaki, la vocera del nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Baden, había asegurado que el aumento del precio de la carne en su país se debía a la codicia de “los conglomerados” que dominan ese sector. Aquí en la Argentina, la vicepresidente Cristina Kirchner no tardó en copiar el video de Psaki en sus redes sociales, dando a entender que aquí pasaba lo mismo. “No es argentina ni mucho menos peronista”, dijo sobre la vocera de la Casa Blanca.
¿Son situaciones comparables? Bichos de Campo hizo esta pregunta a Miguel Schiriti, presidente de la Cámara de la industria y el Comercio de Carne de la República Argentina (CICCRA). De un saque, el industrial manifestó que la comparación que hizo Cristina le causó “enojo e indignación”.
“No puede ser que alguien que es referente del país genere división entre los argentinos y mienta de manera descarada como lo hace”, bramó Schiariti.
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Schiriti dejó en claro que la vocera del presidente Joe Biden habló de la realidad de los Estados Unidos, un país que tiene 330 millones de habitantes y donde ocho grandes grupos frigoríficos manejan el abastecimiento de carne, con enormes problemas y discusiones con los productores de ganado. La situación, explicó, dista mucho de lo que sucede en la Argentina.
“La vicepresidenta no es una persona muy culta, pero a pesar de eso sabe que en nuestro país hay 225 mil productores agropecuarios, 4.500 compradores de la carne que producen esos productores y alrededor de 80 mil carnicerías (No se sabe el número exacto por que los controles del Estado son muy malos). Después de eso vienen las personas que convalidan o no el precio”, enumeró. Los lugares de faena, en tanto, llegan a casi 400 frigoríficos y mataderos.
“La oligarquía ganadera quedó en la historia, porque el 75% de los productores ganaderos son pymes”, acotó.
Schiariti luego acusó a Cristina de querer instalar la idea de que hay una corporación responsable de la suba de los precios del alimento, de modo de esconder la falta de políticas favorables para el aumento de la producción.
Según el industrial, el aumento de la carne en el mes de noviembre se dio en gran parte por culpa del denominado “Plan Platita”, que provocó un aumento de la demanda de carne de la población. Frente a eso “pasamos por 4 días de lluvias, lo que hizo que el ingreso a Liniers sea reducido”, explicó. Schiariti cree que, de todos modos, “esta suba en los precios duró pocos días y en algunos casos no llegó a impactar en el mostrador”.
¿Qué puede sucede de acá en más? El Presidente de CICCRA admitió que para que se normalice la oferta de la carne vamos a tener que esperar al mes de marzo de 2022, porque las recrías de hacienda a pasto están siendo muy largas y lo que antes se producía en 120 días en un corral, ahora hay que esperarlo hasta 10 meses.
Además, consideró que no hay un acuerdo de precios con la industria frigorífica y los supermercados, como argumenta el secretario de Comercio Roberto Feletti. Por el contrario, disparó que “la industria frigorífica es chantajeada con (un aumento de ) las retenciones y se adapta a lo que le piden. Por el lado del supermercadismo, utiliza la carne para intentar aumentar las ventas en los días previos a las fiestas”, aseguró.
Por último, Schiariti defendió su idea de elevar le peso mínimo de faena de modo de traccionar rápidamente hacia una mayor producción de carne. Explicó que los argentinos faenamos en los últimos 20 años unas 12 millones de cabezas promedio al año, y explicó que si se lograra aumentar en 3 o 4 años en unos 100 kilos el peso promedio de faena, se llegaría a 600 mil toneladas adicionales de carne con el mismo stock bovino de la actualidad.