Está más que cantado que los dirigentes agropecuarios no harán actos ni medidas de protesta mientras dure la campaña electoral que desembocará en la elección legislativa del 14 de noviembre. Saben que la atención ciudadana está depositada en esa fecha, y confían que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner vuelva a recibir un contundente rechazo de la sociedad que los obliga -vaya uno a saber- a corregir el rumbo de sus políticas.
Pero mientras eso sucede, los principales referentes de la Mesa de Enlace no pierden la posibilidad de ir apuntando las medidas del gobierno que consideran desacertadas, en especial las intervenciones sobre los mercados de productos básicos como la carne vacuna y el maíz.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, participó el lunes de la exposición rural de Salliqueló y, en tono decididamente opositor, sostuvo que la ideología del Gobierno “se interpone a lo que realmente necesita el campo”.
“Estamos teniendo un Gobierno que toma decisiones equivocadas y si hay sector donde se sienten esas decisiones mucho más fuerte, es en el campo”, reafirmó el dirigente rural. Y agregó: “Lamentablemente, nuestros bolsillos terminan pagando los efectos de decisiones políticas equivocada que este gobierno está llevando a cabo. Decisiones que no terminan de sorprendernos diariamente. Todos los días me pregunto cuál es la motivación que lo lleva a que termine decidiendo con una altísimo porcentaje de ideología y con una total falta de sentido común y de criterio decisiones equivocadas como la que estamos viviendo con el tema de las exportaciones de carne”.
Chemes, que consideró la medida como un “cachetazo” hacia el sector ganadero, que según él, todavía se encontraba en plena recuperación de la crisis que lo afectó durante los anteriores gobiernos kirchneristas, indicó que desde la dirigencia rural se le explicó a los funcionarios los efectos de las restricciones y cómo la carne de vaca no afectaba al mercado interno. “Sin embargo nunca tenemos una respuesta lógica. Por eso creo que la ideología se interpone a lo que realmente necesita el campo. La solución es producir más y para hacerlo se necesita generar confianza”, explicó.
En la Exposición de Saliquelló también estuvo el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Horacio Salaverri, quien en la misma línea que Chemes, realizó un “llamado de atención al Gobierno” por la actual situación social y económica. “Lo hago en el sentido que después de las elecciones pareció el Gobierno perder el rumbo y tuvo una semana de desatinos y, en realidad, Argentina no está preparada para desatinos”, explicó.
Salaverri calificó a la Argentina actual como “un país endeble con un 40% de pobreza que no está para que haya rencillas de poder que terminan perjudicando a los productores. Entonces, vaya de acá el pedido al Gobierno de que tenga la templanza necesaria en armar un gobierno y gobernar como pueden dos años más, que Argentina no necesita peleas de poder”, subrayó Salaverri.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, estuvo por su parte reunido con su comisión directiva y los socios de esa entidad en la provincia de La Pampa. Desde allí se quejó de la nueva intervencion del gobierno sobre el mercado de maíz, donde el Ministerio de Agricultura cerró de facto las exportaciones de la vieja cosecha aludiendo que no quedaba más saldo exportable.
“Las autorregulaciones basadas en un arbitrario saldo exportable fijado por el gobierno, generan una sobreoferta artificial deprimiendo los precios internos y dificultando su comercialización”, se quejó la SRA. Y acotó que “estas circunstancias no solo generan pérdidas en los precios, sino también desconfianza en la inversión y uso de tecnología proyectando una caída en la productividad nacional y, por ende, en la generación de divisas para el país”.
Según Pino, “Cuando se distorsiona la puja natural por parte de los compradores para la exportación y el consumo interno, y se coordina la suspensión de operaciones durante una ventana de tiempo, germina la falta de transparencia de los precios”, generando “ineficiencias económicas que dan espacio a transferencias de ingresos entre distintos eslabones de la cadena”.