Aunque el gobierno intente disimularlo, la discusión en torno al cuarteo obligatorio de la media res volvió a fojas cero: llegará el 15 de enero y los frigoríficos que quieran podrán seguir vendiendo la carne bajo ese formato, aunque deberían utilizar medios mecánicos para su traslado. Los que durante meses reforzaron sus tareas de lobby para que la medida prospere ahora se hacen los tontos. Tampoco parecen tener culpas los funcionarios de Agricultura y del Senasa que aseguraban que la media res iba a desaparecer sí o sí, y que provocaron que muchas empresas debieran incurrir en cuantiosos gastos para adaptar sus instalaciones.
Las sucesivas resoluciones y postergaciones se retrotrajeron al debate que comenzó todo: ningún trabajador puede cargar más de 25 kilos –posteriormente ese número se subió a 32- y se deben comenzar a aplicar, por el contrario, medios mecánicos que conecten a los camiones con las carnicerías. Este último punto, que no fue tratado desde el comienzo sino más bien hacia el final de las negociaciones, fue lo que terminó por invalidad la medida ante la falta de acuerdos entre el gobierno nacional y las provincias.
Este final no agarró por sorpresa a Marcelo Rossi, veterinario y militante radical que supo estar a cargo de la ex ONCCA en 2007 y de la Dirección de Control Comercial Agropecuario en el gobierno de Cambiemos. Es que Rossi durante meses vaticinó el fracaso de esta iniciativa oficial. Uno de sus principales argumentos era la falta de inversión en plantas frigoríficas, que de hacerse golpearían fuertemente los precios de la carne.
“Yo entiendo que hubo impericia de los funcionarios responsables al desconocer la falta de infraestructura que hay en una gran parte de la industria faenadora del país. Adecuarse a esta norma implicaba grandes inversiones, sobre todo en frío, donde habría que duplicar la capacidad, además de transporte y otras infraestructuras. Eso hubiera impactado sin dudas en el precio de la carne. Pero, peor aún, lo que veo mal acá es que se anuncio con bombos y platillos un Plan Ganar y créditos para llevar estas medidas a cabo que quedaron en promesas y relatos”, dijo Rossi al programa radial Nuestra Tierra.
Luego afirmó: “Yo espero que este retroceso no invalide ir al fondo de la cuestión, que es sanitario y no se soluciona con el cuarteo. Acá hay una Ley Federal de Carnes sanitaria que lleva más de 54 años y nunca se ha podido cumplir. Yo creo que acá tiene que primar el dialogo para avanzar en inversiones para establecer en una planta faenadora lo que es una zona sucia, una intermedia y una limpia”.
Rossi indicó que “la sanidad es lo que hace que un producto sea apto para el consumo y no que la res se comercialice en cuartos o en medias reses. La contaminación, que a todos nos interesa -además de que un trabajador no cargue 100 kilos en la espalda-, no pasa por el cuarteo sino por contaminación durante la faena con bacterias como la Escherichia coli”.
Meses antes, en una entrevista con Bichos de Campo, el especialista había dicho que esa demorada ley federal de Carnes –que nunca fue del Congreso sino que fue dictada en la época de Onganía-, se intentó aprobar por los canales legislativos pero al no poderse imponer Nación sobre las provincias, nunca se logró.
La aplicación efectiva de dicha ley definiría, según Rossi, muchas de las cuestiones que estas últimas semanas estuvieron en debate, como las condiciones necesarias para realizar el troceo, que están directamente relacionadas a las adecuaciones que la mayoría de las plantas debe hacer.
“Para cuartear la carne necesitas ponerla de 24 a 48 horas a entre 2 y 3 grados, y después tenés que trabajar en una sala de desposte según lo indica la norma 4238 de Senasa, que define la parte reglamentaria de la Ley Federal de Carnes. Una sala de cuarteo tiene que tener una temperatura ambiente de 10 grados. La carne en su parte central, más profunda, tiene que estar a 7 grados. Es una inversión muy grande en frío, más las instalaciones que comprenden a una sala de desposte”, explicó.
Entonces, desde esta mirada, “el problema es que hay plantas que hoy en día no están correctamente habilitadas. Acá pasaron 54 años desde que se dictó dicha ley y todavía no se puede cumplir. ¿Qué tenés como resultado? Más de 350 plantas que no están funcionando de acuerdo a lo que dictan las normas”, sostuvo en su momento Rossi.
En relación con la pretendida prohibición de la media res, el ex funcionario señaló que una medida de este estilo aplicada de un zarpazo provocaría el cierre de más de 300 plantas de faena, en medio de un contexto de pobreza e indigencia.
“Como la Ley Federal de Carnes no se la pueden imponer a las provincias, porque las provincias son anteriores a la Nación, quieren invocar a la Salud para que sí lo puedan imponer por orden nacional. La ley tendrá que contemplar cómo se financian, cuales son los requisitos y reglamentar de qué manera se implementará. Pero por más que tengas la ley, hay leyes que están y no se cumplen. Por eso todo depende de cómo se reglamente”, agregó en aquella ocasión.
Ahora con el debate nuevamente en foja cero, quizás sea conveniente ordenar las prioridades y comenzar desde el principio, como es conveniente que inicien todas las discusiones bien intensionadas.