En el mundo se está llevando a cabo una revolución mansa y silenciosa que une al sector agrícola con los aviones. Es que la industria aeronáutica puede funcionar en su totalidad con combustibles de base de biomasa, generados en el campo, con aceites extraídos de los granos de colza, carinata y camelina.
Despojando esta cuestión concreta del marketing que le imprimen las empresas que promueven los cultivos, está abierta de par en par la puerta de entrar de lleno a este mercado, donde Argentina y los productores tienen casi todo por ganar.
En las últimas campañas se habló mucho de la camelina y de la carinata, impulsadas por grandes compañías multinacionales que ofrecen a los productores semillas y opciones de entrega del grano cosechado, con verdaderas bondades económicas, en medio de un escenario adverso desde ese sentido para los productores agrícolas de soja o trigo.
Es por esto que las empresas impulsan su siembra en Sudamérica, aprovechando un estimado de 12 millones de hectáreas que en invierno podrían ser ocupadas con estos cultivos “energéticos” como la camelina y la carinata, pero también la vieja y querida colza.
Esta última opción fue rescatada del olvido por sus parientas mencionadas (son todas de la familia de las brasicáceas) y volvió a estar entre las opciones a sembrar para los productores. La colza o canola tuvo un impulso de siembra muy alto allá por 2012, cuando los productores tuvieron que buscar una alternativa al trigo que tenía limitada su colocación al exterior por cuestiones políticas del gobierno de ese entonces que estableció cupos.
Con este escenario, la colza se unió a las otras dos primas de moda, y está siendo objeto de un nuevo impulso de desarrollo, esta vez con el objetivo de la elaboración de biocombustibles. El año pasado en la campaña invernal se registró un importante aumento del área sembrada con colza en Argentina y florecieron los pedidos a los especialistas en su manejo para apostar a esa diversificación siempre postergada.
Es por esto que la multinacional Bayer firmó un acuerdo de entendimiento con Neste, productor de combustible de aviación sostenible y diésel renovable, para promover la colza.
Según anunciaron, este memorando de entendimiento (MOU) se firmó para ampliar conjuntamente la producción de canola de invierno como materia prima a base de biomasa para productos renovables como los biocombustibles. En el marco de la colaboración, las empresas desarrollarán un ecosistema de colza de invierno en las Grandes Llanuras del Sur de los EE. UU., incluido el desarrollo de productos y colaboraciones adicionales para permitir que Bayer ingrese a este mercado.
Bayer, por su parte, pretende lanzar la canola híbrida de invierno TruFlex en 2027. Se tratará de un material que según indicaron, ofrece muchos beneficios a los agricultores, ya que incluye Roundup Ready y tecnología de resistencia al descascaramiento de las vainas.
Utilizada como un nuevo cultivo de rotación alternativo, la colza ayuda a secuestrar carbono en el suelo y puede mejorar la salud del suelo al aumentar su contenido de materia orgánica y su capacidad de retención de agua, lo que conduce a una mayor fertilidad y productividad del suelo.
“Los combustibles renovables desempeñan un papel importante en la descarbonización del transporte y la energía, mientras que los objetivos globales siguen dando forma a los mercados de biocombustibles y acelerando la demanda de materias primas basadas en biomasa en el futuro”, afirmó Frank Terhorst, director de Estrategia y Sostenibilidad de la División Crop Science de Bayer. “Estamos comprometidos a respaldar la capacidad de los agricultores para ofrecer materias primas bajas en carbono según la demanda, a través de inversiones en nuevos cultivos como la canola de invierno y avances en sistemas de cultivo sostenibles”, afirmó.
“Estamos muy contentos de asociarnos con Neste para permitir nuevas opciones de cultivo rentables para los agricultores, al mismo tiempo que satisfacemos la demanda insatisfecha de combustible renovable”, dijo Jennifer Ozimkiewicz, directora de estrategia de cultivos de soja y biocombustibles en la división Crop Science de Bayer. “Creemos que nuestros productos TruFlex de próxima generación brindarán a los agricultores una nueva opción de cultivo rotativo rentable, al tiempo que ofrecen posibles beneficios de sostenibilidad, como mayor biodiversidad, salud del suelo y rotación agronómica para reducir la presión de plagas, enfermedades y malezas. Bayer se compromete a seguir liderando el camino con materias primas alternativas basadas en biomasa y soluciones agrícolas regenerativas” dijo.
“Esta colaboración con Bayer fortalece nuestra estrategia de desarrollar, junto con socios de la cadena de valor, conceptos de agricultura regenerativa que puedan ampliarse y desempeñar un papel importante en la diversificación y el crecimiento del conjunto de materias primas para todos nuestros productos renovables”, afirmó Artturi Mikkola, vicepresidente sénior de abastecimiento y comercialización de materias primas de Neste. “Creemos que la canola de invierno puede aportar beneficios ambientales a los sistemas de cultivo y dar como resultado materias primas con menor intensidad de carbono que ayuden a reemplazar los recursos fósiles con materias primas renovables”, sentenció.
El título debería contener positivismo
Está unión de empresas para nuestro productor es muy buena